ISSN 0719-6016 Literatura para infancia, adolescencia y juventud COLECCIÓN DE PROPUESTAS CRÍTICAS N° 4 – AÑO 1 – ABRIL 2015 umbral COLECCIÓN DE PROPUESTAS CRÍTICAS CIEL CHILE Centro de Investigación y Estudios Literarios: discursos para infancia, adolescencia y juventud ISSN 0719-6016 Derechos Reservados © 2015, CIEL CHILE CORREO ELECTRÓNICO: contacto@cielchile.org OTROS CONTACTOS: http://cielchile.org/ www.facebook.com/CIELChile EDITORES: Claudia Andrade Ecchio Hugo Hinojosa Lobos Isabel Ibaceta Gallardo Anahí Troncoso Araya Camila Valenzuela León ÍNDICE CAMILA VALENZUELA LEÓN “Blanca Nieve en la casa de los enanos” (1925) de Gabriela Mistral: aproximaciones desde el campo cultural de la época…………………………………………………………………………………... 4 NATALIA DÍAZ HERNÁNDEZ Lo ominoso y la búsqueda del origen en Nieve Negra de Camila Valenzuela …………………………………………………………………………………………………… 13 PERFILES COLABORADORES-AS UMBRAL……………………………………………………………………………………………… 24 N° 4 – Año 1 – Abril 2015 “BLANCA NIEVE EN LA CASA DE LOS ENANOS” (1925) DE GABRIELA MISTRAL: APROXIMACIONES DESDE EL CAMPO CULTURAL DE LA ÉPOCA CAMILA VALENZUELA LEÓN © DOCTORA EN LITERATURA CHILENA E HISPANOAMERICANA VALENZUELA.MILA@GMAIL.COM Blanca Nieve en la casa de los enanos. Santiago, Chile: Amanuta, 2012. 32 páginas. 4 “BLANCA NIEVE EN LA CASA DE LOS ENANOS” A (1925) DE GABRIELA MISTRAL: APROXIMACIONES utores y autoras no responden directamente a un campo de poder, sino más bien a una instancia intermedia: DESDE EL CAMPO CULTURAL DE LA ÉPOCA el campo intelectual1, poseedor de sus propias dinámicas, formas de organización y lenguaje. Este sistema de relaciones se articula a partir de la competencia entre cada RESUMEN Todo autor está inserto dentro un marco histórico, social y uno de los agentes, quienes luchan entre sí para obtener cultural que influye en el origen y desarrollo de su obra. Ese legitimidad. Dicha competencia se advierte por medio de marco, a su vez, es delineado por la ideología que domina y diversas estrategias que están determinadas por la estructura representa al campo de poder, la cual ha sido constituida – del campo, pero también por el habitus de los creadores, es particularmente decir, en Chile– por un discurso las directrices y modelos que definen los predominantemente masculino y católico. El año 1925, comportamientos de los individuos como también articulan Gabriela Mistral publicó “Blanca Nieve en la casa de los sus conocimientos. Se trata, entonces, de esquemas de enanos”, en el suplemento literario del periódico “El operar, sentir y pensar que están presentes en los sujetos y Espectador” de Bogotá. Este hipertexto, como tantos otros, que han sido inculcados en diferentes instancias. De tal no pudo sino vincularse con el campo cultural de la época. modo, cuando autores y autoras entran a un determinado El presente análisis pretende realizar un acercamiento a campo intelectual, están haciendo uso del capital simbólico dicho texto a partir de conceptos claves como la ideología que llevan consigo. Asimismo, dicho campo es jerárquico, dominante, los roles sexo-genéricos impuestos por ella y el 1 A partir del siglo XVII, se genera un espacio público complejo, no subordinado a la corte, en el que empiezan a florecer las academias y, en consecuencia, paulatinamente se forjan otros espacios de producción simbólica que antes no existían. Pierre Bourdieu señala, pues, que el campo intelectual es el espacio social donde tiene lugar la producción de objetos simbólicos y que posee una relativa autonomía. Este funciona como un sistema de relaciones que incluye obras, instituciones (academia, universidades, etc.) y agentes productores (autores, críticos, académicos, investigadores). Véase: Bourdieu, Pierre. Campo de poder, campo intelectual: itinerario de un concepto. Tucumán: Montressor, 2002. campo cultural que los permea. PALABRAS CLAVES: CUENTOS MARAVILLOSOS, IDEOLOGÍA, CAMPO CULTURAL. 5 es decir, se organiza bajo instituciones y agentes que La división entre los sexos parece estar “en el tendrán distinto peso funcional; según cómo se distribuya orden de las cosas”, como se dice a veces para aquel peso, el campo tendrá su identidad, sus características referirse a lo que es normal y natural, hasta el propias. punto de ser inevitable: se presenta a un tiempo, en Dentro de este marco, el cuerpo frágil, de sujeto su estado objetivo, tanto en las cosas (en la casa abyecto y subyugado, que el discurso masculino-religioso le por ejemplo, con todas sus partes “sexuadas”), invistió a la mujer durante siglos, provocó dudas sobre sus como en el mundo social y, en estado incorporado, capacidades literarias: por un lado, la naturaleza la dotaba en los cuerpos y en los hábitos de sus agentes, que de un exceso sentimental con su consiguiente incapacidad funcionan de resistencia a la crítica; por otro, su relación con el percepciones, tanto de pensamiento como de espacio privado le impedía presentar historias y personajes acción (Bourdieu 21). como sistemas de esquemas de verosímiles, habitantes de lo público. Mujer-niña, mujeranimal, que debía ser domesticada para superar su estadio Así, por ejemplo, en 1923, José Toribio Medina de ignorancia primigenia, de actos instintivos y deseos publicó La literatura femenina en Chile, una aproximación pasionales, para ser un miembro de la sociedad civilizada. jamás realizada antes por un hombre2 y en la cual Supuesto determinismo biológico que, en un pasado remoto, manifiesta: situó a la mujer dentro de lo doméstico y que, más tarde, no pudo sino encontrar sustento solo en el orden simbólico: en No todas han sabido medir sus fuerzas antes de sociedades que fabrican ideas y establecen límites sobre lo lanzarse en la producción de más de un género que supuestamente debiera ser masculino y femenino. literario sumamente difíciles de abordar y en que Articulación que se nutre del imaginario y encuentra una los fracasos tenían que resultar inevitables. El repercusión social tangible y férrea: 2 En 1917, Luisa Zanelli López publicó Mujeres chilenas de letras, sin embargo, fue Medina el primer varón en abordar el tema. Él mismo se muestra temeroso en dar ese paso, cuando afirma: «Por lo demás, bien sé que es cosa delicada esto de ocuparse de asuntos femeninos y que cuando uno menos se cata, va a herir epidermis, que por lo mismo que son suaves, resultan muy fáciles de lastimar». Véase: Medina, J.T. La literatura femenina en Chile. Santiago, Chile: Universitaria, 1923. 