24 de mayo 2015 - Eco Católico

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Etapa IV - Año CXXXII Tomo 134 - (4376) Costa Rica
Domingo 24 de mayo 2015 - Pentecostés
Romero:
Pastor y mártir
nuestro
Su beatificación es un signo
de Dios para nuestros pueblos
y un aliciente a no desfallecer
en la promoción de la paz y el
desarrollo con justicia social.
P/2-16
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Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Eco Católico
Domingo 24 de mayo 2015
Romero:
Pastor y mártir nuestro
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Ceremonia de beatificación en San Salvador
Miles junto al “mártir por amor”
Fundado en 1883
Sede Conferencia
Episcopal de Costa Rica
Los organizadores han confirmado la presencia de al menos nueve presidentes, cinco cardenales, decenas
de obispos y unos 1.200 sacerdotes.
Calle 22- Avs. 3 y 5, San José
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Este sábado 23 de mayo
unas 260 mil personas se
congregan en la plaza Divino
Salvador del Mundo, en San
Salvador, para participar en la
ceremonia de beatificación de
Mons. Óscar Arnulfo Romero y Galdámez (1917-1980),
el “Mártir por amor”, según
el lema elegido por la Iglesia
local.
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Apartado postal
1064 -1000 San José
Está previsto que la Eucaristía de Beatificación inicie a
las 10 de la mañana. Será presidida por el Cardenal Angelo
Amato, designado por el Papa
Francisco; además se contará
con la presencia del purpurado
Vincenzo Paglia, postulador
de la causa de beatificación de
Monseñor Romero.
Créditos
Presidente Junta Directiva
Mons. José Rafael Quirós Q.
Director
Lic. Martín Rodríguez G.
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Asesor doctrinal
Pbro. Víctor Hugo Munguía C.
Edición
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Circulación
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3 - Miles junto al “mártir por amor”
4- Oscar Arnulfo,
el segundo de ocho hermanos…
6- Un solo disparo...
directo al corazón
8- ¡Pastor, profeta,
obispo fiel al Señor!
9 -El camino a los altares…
10- Su herencia espiritual
consta en 200 homilías
14- América Latina agradecida
por beatificación
Los organizadores detallaron que a las 8 de la mañana
los sacerdotes se reunirán en la
Parroquia San José de la Montaña donde se les entregará
una estola roja y la foto de recuerdo de Monseñor Romero.
Una hora y media más tarde,
se formarán para la procesión
de entrada.
Asimismo, a través de la
página oficial de la beatificación -beatificacionromero.orgse explica el rito del que serán
testigos millares de personas:
“El Arzobispo, Monseñor José Luis Escobar acompañado con el postulador de
la causa, Monseñor Vicenzo
Paglia, se dirigirán junto a la
cátedra, hacia el representante
del Santo Padre, Su eminencia
Angelo, Cardenal Amato. El
postulador de la causa presenta una pequeña biografía de
Monseñor Romero. El delegado del Santo Padre lee la Carta
Apostólica”.
El Arzobispado de
San Salvador invitó
a la ceremonia unos
1.500 campesinos de
familias muy pobres
de El Salvador.
Añade que terminada la
lectura se develará la gigantografía del beato, mientras se
hará un canto. En el momento
que se inicia el canto, se presentan las reliquias del beato
junto al altar y se adornan. El
delegado del Santo Padre las
inciensa.
Seguirá la fórmula de agradecimiento por parte del Arzobispo Escobar.
Inmediatamente después,
el Arzobispo y el postulador de
la causa dan el saludo de paz
al delegado del Santo Padre.
En ese momento el Cardenal
Amato entrega una copia de la
Carta Apostólica al Arzobispo
y al postulador de la causa.
Después continúa la misa
normalmente.
Jóvenes ayudan como
voluntarios
Alrededor de 2600 voluntarios están preparados para
acoger y acompañar a los miles de asistentes a la Misa de
Beatificación.
Se han dividido en dos
grandes grupos, explican los
organizadores. 1200 voluntarios jóvenes a cargo del Padre
Santos Hernández son los encargados del protocolo, acogida y acompañamiento de todo
el pueblo de Dios.
Otros 1400 jóvenes a cargo
del Padre Tulio Tobar velarán
por la acogida y acompañamiento del área de la plaza y
acompañamiento de la Comunión.
Para el coro se realizó
previamente un casting y se
eligieron 125 personas que
cantarán a 4 voces. Ellos han
ensayado durante meses en el
Seminario de San José de la
Montaña y una de las canciones que cantarán es Poema a
Monseñor Romero de Francisco Andrés Escobar. El poema
fue musicalizado por Salvador
Marroquín especialmente para
esta ocasión.
El poema, dijo Marroquín
al periódico La Prensa Gráfica,
“cobra especial significado, no
solo porque ha sido escrito
por un salvadoreño que tuvo
la oportunidad de conocer y
expresar su amor a Romero a
través de las letras, sino también porque este poema tiene
vigencia en un momento de
crisis en el país, en donde se
está perdiendo lo más valioso
que tenemos: la vida”,
Desde presidentes hasta
campesinos invitados
Presidentes, cuerpo diplomático, cardenales, obispos,
sacerdotes y familiares figuran entre los invitados a la
ceremonia de beatificación de
Mons. Óscar Arnulfo Romero.
Los organizadores han confirmado la presencia de al menos nueve presidentes, cinco
cardenales, decenas de obispos
y unos 1.200 sacerdotes.
Pero también el Arzobispado de San Salvador invitó a la
ceremonia unos 1.500 campesinos de familias muy pobres
de El Salvador, como un ho-
El pueblo humilde salvadoreño y centroamerica reconoce
en Monseñor Romero virtudes heroicas desde antes de su
martirio.
menaje a los sectores con lo
cuales Mons. Romero trabajó.
La comisión organizadora de la Iglesia informó que
se colocarían 40 pantallas gigantes en distintos puntos del
perímetro de seguridad para
transmitir la ceremonia.
En cuanto al tema de la seguridad, el Gobierno asumió
esa responsabilidad y aunque
las maras anunciaron una tregua en honor a Mons. Romero,
el Gobierno no se pronunció al
respecto.
En El Salvador unos 7.000
soldados y 23.000 policías están dedicados diariamente a
vigilar las calles y los movimientos de los grupos criminales, especialmente las maras.
Y es que este país centroamericano es uno de los más
violentos de Latinoamérica, de
enero a marzo pasados, El Salvador registró 16,2 homicidios
por cada 100.000 habitantes.
Actualmente, tiene en prisión
a 12.851 mareros.
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Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Oscar Arnulfo,
el segundo de ocho hermanos…
El origen humilde del nuevo beato fue determinante en su opción evangélica por los pobres y los oprimidos,
misma que lo llevó al martirio.
un tiempo con el fin de iniciar
una tesis doctoral que pretende
orientar hacia la mística o la
teología ascética, pero la guerra europea le impide terminar
los estudios y se ve obligado a
regresar a El Salvador.
Ana Cecilia Espinoza C.
aespinoza@ecocatolico.org
“El Pastor tiene que estar
donde está el sufrimiento. La
palabra queda y ése es el gran
consuelo del que predica. Mi
voz desaparecerá pero mi palabra, que es Cristo, quedará
en los corazones que la hayan querido recoger” (17-121978).
El camino sacerdotal
Romero inició su camino
sacerdotal en la parroquia de
Anamorós, trasladándose poco
después a San Miguel, donde
estuvo por 20 años llevando a
cabo su labor pastoral.
Con estas frases y muchas
otras, Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdames dejó
su huella eclesial durante uno
de los periodos más convulsos de la historia de su país,
El Salvador, así como de toda
América Latina.
Una huella que fue marcada por su origen humilde y
las condiciones sociales que le
correspondió vivir, misma que
con firmeza y amor por sus hermanos más pobres denunciaba
desde el púlpito, contra la violencia militar y revolucionaria
que se vivía en El Salvador de
finales de la década de los años
setenta, y por la cual fue asesinado a tiros mientras celebraba
la Santa Misa.
Niño tímido, minero…
sacerdote
Monseñor Óscar Arnulfo
Romero nació en Ciudad Barrios (San Miguel) el 15 de
agosto de 1917. Fue el segundo de los 8 hermanos de una
familia humilde. Su padre,
Santos, era empleado de correo y telegrafista y su madre,
Guadalupe de Jesús, se ocupaba de las tareas domésticas. El
Salvador era por entonces un
país de relativa prosperidad
económica (gracias al cultivo
y exportación de café) pero
En Anamorós, impulsó diferentes movimientos apostólicos como la Legión de María, los Caballeros de Cristo o
los Cursillos de Cristiandad;
desarrolla obras sociales como
Alcohólicos Anónimos o Cáritas; promueve la construcción
de la Catedral de San Miguel y
favorece la devoción a la Virgen de la Paz.
Monseñor Romero durante su época de estudios en Roma,
interrumpidos por la II Guerra Mundial.
dominado por un poder oligárquico que mantenía oprimida a
la población campesina.
Según los diferentes biógrafos de la vida de Monseñor
Romero, fue una persona que
desde muy niño se caracterizó
por su carácter tímido y reservado. Se trató de un niño que
enfrentó algunas enfermedades que le impidieron avanzar
en sus estudios. A los doce
años comenzó a trabajar como
aprendiz de carpintería.
A la edad de 14 años ingresa en el seminario menor
de San Miguel, donde perma-
neció seis años. El proceso de
formación fue interrumpido
para ayudar a su familia que
pasaba dificultades económicas. Durante tres meses trabajó con sus hermanos en las
minas de oro de Potosí por 50
centavos al día.
Para el año de 1937 Monseñor Romero ingresa al Seminario Mayor de San José de la
Montaña en San Salvador. Siete meses más tarde es enviado
a Roma para proseguir sus
estudios de Teología. Es ordenado sacerdote el 4 de abril
de 1942 y continúa en Roma
En esos años, su trabajo
es el de un sacerdote dedicado a la oración y la actividad
pastoral, pero todavía sin un
compromiso social evidente.