6 drama supone gran conocimiento de la vida y de siguió siendo, a ojos de la sociedad masculino-religiosa, un sus pasiones, que una niña, por talentosa que sea, impedimento para su desarrollo intelectual y el consecuente no está preparada para abordar con éxito […] Bajo reconocimiento privado o público. este punto de vista, nuestras literatas tienen que Así, en esa intencionalidad de progreso de la luchar con dificultades casi insuperables para que sociedad patriarcal, la mujer no fue otro agente los personajes que presenten en acción lleguen a modernizador equivalente a su par masculino, sino un despertar mediano interés (Medina XIII). objeto de la modernización que aun era necesario domesticar para enseñarle a ser racional y de tal modo La mujer de clase alta, pues, debió enfrentarse a un asegurar su rol principal en la sociedad: transmitir ese campo cultural hostil sobre todo durante la primera mitad conocimiento a los hijos e hijas de la patria. Fue así como el del siglo XX, al mismo tiempo que la mujer de clase baja se Estado chileno implementó una serie de medidas que debatía para validar su espacio en el mundo laboral, también procuraban educar a las mujeres; una de las más eminentemente masculino. Ambas situaciones fueron significativas fue la expansión de la educación femenina representadas, directa o indirectamente, en los cimientos de que, aunque no logró masificarla, sí se amplió a ciertos la literatura femenina chilena. En un extremo, la escritura grupos. Sin embargo, esta educación modelada por una poetizante y onírica que se vuelve el lugar a partir del cual tradición eminentemente masculina y religiosa no tenía se expande y debate un ‘yo’ en continuo conflicto con el como finalidad insertar verdaderamente a la mujer en el mundo exterior, entendiendo este como el marco de espacio público ni mucho menos en el campo de poder, sino convenciones asignadas socialmente a su sexo-género más bien perpetuar el orden patriarcal a través de una femenino; en el otro, las escrituras donde «[…] abundan las enseñanza con tono moralista, que diera ejemplos de roles jóvenes que escapan a la calle o que, por razones sexo-genéricos. Se trató, pues, de una educación funcional económicas, se ven obligadas a salir del hogar, volviendo en la medida que no confiaba en las capacidades obsoleta la visión que otorga a los roles domésticos la intelectuales de las mujeres como sujetos modernizadores, exclusividad para constituir el género femenino» (Cisterna sino que las incluía de forma subordinada al sistema para 18). Su naturaleza esencialmente vinculada a lo corpóreo 7 que continuaran cumpliendo su rol asignado, este es, el de Estamos dentro del espacio ideológico en sentido reproductoras que debían mantener el orden del hogar3. estricto desde el momento en que este contenido – “verdadero” o “falso” (si es verdadero, mucho mejor *** para el efecto ideológico)– es funcional respecto de alguna relación de dominación social (“poder”, Las reescrituras de los cuentos maravillosos europeos “explotación”) de un modo no transparente: la generadas en Chile durante la primera mitad del siglo XX lógica misma de la legitimación de la relación de fueron producto de este determinado contexto y devenir dominación debe permanecer oculta para ser histórico, así como de las experiencias particulares de sus efectiva (Žižek 15). autoras: por un lado, la impronta histórica de la tradición española (patriarcal y católica) y chilena (separatista, Ideología que, dentro del contexto de la cultura escindida y bélica); por otro, su condición sexo-genérica dominante, fue envuelta en papel azul para el niño y rosa antes castigada y, a inicios del siglo XX, removida desde para la niña, moldeando así categorías sexo-genéricas al sus en consecuencia, se mismo tiempo que validaba ciertas obras de la literatura conformaron como producciones artísticas e intelectuales para infancia. Los cuentos de hadas europeos, entonces, que dialogaron con una serie de producciones sociales pasaron a conformarse como los “clásicos de siempre”4 de subsumidas en la ideología masculino-religiosa, la cual ha la literatura para niños y niñas; lectura naturalizada al igual sido el eje articulador de la sociedad chilena. Pese a ello, que la misma ideología que las fijó, transformándose, algunos de esos proyectos creadores no fueron conscientes finalmente, en mitos modernos. cimientos. Dichos textos, en su momento de la propuesta ideológica que conllevaban, Era de esperarse, pues, que solo algunos de esos precisamente porque la ideología mejor constituida es cuentos fueran contados, reescritos y representados una y aquella que opera desde las sombras: otra vez, porque el mensaje ideológico funciona 3 Es sintomático, en ese sentido, que las principales carreras escogidas por mujeres fueran enfermería, educación (especialmente, parvularia) y secretariado; es decir, la elección misma tiene una importante carga simbólica, al otorgarle una vez más el ‘papel femenino’ de madres y esposas. 4 Durante la primera mitad del siglo XX, editorial Zig-Zag publicó en Chile la colección “Los clásicos de siempre”: antologías de cuentos maravillosos reescritos por autoras como Blanca Santa Cruz Ossa y Damita Duende. 