Mientras, el país vive sumido
en un caos político: se suceden
los golpes de estado en los que
el poder queda casi siempre en
manos de los militares.
Para 1966 Monseñor Arnulfo fue elegido Secretario de
la Conferencia Episcopal de El
Salvador, comenzando, así una
actividad pública muy intensa
que viene a coincidir con un
periodo de amplio desarrollo
de los movimientos populares
que se manifestaría de forma
evidente apenas un año más
tarde con la primera huelga
general obrera.
Su nombramiento como
Obispo Auxiliar de Monseñor
Luis Chávez y González, en
1970, no fue bien visto por
los sectores más renovadores:
Monseñor Chávez y González
y Monseñor Rivera (también
obispo auxiliar) estaban impulsando los cambios pastorales que el Vaticano II y la Conferencia de Medellín de 1968
exigían para el desarrollo de
una nueva forma de entender el
papel de la Iglesia Católica en
América Latina y los planteamientos de Monseñor Romero,
nombrado además director del
periódico Orientación, eran todavía muy conservadores.
Nombrado Obispo de la
Diócesis de Santiago de María, se traslada a la misma en
diciembre de 1974. Según los
biógrafos, el contexto político
se caracteriza sobre todo por
una especial represión contra
los campesinos organizados.
Para junio de 1975 se producen los hechos de Tres
Calles: la Guardia Nacional
asesina a cinco campesinos.
Monseñor Romero llega a
consolar a los familiares de las
víctimas y a celebrar la Misa.
No hace una denuncia pública
de lo ocurrido, como le habían
pedido algunos sectores, pero
sí envía una dura carta al Presidente Molina.
Retos honores y desafíos
El nombramiento de Monseñor Romero como Arzobispo de San Salvador, el 23 de
febrero de 1977, es una sorpresa negativa para el sector renovador, que esperaba el nombramiento de Monseñor Rivera, y
una alegría para el gobierno y
los grupos de poder, que ven
en este religioso de 59 años un
posible freno a la actividad de
Eco Católico
Domingo 24 de mayo 2015
A la edad de 14 años
Romero ingresó en
el seminario menor
de San Miguel, donde
permaneció seis
años. El proceso fue
interrumpido para
ayudar a su familia que
pasaba dificultades
económicas. Durante
tres meses trabajó
con sus hermanos
en las minas de oro
de Potosí por 50
centavos al día.
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Su ordenación sacerdotal, Roma, 4 de abril de 1942. Romero está al centro, de pie.
ORDEN y los escuadrones de
la muerte.
compromiso con los más pobres que estaba desarrollando
la Arquidiócesis.
Sin embargo, un hecho
ocurrido apenas unas semanas más tarde, que se revelará
decisivo en la escalada de violencia sufrida en El Salvador,
va a dejar clara la futura línea
de actuación de Romero: el 12
de marzo es asesinado el padre
jesuita Rutilio Grande, hombre
progresista que colaboraba en
la creación de grupos campesinos de autoayuda y buen amigo de Monseñor.
Amenazas de muerte
El 17 de febrero, el Arzobispo Romero envía una carta
al Presidente Carter en la que
se opone a la ayuda que EEUU
está prestando al gobierno salvadoreño, una ayuda que hasta
el momento sólo ha favorecido
el estado de represión en el que
vive el pueblo. La respuesta
del presidente estadounidense
se traduce en una petición al
Vaticano, para que llame al orden al arzobispo. Sin embargo,
en otros países continúa el reconocimiento a la labor de Romero: por esas mismas fechas,
recibe el premio de la Paz de
Acción Ecuménica Sueca.
El recién electo arzobispo
insta al Presidente Molina,
para que investigue las circunstancias de la muerte y,
ante la pasividad del gobierno y el silencio de la prensa a
causa de la censura, amenaza
incluso con el cierre de las escuelas y la ausencia de la Iglesia católica en actos oficiales.
La postura de Óscar Romero, cada vez más “peligrosamente” comprometida con el
pueblo, comienza a ser conocida y valorada por el contexto
internacional: el 14 de febrero
de 1978 es nombrado Doctor
Honoris Causa por la Universidad de Georgetown (EE.
UU); en 1979 es nominado al
Premio Nobel de la Paz y en
febrero de 1980 es investido
Doctor Honoris Causa por la
Universidad de Lovaina (Bélgica). En ese viaje a Europa
visita a Juan Pablo II en el Va-
5
Sus padres: Santos Romero y Guadalupe de Jesús Galdámez.
ticano y le transmite su inquietud ante la terrible situación
que está viviendo su país.
En efecto, en 1980 El Salvador vivía una etapa especialmente violenta en la que
sin duda el gobierno era uno
de los máximos responsables.