8 precisamente a través de la reiteración. Uno de ellos fue moral sólo tienen dos alternativas: ser ángel o “Blanca Nieve”, relato que se erigió –siempre desde la demonio, ya que el carácter maniqueo de estos sombra– como un «[…] foco de manipulaciones ejercidas cuentos, no admite otra opción: o ser enteramente sobre la mente del niño con el doble objetivo de reforzar y buenas o completamente malas, de una belleza esencializar las alienaciones del adulto y preservar el deslumbrante o de una fealdad sobrecogedora régimen de despojo y bestialización del hombre por el (Cerda 388). hombre» (Cerda 17). Tanto en el hipotexto (Perrault, Grimm) como en los hipertextos de estas versiones, la mujer En 1925, Mistral publicó “Blanca Nieve en la casa de pareciera ocupar un lugar prioritario, convirtiéndose en el los enanos”, en el suplemento literario del periódico “El motivo principal de las acciones y conflictos. No obstante, Espectador” de Bogotá. En este poema, Mistral utiliza el lo que se genera es la perpetuación de modelos femeninos verso octosílabo, lo cual ya complejiza el primer trazados por la mitología dominante: mujer-modelo, mujer- acercamiento al texto; el lenguaje es rico en metáforas que esposa, mujer-amante, mujer-reproductora, mujer-cándida. desafían al lector-a en el proceso de lectura: «Gritan todos, En ellos, la mujer en realidad no es la protagonista de la y el asombro/ sus breves ojos agranda./ Y van hacia el historia sino más bien un elemento frágil y dulce, objeto de dormitorio,/ llevando sus siete lámparas./ Y van entrando veneración y salvación del hombre, un ser pasivo e inválido miedosos,/ y va a estallar su algazara» (Mistral 19). Se trata, que requiere la constante presencia de lo masculino para como plantea Iser, de grados de indeterminación que se adquirir identidad: encuentran en la asimetría entre el texto y su lector, es decir, de vacíos constitutivos que solo pueden ser llenados por Son seres sociales abstraídos de su contexto, medio del proceso de lectura: el texto no está completo encuadrados dentro de un estereotipo de mujer, hasta el momento que un lector-a lo actualiza. Así, toda cuyos componentes básicos son: belleza, recato, obra literaria presenta una estructura apelativa, ya que le pasividad, dependencia en todos los órdenes, exige predominio del sentimiento sobre la inteligencia y indeterminaciones presentes en el texto mismo. muchas veces inestabilidad afectiva. En el plano 9 al lector su participación para llenar las Por su parte, a diferencia de otras reescrituras de En ese pequeño reducto, Blanca Nieve no solo está cuentos maravillosos europeos desarrolladas en Chile, adecuadamente posicionada, sino que además comparte principalmente entre 1920 y 1940, que perpetuaban la espacio con hombres que, en realidad, no representan la estructura e historia de las versiones originales, el cuento masculinidad erigida por la sociedad patriarcal, sino más versificado de Mistral se centra en un fragmento del bien una masculinidad en potencia: «Son pequeños como hipotexto articulado por los hermanos Grimm: el encuentro siete/ almendritas claveteadas,/ y para que ella los vea/ se de Blanca Nieve con los siete enanos. Como sugiere Manuel empinan como las llamas./ En el regazo le caben:/ los siete a Peña Muñoz en la edición publicada por Amanuta, esto le una vez abraza…» (Mistral 25). Hombres-niños que otorga un carácter íntimo a la narración poética. Sin comparten el estadio-otro de Blanca Nieve en la medida embargo, al mismo tiempo, reduce y mantiene a la que encuentran un vínculo con la naturaleza y los protagonista en el ámbito privado en la medida que el sentimientos como el miedo, la empatía, el amor y el llanto, bosque (exterior/público) le inspira terror mientras que la todas emociones permitidas únicamente a la mujer. Esto se casa (interior/privado) le produce seguridad: «De la advierte, sobre todo, en el mismo momento del encuentro barranca, la niña/ miró a la loma cercana; ya se apretaba la entre Blanca Nieve y los enanos; primero, ella ríe al verlos: noche/ como una negra cuajada./ En lo alto de una loma/ «y Blanca Nieve, por fin,/ despierta entre la algarada./ Los está encendida una casa,/ y pestañea en la sombra/ como va mirando, mirando,/ y su risa se desata» (Mistral 23). una madre que llama» (Mistral 6). El hogar representa a la Luego, una vez que les cuenta sobre la maldad de la madre, la sensación uterina de completa confianza y madrastra y la persecución del cazador, ellos «conmovidos, ausencia de malestar que la niña anhela y, aun más, lugar al lloran/ sin cansarse de mirarla» (Mistral 25). que la niña pertenece. La niña no puede –no debe– estar en Hombres-niños que se constituyen a través de la el bosque porque su naturaleza le corresponde a la ambigüedad, ya que es, al mismo tiempo, esa masculinidad privacidad del hogar y, estando lejos del castillo, es la casa en potencia, aquello que les permite a los enanos habitar las de los enanos aquello que más se asemeja a ese lugar huellas ideológicas del discurso masculino en la medida que definido por su naturaleza. son ellos quienes pueden mirarla, tocarla, cuidarla y, finalmente, poseerla: «Corren con sus siete luces/ los 10 enanos a mirarla,/ y le hacen una aureola/ grande junto a la hegemonía masculino-religiosa; voz de mujer debatida entre cara./ –¡Ay, qué hermosa! –dicen todos–,/ y qué grande, es el silencio del espacio privado (supuestamente femenino) y como un haya./ Y uno le toca las sienes,/ otro le mide la la necesidad de habitar el espacio público (imperantemente espalda […]» (Mistral 23); «Y le cogen las orejas./ Le masculino); voz escindida entre la censura, el temor y la dicen: “almejas blancas”,/ y miden sus dedos largos;/ abyección. “caracolazos” los llaman./ Y por fin la van durmiendo/ con canción enamorada» (Mistral 26). A partir de este momento, Blanca Nieve no es solo la niña perdida que entra a la casa de los enanos, sino que es la mujer bella, frágil y virgen que necesita solo dos cosas: protección y amor, que solo la masculinidad –en este caso, encarnada en la figura de los enanos–, le puede proveer: «y los enanos te velan/ en cerco de siete espadas./ Los duendes de los metales/ te cuidan mejor que tu alma» (Mistral 31). ¿En qué lado se situó Mistral? ¿En la libertad e igualdad sexo-genérica o en la perpetuación de los modelos tradicionales? Intentar emplazarla en un extremo u otro significaría reducir la problemática a un espacio monológico, en la medida que ella, al igual que la mayoría de las mujeres de su época, se debatía entre ambos polos como también en la espesura de lo sin nombre: ese lugar intermedio que solo las mujeres debieron habitar. La historia de la narrativa chilena de mujeres, por tanto, se articuló como discurso marginal que buscaba su identidad a partir de la propia enunciación y a contrapelo de la 11 BIBLIOGRAFÍA Bourdieu, Pierre. La dominación masculina. Trad. Joaquín Iser, Wolfgang. «La estructura apelativa de los textos». Jordá. Barcelona, España: Anagrama, 2000. Impreso. Warning, Rainer (ed.). Estética de la recepción. Trad. Cerda, Hugo. Ideología y cuentos de hadas. Madrid, Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina. Madrid, España: España: Akal, 1985. Impreso. Visor, 1989. 133-148. Impreso. Cisterna Jara, Natalia. «Sujetos femeninos y espacios Medina, José Toribio. La literatura femenina en Chile. modernos en la narrativa de mujeres latinoamericanas Santiago, Chile: Universitaria, 1923. Impreso. de inicios del siglo XX: Jirón de Mundo e Ifigenia». Mistral, Gabriela. Blanca Nieve en la casa de los enanos. Documentos Lingüísticos y Literarios 28 (2005): 18- Con comentario crítico de Manuel Peña Muñoz. 22. Digital. Santiago, Chile: Amanuta, 2012. Impreso. Žižek, Slavoj (comp.). Ideología. Un mapa de la cuestión. http://humanidades.uach.cl/documentos_linguisticos/d ocument.php?id=78 Trad. Cecilia Beltrame. Buenos Aires, Argentina: Fondo de Cultura Económica, 2003. Impreso. 12 N° 4 – Año 1 – Abril 2015 LO OMINOSO Y LA BÚSQUEDA DEL ORIGEN EN NIEVE NEGRA DE CAMILA VALENZUELA NATALIA DÍAZ HERNÁNDEZ LICENCIADA EN LETRAS MENCIÓN LITERATURA NATALIADIAZ801@HOTMAIL.COM Nieve Negra. Santiago, Chile: Ediciones SM, 2014. 109 páginas. 13 E LO OMINOSO Y LA BÚSQUEDA DEL ORIGEN EN NIEVE NEGRA DE CAMILA VALENZUELA l origen de los cuentos maravillosos no tiende a ser de conocimiento común, así como tampoco sus reescrituras. A partir de finales del siglo XVII, en Europa, se intentó recuperar el “alma colectiva” de las identidades nacionales RESUMEN En el presente comentario crítico se analizará, desde una (Carranza 2) a través de recopilaciones de relatos populares perspectiva psicoanalítica, la manera en que Nieve Negra de tradición oral. En este cometido, cuyo fundamento (2014) de Camila Valenzuela León reescribe el cuento radicaba en redimir gran parte del folclor de los pueblos de maravilloso Blancanieves de Jacob y Wilhelm Grimm. Este donde provenían dichos relatos, también significó la último es trasladado a un Chile en el cual se construye un plasmación escritural de diversos períodos históricos, cuyos imaginario nacional atravesado por una historia que hace contextos influyeron notoriamente en sus transcripciones1. posible el viaje hacia lugares conocidos y desconocidos, A pesar de que estos relatos fueron escritos de manera indagando en los sueños y los recuerdos a través de atemporal (“Había una vez”, “en un lugar lejano”), sensaciones sombrías. Asimismo, se abordará la dicotomía configuraron significativos motivos ideológicos y fuertes mortalidad-reencarnación, haciendo manifiesta una abierta intereses políticos e históricos, vinculados a sus contextos pregunta por la existencia humana y los orígenes de la sociales (Giménez Calpe 89). De la misma forma, sus propia cultura. posteriores reescrituras y reinterpretaciones, si bien integran 1 PALABRAS CLAVES: REESCRITURA, LO Charles Perrault en Francia, en el contexto de la Ilustración, recopiló cuentos de tradición oral, dirigidos a la burguesía y aristocracia francesas con finalidades moralizadoras, a diferencia de lo que sucede con Aleksander Afanasiev en Rusia, quien intentó acentuar el interés por la poesía popular (primera mitad del siglo XIX) en un contexto social de múltiples movimientos campesinos oprimidos por una reforma que fortalecía la proliferación del capitalismo y la mitigación de la cultura popular. En el caso de Alemania, con Jacob y Wilhelm Grimm, a través de movimientos como el romanticismo, la recopilación de los relatos orales tenía como finalidad la oposición al racionalismo ilustrado, enfocado este último en el utilitarismo de la producción humana en función de ganancias económicas. OMINOSO, IMAGINARIO MESTIZO. 