La Iglesia calcula que, entre
enero y marzo de ese año, más
de 900 civiles fueron asesinados por fuerzas de seguridad,
unidades armadas o grupos paramilitares bajo control militar. De todos era sabido que el
gobierno actuaba en estrecha
relación con el grupo terrorista
No obstante, a fines de febrero, Héctor Dada, miembro
de la Segunda Junta de Gobierno de El Salvador, informa a Monseñor de que tiene
conocimiento de amenazas de
muerte contra su propia persona y contra el Arzobispo;
Romero recibe también un
aviso de amenazas de similar
seriedad por parte del Nuncio Apostólico en Costa Rica,
Monseñor Lajos Kada y a comienzos de marzo es volada
una cabina de locución de la
emisora YSAX, La Voz Panamericana, que transmitía sus
homilías dominicales. Los días 22 y 23 de mar-
zo, las religiosas que atienden
el Hospital de la Divina Providencia, donde vive el Arzobispo, reciben llamadas telefónicas anónimas que lo amenazan
de muerte. Finalmente, el 24
de ese mismo mes, Óscar Arnulgo Romero es asesinado
por un francotirador mientras
oficia misa en la Capilla de dicho Hospital. Los funerales,
celebrados en la Catedral Metropolitana de San Salvador el
30 de Marzo de 1980, se convirtieron en una batalla campal
en la que las fuerzas de seguridad acometieron contra miles
de salvadoreños concentrados
en la plaza de la catedral, entre
los que se encontraban miembros del Bloque Popular Revolucionario. El resultado: más
de 40 muertos y doscientos
heridos.
La figura de Óscar Arnulfo
Romero ha continuado siendo un símbolo de justicia y
de compromiso social para el
pueblo salvadoreño. Durante
la celebración del XX aniversario de su muerte en el año
2000 se llevó incluso a la creación de la Fundación Monseñor Romero y la propuesta de
su beatificación, que se consolida este 23 de mayo del 2015,
contó con el apoyo de católicos de muy diversos países,
que la comprenden como una
forma de reivindicación del
papel que aún hoy desarrolla
la Iglesia Católica en América
Latina.
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Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Eco Católico
Domingo 24 de mayo 2015
cibido en el Vaticano a Monseñor Romero. El arzobispo de
El Salvador había ilustrado al
Papa la situación política de
su país y la posición que frente a ella había adoptado como
obispo.
Martirio de Mons. Óscar Arnulfo Romero
Un solo disparo, directo al corazón
La Iglesia salvadoreña se
había encontrado inmersa en
la grave situación social y política por la que atravesaba el
país. Inevitablemente, fuerzas
de uno y otro signo habían
tratado de interpretar en clave
política la actuación de inspiración moral y ética de la jerarquía salvadoreña.
Menos de 60 personas presenciaron la muerte del arzobispo metropolitano, asesinado de un disparo al corazón la
tarde del 24 de marzo de 1980.
que implicaba destruir casas,
cultivos, matar animales y masacrar a la población.
Laura Ávila Chacón
lavila@ecocatolico.org
Según el corresponsal en
ese momento del ABC de España, José María Carrascal y
versiones de algunos testigos
“Monseñor Romero fue asesinado por una sola persona
en el momento mismo en que
daba la comunión. Un individuo armado con una pistola,
provista de silenciador, disparó contra él un solo tiro, acertándole en el mismo corazón.
Mientras el asesino iniciaba
su huida hacia la calle, alguien
efectuó dos disparos para asustar a la gente, que se echó al
suelo. Los asesinos huyeron
sin problemas en un vehículo
que esperaba a la puerta del
hospital”.
Disparó contra él, a sangre
fría, el pecado fue combatir la
injusticia y predicar lo que Jesús hubiese dicho a su pueblo.
Mons. Oscar Arnulfo Romero falleció el 24 de marzo de
1980 a manos de un francotirador en la capilla del Hospital
de La Divina Providencia, en
El Salvador.
En ese momento, en el
templo había alrededor de 50
personas, a lo sumo 60, cuenta
Leonor, una joven de 23 años
que fue testigo de la tragedia
y que solo fue identificada con
ese nombre en los archivos del
magnicidio que recogió el periódico “La Página” de El Salvador.
El obispo murió frente al
altar de un disparo en el corazón mientras oficiaba una misa
en memoria de la madre de un
periodista, Jorge Pinto, director del periódico opositor “El
Independiente”. “Adelante estaban sentadas las monjas que
cuidaban a los enfermos y un
grupo de señores que evidentemente eran los familiares de
la deudora a quien dedicaban
la misa”.
Leonor se sintió sorprendida cuando observó que quien
presidiría la misa era el Arzobispo Oscar Arnulfo. “Había
escuchado sus homilías y en la
universidad todo el mundo hablaba de él pero nunca lo había
visto en persona”.
Le pareció más joven de lo
que se veía en los periódicos,
su voz más firme que a través
de la radio y sobretodo le pareció una persona humilde.
Sabiendo que era toda una
figura muy respetada en todo
El día de su asesinato, Monseñor Romero ofrecía una Misa por la madre de un periodista
amigo. Por eso varios fotógrafos pudieron captar imágenes, fuertes sin duda, de su martirio.
En esta, el Arzobispo se desploma mientras es atendido por religiosas y laicos.
el país intentó poner atención
a su sermón, pero estaba preocupada porque al siguiente
día tenía que viajar a Armenia
(una región en El Salvador) a
dejar unos documentos que su
padre iba a usar para hacer un
préstamo. Algunos documentos se le habían extraviado.
Pensando en los documentos estaba cuando escuchó
más fuerte la voz de Romero.
El Arzobispo estaba leyendo, levantó la mirada y en ese
momento se escuchó como un
fuerte mortero que hizo eco en
la pequeña capilla.
Las monjas y las personas
que estaba adelante se levantaron, dos señores comenzaron a
hacer fotos y Leonor volvió la
vista hacia atrás. Alcanzó a ver
la espalda de un hombre que
caminaba apresurado con un
arma en la mano. En ese instante no tuvo reacción más que
taparse la boca y llorar.
“Sobre Monseñor mortalmente herido las monjas lloraban y pedían auxilio”. Se
levantó junto a un señor de
avanzada edad que estaba en la
misma banca y en una acción
refleja caminaron unos cinco
pasos hacia donde estaba monseñor. Leonor asegura que vio
el último suspiro de Romero.
Perpleja por lo ocurrido y
por el alboroto adentro de la
capilla, temió salir a la calle.
Pensaba que el asesino podía
estar esperando a quienes
saliera o que tenía que estar
adentro para ayudar a las
monjas.
Unos cinco minutos después del disparo, Leonor vio
que comenzaron a salir de la
capilla algunas personas y se
atrevió a salir. Nunca nadie la
llamó a atestiguar, aunque de
“todos modos mi testimonio
no aportaría mucho”, dice.
Lo mataron a los 62 años
Tenía 62 años cuando lo
mataron. Estaba revestido con
los ornamentos sacerdotales,
y mientras celebraba el sacramento de la reconciliación,
una bala destrozó su corazón,
un corazón cuyo delito era
creer tercamente en la justicia,
en el amor entre los hombres.
Es recordado como un valiente defensor de su pueblo
y los derechos humanos, en
momentos en que el ejército
aniquilaba campesinos en su
país mediante la técnica conocida como “tierra arrasada”,
Señala el corresponsal que,
aunque no fue posible clarificar la autenticidad de los autores del atentado “se supone
que pertenezcan a sectores
ultra derechistas, a los que criticó duramente monseñor Romero en vida”.
Ante los hechos y por el
amor del pueblo al Arzobispo
Romero, el gobierno declaró
tres días de luto nacional en
señal de duelo. Paralelamente
se decretó el estado de alerta
para evitar brotes de violencia
mientras que millares de salvadoreños se agrupaban en la
Basílica El Sagrado Corazón
para rendir el último homenaje
al prelado asesinado.
Monseñor Romero fue asesinado un mes y dos días después de haber celebrado su tercer aniversario de la toma de
posesión como arzobispo de la
capital de El Salvador.
En su última homilía, Romero hizo un emotivo llamamiento al Gobierno para que
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Los extremistas interpretaban estas tomas de posición
como respaldos de sus actuaciones o como amenazas para
los grupos que representan.
La autoridad de la jerarquía se
convertía en un objetivo a conquistar.
En el mausoleo de Monseñor Romero en las catacumbas de
la Catedral de San Salvador, se marca de color rojo el lugar
exacto del disparo que acabó con su vida.
cesara lo que denominaba
“represión contra el campesinado”. “Las reformas no valdrán nada si están teñidas de
sangre”, señaló en su homilía.
En su última entrevista,
concedida a la agencia Efe, el
arzobispo asesinado manifes-
tó: “A mí me podrán matar,
pero ya es imposible hacer callar la voz de la Justicia”.
Se reunió con el Papa
Menos de un mes de su
muerte Juan Pablo II había re-
Monseñor Romero denunciaba cada semana los crímenes cometidos en el país. De
uno y otro signo. No dudaba
en condenar el “falso mesianismo” de los que desde la
izquierda política dedicaban
todas sus fuerzas a la organización y a la acción política para
“cambiar al hombre salvadoreño”, pero al mismo tiempo
removía la conciencia del país
recordando que “quien tiene
una fe sin obras no puede esperar la salvación”.
Su última entrevista
Mons. Romero fue entrevistado en varias oportunidades por el corresponsal de
la agencia Efe, de apellidos
Espinoza Fernández quien lo
conoció desde los días en que
el prelado era capellán del colegio católico en donde él estudió. Aquí un resumen de la
última entrevista concedida.
El mal de todo es la injusticia social -dijo-. Los que no
quieren cambios son los grandes malhechores, agregó, con
un decidido énfasis en pro de
la transformación de las estructuras socioeconómicas.
Al recordar esa parte de nuestra primera conversación con
él como arzobispo, acoté algo
que sucedió días después, el
día 12 de marzo de 1977.