14 elementos de las historias originales, dialogando con estas – representan la indefectible hibridez de la cultura chilena y convirtiéndose, así, en metatextos–, se transfiguran, cada latinoamericana. cual, a su propia realidad histórico-social, integrando En el texto novelesco, ambas historias se ordenan de distintas formas de pensamiento, según la finalidad con que forma paralela, intercalándose una a otra sucesivamente, a se haya buscado volver a mirar este tipo de relatos que, medida que los capítulos van retrocediendo en una suerte de desde hace ya dos siglos, forman parte de uno de los tipos cuenta regresiva (del “Diez” al “Uno”). El primer relato, de narrativa más difundida y utilizada para el público lector narrado por una adolescente en primera persona, presenta infantil, adolescente y juvenil2. una conexión con el segundo, el que cuenta con un narrador –novela omnisciente, a través de dos símbolos relacionados con ganadora del Premio Barco de Vapor 2014– es una Blancanieves: un espejo y un manzano. A medida que las reescritura que traslada Blancanieves de los hermanos historias van tomando curso, se entrevé la manera en que Grimm a Santiago de Chile, en dos historias: una, Nieve Negra, a la vez que se vincula con el cuento de contextualizada en 1647, años en los que Chile se halla bajo tradición popular de los Grimm, toma distancia de este, el dominio de la Corona española, en una época colonial integrando una trama atravesada por el eterno retorno de lo lúgubre bajo el encuentro de dos culturas (una de ellas, semejante y la pregunta por el origen, delineándose a partir impuesta); la otra, en el siglo XXI, no obstante, de cuatro personajes femeninos –la adolescente de la inevitablemente vinculada con el pasado. Un enlace entre primera historia; la niña, la madrastra y la esclava negra de dos relatos que construyen un imaginario nacional en cuanto la segunda–, quienes, mientras transcurre el relato, van Nieve Negra de Camila Valenzuela subvirtiendo ciertos modelos de género impuestos por el 2 La mayoría de estas recopilaciones no estuvieron dirigidas, en ese entonces, a un público infantil y/o adolescente-juvenil, como lo es ahora. La diferencia entre los primeros cuentos y muchas de sus posteriores reescrituras radica, únicamente, en que en la actualidad el objetivo de transmitir valores morales y ciertas ideologías políticas o de conducta social considera otro público: los niños-as, adolescentes y jóvenes, para los cuales se construyen textos teñidos por un consciente adultocentrismo. Revisar: Zipes, Jack. Romper el hechizo. Una visión política de los cuentos folclóricos y maravillosos. Buenos Aires, Argentina: Lumen, 2001. cuento original y muchas de sus reescrituras. Ninguno de sus personajes representa, en su completitud, un modelo estándar de “rol” femenino, en cambio, todos transitan por distintas posiciones de fortaleza y poder: “la adolescente” está construida a partir de la incansable búsqueda de su 15 propia identidad; “la niña”, por su parte, si bien pareciese La reescritura del cuento maravilloso se percibe tener una personalidad débil y sumisa, posee una fuerza desde el comienzo: se tiene, en primera instancia, a la interior indestructible; finalmente, “la negra” manifiesta una adolescente protagonista de la primera historia, sintiéndose imponente autoridad, mientras que “la madrastra”, un como “raíz dentro de la tierra” (12) al encontrar la que será temperamento determinante. Lo anterior se ve potenciado su nueva casa en un barrio de Ñuñoa, en el que, siglos atrás, por una dualidad que se hace patente a través del concepto había transcurrido la historia que se inicia a continuación. freudiano de “lo ominoso”, esbozado por primera vez en el Una serie de alcances a Blancanieves se presentan en este ensayo del mismo nombre, “Das Unheimliche” (1919), en punto. Entre ellos, el encuentro inminente con el manzano, tanto supone un efecto siniestro que envuelve lo oculto, al uno de los umbrales entre el mundo conocido y el mundo de manifestarse aquello en el regreso de lo conocido. Este lo ominoso. Este y el espejo se delinean como espacios concepto posee una multivocidad de significados que oscilantes, en tanto se encuentran presentes entre dos permiten integrar, en una sola palabra, dos grupos de tiempos distintos, haciendo manifiesto lo oculto: «Lo que sentidos opuestos: lo “íntimo”, “familiar” u “hogareño” estaba detrás me llamaba. Gritaba mi nombre en silencio (220) y lo “secreto”, “oculto”, “clandestino” y “misterioso” […] en un silencio que me envolvía a mí» (Valenzuela 13). (223). En este punto, se integra la dualidad de la novela que, Tanto el manzano como el espejo que se encuentra de la misma forma que el concepto, encierra dentro de sí, enterrado a sus pies generan en la adolescente, a partir de por un lado, “lo conocido”, mediante objetos y símbolos ese momento, una sensación siniestra que se apodera de ella que la adolescente del primer relato encuentra en su nuevo y gatilla la investigación por el secreto escondido tras el hogar, y por otro, “lo ominoso”, presente en toda la novela, efecto inquietante provocado por ambos elementos. ¿Qué comenzando en el segundo relato, envuelto en un ambiente es, sin embargo, lo que ha permanecido oculto y que se ha de fuerzas oscuras y magia negra, traspasando el efecto revelado a la protagonista de esta historia a través de sus siniestro de “lo ominoso” al relato anterior, a través de la sueños?: inevitable ligazón entre ambos. 16 Sueño con el espejo […] Camino hasta la ventana contraer matrimonio, así como también la ausencia total de y veo al manzano solo e imponente en medio del la figura paterna, sin explicaciones al respecto (Carranza 4). patio. Alcanzo a ver las frutas que cuelgan de sus En este caso, la ausencia del padre de “la niña” tiene ramas. Verdes, amarillentas todas. Menos una, que explicación: es roja […] Siento toda la energía del árbol sobre intencionalmente por su mujer para deshacerse de su hija, esa manzana de sangre. Me doy vuelta, me acerco sin embargo, a diferencia de Blancanieves, el foco de al espejo […] no veo mi reflejo, no veo mi sombra. atención se lo llevan los personajes femeninos. Desde su Solo veo caer dentro de él una espesa nieve negra paso de la oralidad a la escritura y muchas de sus (Valenzuela 17). reescrituras –entre ellas, las versiones cinematográficas de su muerte en un incendio provocado Disney–, este cuento ha transmitido, «[…] junto a la La respuesta va develándose a lo largo de la segunda enseñanza de que