-Yo creo, monseñor, que la
muerte del Padre Grande fue
decisiva para que usted tomara esta posición tan definida
en pro de los pobres...
-“En efecto, así fue. Yo
siempre creí en la promoción
social, de acuerdo con el Concilio Vaticano Segundo y el
Congreso de Medellín, pero
la muerte del jesuita Rutilio
Grande fue definitiva”.
En el curso de la conversación, el arzobispo dijo
claramente que consideraba
muy poco posible una salida
pacífica la crisis de violencia
política en El Salvador.
-“Tengo una fe grande de
que a los hombres los guía
la racionalidad y que queda
siempre un resto de buena
voluntad para encontrar una
salida pacífica -aclaró-”.
Su posición era definida
en contra de la injusticia social. Por ello había recibido
amenazas de la extrema derecha y de la ultra izquierda:
“A mí me pueden matar; pero
que quede claro que la voz de
la Justicia nadie la puede callar ya -señaló-.”
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La violencia se desató durante el funeral de
Monseñor Romero el 30 de marzo. Cuarenta
muertos y más de doscientos heridos fue balance
de los trágicos sucesos ocurridos ese domingo en
la plaza de la catedral de San Salvador.
Una provocación, al parecer, de la extrema derecha,
mediante la explosión de varias bombas, provocó
el pánico en la multitud que llenaba la plaza.
Elementos armados de la guerrilla izquierdista
presentes en el lugar utilizaron también sus armas.
El mundo condenó atentado
En todo el mundo se produjeron reacciones de condena contra el brutal asesinato.
El Papa Juan Pablo II repudió
el sacrílego crimen. El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) señaló, en un
mensaje de condena que “la
sangre de monseñor Romero
derramada junto al altar, sea
dramática llamada para que
se deponga toda actitud de
odio, violencia y venganza
en El Salvador”.
Igualmente, Juan Pablo
II envió un telegrama al presidente de la Conferencia
Episcopal Salvadoreña: “Al
conocer con ánimo traspasado de dolor y aflicción la
infausta noticia del sacrílego
asesinato de monseñor Óscar
A. Romero, cuyo servicio sacerdotal a la Iglesia ha quedado sellado con la inmolación
de su vida mientras ofrecía
la víctima eucarística, no
puedo menos de expresar mi
más profunda reprobación de
pastor universal ante este crimen execrable que, además
de flagelar de manera cruel la
dignidad de la persona, hiere
en lo más hondo la conciencia de comunión eclesial y de
quienes abrigan sentimientos
de fraternidad humana”.
También el secretario
de Estado norteamericano,
Cyrus Vance, condenó el asesinato y calificó a Romero
como “un hombre que representó los principios básicos
de compasión y preocupación por todos los ciudadanos
de El Salvador”.
En tanto, que Amnistía
Internacional afirmó “ha sido
un mártir por la causa de los
derechos humanos”. La organización humanitaria, con
sede en Londres, había advirtido anteriormente que el
citado arzobispo recibió numerosas amenazas de muerte
desde que el Gobierno comenzó, junto a fuerzas paralelas de la ultraderecha, una
campaña política de asesinatos y secuestros contra la población campesina del país.
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Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
¡Pastor, profeta, obispo fiel al Señor!
Así definen nuestros obispos, sacerdotes y religiosas al nuevo beato centroamericano
Monseñor Oscar Arnulfo Romero.
Gerardo Mora Pana
“La santidad es la
vocación de todo cristiano,
de manera que no es un
privilegio de unos cuantos,
sino, que todos hemos sido
convocados a vivir al estilo
de Cristo y ser sus testigos en
medio del mundo. Por tanto,
los que son declarados santos
son un regalo para toda la
Iglesia, y son propuestos
como ejemplo a imitar, en el
caso de Mons. Oscar Romero,
nos da ejemplo de fidelidad
al plan de Dios, que envió a
su Hijo para la salvación de
todos, que exige la vivencia
de la justicia, del amor al
prójimo, respeto a la vida, y
todos los valores evangélicos
que defendió proféticamente.
Derramó su sangre como
Cristo, por amor a él y a los
hermanos; de manera que su
valentía en denunciar muchas
cosas no fueron respondiendo
a ideología alguna, sino por
fidelidad al Señor”.
Mons. José Rafael Quirós
Arzobispo de San José
“Es una alegría y un
estímulo”
“Fue un gran profeta
que defendió la justicia y
la paz, que luchó contra la
violencia de una manera
muy valiente. Al denunciarla
él mismo fue víctima y eso
lo llevó al martirio. Es un
martirio fructificado en
su beatificación. Para los
obispos de Centroamérica
es una alegría y un estímulo
para las diócesis porque nos
anima a tener esa valentía
para defender a nuestros
feligreses de todo aquello
que los pueda llevar a la
violencia, a la injusticia y
luchar por la paz. Mons.
Domingo 24 de mayo 2015
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Romero nos alienta a no
tener miedo de defender
nuestras comunidades como
la defendió él y sobre todo
destaco su fidelidad y un amor
profundo al Magisterio, lo
cual es signo de la Iglesia que
siempre está viva y presente y
que se preocupa por buscar la
reconciliación, la solidaridad
y el bien común”.
“Mirarnos en el espejo”
Mons. José Francisco Ulloa
Obispo de Cartago
“Buen pastor, santo
pastor”
“Es una gran
bendición para la Iglesia
universal, en especial para
la Iglesia en América Latina
y más cercanamente para
nosotros en Centroamérica.
Hablamos de un
eclesiástico con profunda
formación teológica y
pastoral, fiel al Evangelio
y a la Iglesia, prudente y
sensible. Pastor cercano
y comprometido, valiente
e intrépido, predicador y
profeta incansable de la
verdad de Cristo. Obispo con
gran intuición de la realidad
de su pueblo, comprometido
evangélicamente con los
más necesitados y olvidados.
Buen pastor, santo pastor que
conoció y dio la vida por sus
ovejas”. Mons. José Manuel Garita
Obispo de Ciudad Quesada
“Reavivar la dimensión
profética”
“El Espíritu Santo, a
su debido tiempo, impulsa
lo que debe suceder y qué
es lo que más conviene a
la Iglesia. ¿Desde cuándo
se viene hablando de la
canonización de Mons.
Romero? Tuvo que venir
un Papa latinoamericano
para reavivar el proceso
sacando el verdadero motivo
de la beatificación, que es
el martirio. Mons. Romero
dio su vida por la fe en
Jesús. Para nosotros debe
ser una especie de reavivar
la dimensión profética
del ministerio, a veces la
hemos dejado un poquito
arrinconadita, y ahorita al
ponernos la Santa Madre
Iglesia un beato que fue un
profeta en todo el sentido
de la palabra, anunciando y
denunciando, y producto de
ello padeció como Jesús, eso
también para nosotros debe
ser un motivo para despertar
ese profetismo que es tan
importante”.
Mons. Ángel San Casimiro
Obispo de Alajuela
“(La beatificación) es
reconocer la entrega de una
persona en función de los
sin voz en grado heroico y
para ser consecuente con
su rol de pastor a pesar de
los riesgos. Un hombre que
da un giro en su conciencia
de cara a sus deberes para
ponerse del lado de quienes
recibían, de los que ejercían
el poder, la negación de
su misma existencia. Por
otra parte, es una buena
ocasión para que todos los
sacerdotes nos miremos en
el espejo del nuevo beato
para olvidar el carrerismo y
atender lo esencial: los fieles
más excluidos y necesitados,
las periferias culturales y
sociales, las realidades que
más nos retan e impiden que
las nuevas generaciones
reciban la herencia de la
fe. Es una invitación a ser
valientes, a ser testigos y
dejar de lado tanta cobardía
que hoy nos atrapa”.
Pbro. Mauricio Víquez
Director del Incotep
“Profeta del amor”
“La Iglesia de hoy
necesita que los cristianos
seamos valientes, que seamos
profetas del amor verdadero
que es el amor que viene de
Dios y pienso que Monseñor
Romero en el momento
histórico que le tocó vivir
supo ser ese cristiano y ese
testigo para su país, supo ser
ese profeta del amor, supo ser
defensor de la verdad, de la
justicia, de los derechos del
pueblo”.
Hna. Paula Rosales
Secretaria, Comisión de
Vocaciones
“El Evangelio y sus
implicaciones”
“(La beatificación) es un
acontecimiento que viene a
confirmar que su cercanía con
el pueblo, sus opciones por
los más débiles, su valentía
en el ejercicio de profeta, son
modos válidos para mostrarle
a los hombres y mujeres
de hoy que es posible vivir
el Evangelio en todas sus
implicaciones”.
Brevemente en un
arzobispado que lo tomó por
sorpresa
Estando en otro lugar, el
Señor lo llevó por un camino
de conversión
Animado por el Espíritu,
vivió los valores del Reino
Tomando la espiritualidad
del Buen Samaritano, la del
Concilio Vaticano II,
Ofreció su vida para que
descubriéramos que la
violencia no es conforme a
Dios,
Realmente asumió todas las
implicaciones de ser cristiano,
Obispo que amó a los demás
para ser testigo,
Mártir que dio la vida por
los demás para traducir la
Esperanza en una virtud con
lugar en el aquí y ahora de
las personas
Recibe del Señor sus dones y
los comunica compasivamente
a los otros
Optando especialmente por
los pobres, pero llevando el
Evangelio a todos
Pbro. David Solano
Director Escuela Social Juan
XXIII
9
El camino a los altares
La voluntad del Papa Francisco, latinoamericano como Monseñor Romero,
fue determinante para alcanzar su beatificación.
la misma en la Sagrada Congregación.
Laura Ávila Chacón
gmora@ecocatolico.org
“Derramó su sangre
como Cristo”
Eco Católico
lavila@ecocatolico.org
Fue el Arzobispo italiano
Vicenzo Paglia, Presidente del
Pontificio Consejo la Familia
y postulador de la causa de
canonización de Mons. Óscar
Arnulfo Romero quien anunció la beatificación del que
fuera Arzobispo de San Salvador.