el bueno será recompensado y el malo, historia. Su comienzo es ambivalente, una vida y una castigado, valores […] como la defensa de la sociedad muerte. Al igual que en Blancanieves, la vida y la muerte patriarcal o la codificación de los comportamientos mediatizarán toda la historia. Tanto el nacimiento de “la masculinos y femeninos» (Giménez Calpe 4). De esta niña” y la muerte de su madre –con las mismas manera, elaborado a partir de la ideología burguesa de la características físicas: «[…] piel blanca como la nieve, época, se proponía a Blancanieves, por ejemplo, como labios rojos como la sangre, cabello negro como el ébano» retrato ideal de la joven mujer que será salvada, toda vez, (20)– como el posterior matrimonio del padre con una por una figura masculina. mujer desconocida y sin memoria (quien llega a la misma A diferencia de lo anteriormente esbozado, en esta casa que luego habitará la adolescente) sugieren al lector-a, novela, no existe personaje masculino con la heroica tarea inmediatamente, una conexión con el cuento maravilloso, de rescatar a la princesa y quedarse con el reconfortante no obstante, esta vez, desarrollado en un contexto colonial premio de un final de felicidad eterna. La figura del chileno. Es común, en los cuentos de tradición popular, príncipe, quien hacia el final del cuento maravilloso, redime como es el de los Grimm, la premura del padre por volver a de la muerte a Blancanieves con un beso, no hace su 17 aparición en ninguna de las dos historias. Un débil cuello luego del terremoto: «Imagen diabólica, presagio acercamiento a este personaje sería “el Flaco”, amigo/novio funesto. La divinidad está enojada […]. Cuídese, cuide a su de la adolescente, quien siempre ausente o demasiado familia, patroncito, dijo la negra. Esto recién comienza» ocupado en vacacionar y subir fotos a Facebook, jamás (19). Todo lo anterior –integrando los presagios y magia presenta una importancia suficiente para formar parte activa negra del personaje “la negra”, quien, de cierta manera, del relato. Al mismo tiempo, la figura paterna se delinea toma el papel de espejo oráculo– recrea escenas en que la fundamental tanto para la protagonista adolescente como sensación de “lo ominoso” y “lo numinoso”3 no solo afectan para “la niña”, puesto que un amor enmarcado en el a los personajes, sino que también traspasan su efecto al complejo de Elektra jungiano, como en algún momento la lector-a real. Es de esta manera que, además de los deseos adolescente lo reconoce, siempre está presente; sin por acceder al amor del padre cegado por la hermosura de la embargo, no posee la fuerza suficiente para enfrentarse a las hija-reencarnación de la madre muerta, se evidencia, a poderosas rivalidades hija-madre/madrastra que se explican diferencia de la madrastra de Blancanieves, el conflicto precisamente por las disputas de atención y deseos de amor interno por la inviable pertenencia a una alcurnia distinta. por el padre. Es aquí donde se ve implicado el imaginario El espejo descubierto por la adolescente, con la mestizo que Nieve Negra posee en sus relatos, apropiándose ayuda de su perro quiltro, tiene una confección particular: de la historia nacional. En Blancanieves, la figura del «[…] su borde dorado, de unos cincuenta centímetros de villano se encuentra personificada en la reina-bruja- ancho, tenía talladas cientos de pequeñas hojas que madrastra, a quien la moviliza un único deseo: ser la más rodeaban a tres mujeres, una abajo y dos a cada lado, siendo bella del reino. Los razonamientos de la madrastra de Nieve coronado por dos ángeles que se dan la mano» (15); su Negra se encuentran dotados de otras significaciones. “La 3 El término “numinoso” fue expuesto por Rudolf Otto (1869-1937), teólogo protestante alemán y uno de los pensadores más influyentes de la primera mitad del siglo XX. En su obra Das Heilige, de 1917, Otto concibe la experiencia religiosa como el fundamento de todas las religiones. A esta experiencia religiosa le confiere la denominación de “numinous”, traducida al español como “numinoso”. Otto creó ese nombre, derivándolo de “numen” (dios, divinidad, inspiración o majestad divina), en orden de denotar la esencia de lo sagrado, pero en un contexto fuera de toda interpretación racional. mujer”, así llamada por el narrador omnisciente, responde a características que la vinculan directamente con la leyenda de la Quintrala. En especial, por el comienzo en el que es referenciado el Cristo de mayo y la corona atrapada en su 18 descripción representa en sí el imaginario colonial en que lo Este efecto que produce “la negra” en su entorno, en pagano-indígena se entremezcla con lo cristiano-español. especial en “la mujer”4, se inmiscuye entre lo sacro y lo Pero no solo existe dualidad en este objeto confeccionado sacrílego, entre lo ambiguo-oscuro y lo manifiesto-diáfano, por “la negra” de la segunda historia, sino que también hay lo que infundía un respeto inigualable y digno de una tríada que se explica por los tres personajes principales admiración, al mismo tiempo que se sitúa en “lo ominoso”. del relato. El espejo pertenecía a “la mujer”, había sido Ya se ha asentado que lo unheimlich produce, además del creado para ella, la madrastra que cada día observaba en su efecto de terror, en cuanto a su sentido oculto, una reflejo algo completamente opuesto a un rostro níveo y sensación de tranquilidad, puesto que algo ya conocido hermoso como el de “la niña”, a quien, incluso, dolía mirar. alguna vez se ha manifestado de nuevo. Todo lo que “la Los arrebatados deseos de muerte incrementaban a partir de negra” presagia y sabe, sucede en otra vida, la de la ese ideal de belleza que le recordaba que nunca sería similar adolescente de la primera historia. Esta, con los mismos a ella. “Lo ominoso” y “lo numinoso” se hacen presentes a rasgos físicos que “la niña”, descubre en sus sueños, su través de estos deseos, reforzados con la magia inexplicable historia pasada. En un comienzo, “lo ominoso” se presenta que “la negra” parecía poseer. Aquellos, sin embargo, siniestro, debido a las pesadillas que hacen ver, a la siempre serían frustrados. “La negra” sabía de siempre que adolescente, el padecer de su Yo pasado ante su madrastra “la niña” no moriría, una existencia dependía de la otra y cruel. No obstante, posteriormente, aquello que se presenta ambas, como una, eran infinitas. oscuro y tenebroso sale a la luz. La vida actual de la Cada vez que este personaje realiza uno de sus adolescente se ve reflejada en la anterior: la mala relación presagios, se presenta un ambiente misterioso, en especial con su madre, con quien no tiene ningún parecido físico; el por la sensación de “lo numinoso”, que al pertenecer a las increíble apego con su padre, quien había dado la vida por cualidades de lo sagrado, se posiciona en una dialéctica ella; la cercana relación con su perro quiltro, el cual, desde entre lo puro y lo impuro, entre el bien y el mal, debido a 4 que toda fuerza que lo encarna tiende a ser ambigua, «Aunque no quisiera reconocerlo, esa mujer le inspiraba terror. La negra era todo lo que ella no conocía, no sabía. Su pasado, su futuro. La negra era poder genuino […] tenía un pacto con fuerzas que le cuidaban la espalda» (Valenzuela 52-53). manifestándose en los límites fronterizos de lo religioso. 19 la edad de siete años –la misma edad de “la niña” en la obra de Rank. En primer lugar, en «[…] la repetición de alcanzar la belleza y lozanía detonantes de su propia los mismos rasgos faciales, caracteres, destinos, actos» desgracia–, apareció en su vida como un compañero fiel, de (Freud 234) de la madre fallecida en “la niña”, luego, la misma forma en que “la negra” establecía un lazo de resurgidos en la adolescente. En segundo lugar, «[…] en la complicidad y afecto con “la niña”. transmisión de procesos anímicos de una persona a su “Lo oculto” también se manifestó siniestro en el ‘doble’ […] de modo que uno participa en lo que el otro retorno involuntario al mismo lugar, al comienzo de la sabe, piensa y experimenta, y la identificación de una historia, en el encuentro de la adolescente con el que, siglos persona con otra, de suerte que pierde el dominio de su antes, había sido su hogar. Ese tipo de experiencias hace propio yo y coloca el yo ajeno en lugar del propio, o sea, «[…] parecer siniestro lo que en otras circunstancias sería desdoblamiento del yo, partición del yo [o] sustitución del inocente, imponiéndonos así la idea de lo nefasto, de lo yo» (Freud 234). En este sentido, la triada de personajes ineludible, donde en otro caso habríamos hablado de femeninos conforma un Yo-presente en común con la ‘casualidad’» (Freud 237). No obstante, aquello oculto se adolescente. hace conocido y familiar, rescatando el otro sentido de Rank expone en El doble una minuciosa tipología, unheimlich, a través del develamiento de las múltiples vidas analizando múltiples obras literarias y cinematográficas en vividas en un solo cuerpo, que no solo dictan relación con la las que los dobles se manifiestan como representaciones de reencarnación de “la niña” en la adolescente, sino que la confrontación psíquica entre el yo y el otro, estudiada por también comprenden a los dos personajes femeninos con los el psicoanálisis. Primeramente, el autor apunta algo esencial que se encuentra mediatizada toda la existencia de ese en el análisis del doble: «[…] la idea de que el pasado de personaje. En la repetición de lo semejante se halla inmerso, una persona se aferra inevitablemente a esta y se convierte asimismo, el tema del doble, expuesto en 1925 por Otto en su destino» (Rank 34), efecto que desde el comienzo ha Rank. En el ensayo de Freud, se hacen visibles dos tipos de marcado la pauta de la historia de la adolescente. Así, una manifestaciones del eterno retorno de lo semejante, los de las formas más comunes de representar el encuentro con cuales se relacionan directamente con el tema del doble en el otro es a través de la «[…] equivalencia entre el espejo y 20 la sombra como imágenes que se aparecen al yo como sus piel era tan firme como la cáscara de una manzana» semejanzas» (Rank 39). El espejo forma parte de la (Valenzuela 74). Sin embargo, al retomar el contexto conexión entre tres personajes, así como también entre dos colonial y hacer el enlace inevitable de las descripciones de tiempos distintos. Por añadidura, es el elemento a partir del “la mujer” con Catalina de los Ríos y Lisperguer, se hace cual “la mujer” se diferencia de “la niña” como su opuesto posible comprender detalles fundamentales que esclarecen inalcanzable y esta última se iguala con “la negra” como esa sensación de no pertenencia y no memoria de “la mujer” opuestos inseparables. ni en su propia historia ni en la fuerte unión de los otros dos El tema del doble como narcisismo se ve reflejado personajes. Aquella, al igual que la Quintrala, mestiza, tanto en Blancanieves como en esta novela a través de los según la leyenda, hereje, asesina y brutal con sus sirvientes intentos de asesinato: «[…] una forma indolora de matar a –violencia que, según lo creía Benjamín Vicuña Mackenna5, un yo distinto: una ilusión inconsecuente de la división del se debía a sus genes étnicos de naturaleza indígena, por yo malo, culpable» (Rank 126). Manifestándose como parte de madre–, representa la mezcla, el híbrido entre lo instinto suicida, el narciso, en la incapacidad de eliminarse a español y lo indígena, ni uno ni otro. “La niña”, en cambio, sí mismo, intenta la destrucción del otro para liberarse de la simboliza la pureza de la casta española y del cristianismo. intolerable tanatofobia y el miedo a envejecer (Rank 123): “La negra”, por su parte, pagana, también era pura, hija de «Miró su rostro en el espejo […] ya había dejado de contar esa tierra, antes de la llegada de los colonizadores. ¿En las líneas que lo cruzaban […] Quizás, cuando la niña dónde se instala, entonces, la madrastra cruel? “La mujer” muriera, dejaría de mirar su reflejo en el espejo» había llegado a la casa de esa familia, sin memoria, «[…] la (Valenzuela 76). En un comienzo, es posible concebir que 5 Benjamín Vicuña Mackenna, político e historiador chileno, publicó en 1877, un ensayo sobre Catalina de los Ríos y Lisperguer, utilizando como referencia documentos notariales y judiciales que prueban los múltiples y diversos delitos cometidos por “la Quintrala” a lo largo de su vida. Dicho ensayo sigue considerándose documento histórico, aun cuando muchos de los eventos o particularidades que relata no tienen fuentes históricas fidedignas. Véase: Vicuña Mackenna, Benjamín. Los Lisperguer y la Quintrala: (Doña Catalina de los Ríos): episodio histórico-social con numerosos documentos inéditos. Valparaíso, Chile: Impr. de El Mercurio, 1877. “la mujer” no forma parte de la relación tan potente existente entre “la negra” y “la niña”, ya que el mismo personaje cavila en algún momento en esta idea: «Ella, en cambio, era un ser inferior. No inspiraba ni respeto ni admiración, ni siquiera envidia como cuando era joven y su 21 vida le había hecho olvidar sus raíces» (29) y el deseo de ser adolescente ha descubierto que su origen es más que solo un algo que no era, la había condenado a vivir «[…] maldita eterno viaje cíclico entre una vida y otra; igualmente, ha una vida tras otra, escindida hasta que el sol y la luna se penetrado en la legítima historia de sus raíces que cansen de aparecer en el cielo» (107) y solo volvería a constituyen una enrevesada, pero valiosa amalgama de unirse cuando recordara de dónde provenía. El círculo del tradiciones que, aunque producto de imposiciones y eterno retorno encuentra su punto de inicio y fin en los tres sincretismo, forman parte de la hibridez que configura la personajes, en los cuales también se hace patente el ciclo de cultura tanto latinoamericana como chilena. la vida, a través de las estaciones del año que representan: primavera-niña; verano-adolescente; otoño-mujer; inviernonegra. El vínculo se da hacia el final de la cuenta regresiva, el capítulo “Uno”, en el que la adolescente une los últimos cabos sueltos del misterio. “Lo oculto” finalmente es develado. En el encuentro onírico de las dos vidas paralelas, “la niña” y la adolescente comprenden en qué medida sus vidas se ven afectadas, la una a la otra, además, por los otros dos personajes, quienes reflejan la ineludible unión de dos etnias que representan en sí un solo ser presente. De esta manera, como ya el título lo revela anticipadamente, Nieve Negra se encuentra mediatizada por la dualidad, aquella que, además de evidenciar una característica intrínseca al ser humano –constituido por bien y mal, luz y oscuridad– da cuenta del imaginario mestizo sobre el cual se construye y se configura la identidad chilena. La 22 BIBLIOGRAFÍA Carranza, Marcela. «Blancanieves. Enigmas y desconciertos Giménez Calpe, Ana. «El mito de la princesa: Blancanieves del cuento popular». Revista Imaginaria 333 (2013). y la Bella Durmiente según Elfriede Jelinek». Digital. Extravío. Revista electrónica de literatura comparada http://www.imaginaria.com.ar/2013/12/blancanieves- 6 (2014): 82-96. Digital. enigmas-y-desconciertos-del-cuento-popular/ https://ojs.uv.es/index.php/extravio/issue/view/159/sh Freud, Sigmund. «Lo ominoso». Obras Completas. Vol. owToc XVII: De la historia de una neurosis infantil y otras Rank, Otto. El doble. Trad. Floreal Mazía. Buenos Aires, obras. Trad. José L. Etcheverry. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Orión, 1976. Impreso. Argentina: Amorrortu Editores, 1992. 215-259. Valenzuela, Impreso. Camila. Nieve Negra. Santiago, Chile: Ediciones SM, 2014. Impreso. Zipes, Jack. Romper el hechizo. Una visión política de los cuentos folclóricos y maravillosos. Trad. Vanina Cúccaro. Buenos Aires, Argentina: Lumen, 2001. Impreso. 23 PERFILES COLABORADORES-AS UMBRAL N° 4 – AÑO 1 – ABRIL 2015 CAMILA VALENZUELA LEÓN Licenciada en Literatura y Magíster en Edición, Universidad Diego Portales. Magíster en Historia del Arte, Universidad Adolfo Ibáñez. Candidata a Doctora en Literatura Chilena e Hispanoamericana, Universidad de Chile. Es, además, escritora de narrativa para adolescentes y jóvenes así como gestora y docente del Diplomado de Literatura Infantil y Juvenil del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA-USACH). Integrante de CiEL Chile, Centro de Investigación y Estudios Literarios: discursos para infancia, adolescencia y juventud. NATALIA DÍAZ HERNÁNDEZ Licenciada en Letras mención Literatura de la Universidad Andrés Bello. Ha publicado una reseña (en coautoría con Daniela Gutiérrez) sobre AV. INDEPENDENCIA. Literatura, música e ideas de Chile disidente de Rubí Carreño Bolívar, en la Revista de Humanidades 28 (jul-dic 2013) de la misma universidad. Actualmente, es estudiante de la Licenciatura y Pedagogía de Educación Media con mención en Lenguaje y Comunicación (Universidad de Chile). 24 Umbral –de publicación mensual– es una colección de propuestas críticas en torno a textos narrativos, poéticos u otros, tanto chilenos como latinoamericanos, que han sido destinados para niños-as, adolescentes y jóvenes. Nuestra finalidad con esta publicación es crear una instancia de reflexión y diálogo multidisciplinario, abierto tanto a la comunidad académica como al público en general. 25
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