Lo hizo luego de que el
propio Papa Francisco anunciara que se desbloqueba el
proceso, destacando las virtudes evangélicas y martiriales
de Monseñor Romero.
Así, la máxima autoridad
de la Iglesia Católica enaltece
su figura y lo declara mártir,
pues fue asesinado por los que
profesan “odio a la fe” con lo
cual no fue necesario demostrar que realizó algún milagro
para llegar a los altares.
Para tener un mártir es necesario que se verifiquen dos
cosas. Entre ellas, destaca la
oficina de la causa de la canonización, debe existir un
perseguidor que inflige, por
odio a la fe (doctrina) y o virtud cristiana (moral) la muerte
a un cristiano que acepta voluntariamente la muerte y soporta pacientemente la misma
muerte por amor a Cristo y por
serle fiel. Además, la obra de
reconocimiento de la Iglesia
que acepta en el fuero externo
el evento martirial como expresión de fortaleza heroica,
fundada sobre la caridad y que
proponga con solemne declaración la imitación y veneración de los fieles.
El proceso de
canonización
Los elementos señalados se
encuentran con especial claridad en el marco histórico de la
vida y muerte de Mons. Rome-
“Romero tenía que
ser beatificado bajo el
pontificado del primer
Papa latinoamericano.
Hoy me puedo explicar
en profundidad el
porqué de tantos
atrasos: Dios esperaba
al Papa Francisco. Dios
ha escrito esta página
con las líneas torcidas
de los opositores”.
Experiencia de un
hombre santo
Mons. Vicenzo Paglia
Postulador de la causa de
canonización
ro, que consta de una etapa de
investigación diocesana donde
se recopilan todos los escritos,
fundamentalmente artículos,
que se publicaron en diarios
y periódicos, los cuales están
contenidos en 4 tomos. Además, la biografía de Mons.
Oscar A. Romero escrita por el
sacerdote Jesús Delgado editada en 1990, el Diario de Mons.
Romero editado en 1990, sus
cartas pastorales, discursos y
homilías.
Para ello fue nombrada
una Comisión de Censores
formada por los sacerdotes Jesús Delgado y Luis Coto para
que estudiaran los escritos de
Monseñor Romero y poder determinar si hay algo en ellos en
contra de la fe y de las costumbres
El 12 de mayo de 1994, el
Arzobispo, Mons. Rivera Damas con decreto fechado el 24
de marzo de 1994, instaló un
Tribunal Eclesiástico que instruiría el Proceso Informativo
sobre la vida, martirio y fama
de martirio del Siervo de Dios,
Mons. Oscar A. Romero.
A partir de entonces prestaron testimonio 33 testigos
entre obispos, sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos.
También, fue nombrada una
Comisión de Peritos en historia que entregó la Prueba
Documental y un extenso y
valioso escrito conteniendo el
marco social, político, económico y eclesial de El Salvador
durante el ministerio arzobispal de Mons. Romero. Dicho
informe fue entregado el 9 de
octubre de 1994.
Posteriormente, la Postulación realizó la proclamación
del Decreto sobre la observancia de los Decretos de Urbano
VIII sobre el No Culto Público
al Siervo de Dios, el cual es la
afirmación de parte del Juez de
la Causa de que no existía en el
país manera de Culto alguno a
la persona de Mons. Romero.
Además se hizo la publicación de las actas, y un Copista,
que fue el último nombramiento para la Causa que realizó el
Arzobispo Rivera Damas, en
colaboración del Postulador,
transcribió con fidelidad todas
las actas del Proceso, preparando así el llamado “Trasunto” o Copia y así destinar toda
la información a un Postulador en Roma para que este la
ocupe como “copia pública”
y acciones ante el Dicasterio
Romano como representante
de la Causa. Una de las copias queda en los Archivos de
la Curia Romana, además del
Original, siendo inaccesibles a
cualquier persona.
El 1º de noviembre de 1996
se hizo la ceremonia de clausura del Proceso Diocesano
en el cual se presentó y selló
todo el material que se envió
a la Sagrada Congregación
para las Causas de los Santos. Terminada esta actividad
se consideró finito el Proceso
Diocesano y pasó a Roma a
la Sagrada Congregación para
las Causas de los Santos, ante
la cual se presentó como Postulador a Mons. Vincenzo Paglia para que representara al
Proceso ante dicha Congregación. Mons. Paglia y un grupo
de personas se encargaron de
llevar adelante el proceso en
Roma en una oficina especial
del Proceso.
Posteriormente de Roma se
recibió el 4 de julio de 1997 el
decreto por medio del cual se
aceptaba la Causa como válida, debido a que todos los pasos dados en el Proceso Diocesano están hechos de acuerdo a
las normas establecidas por lo
cual solo queda el estudio de
La canonización de Monseñor Romero, argumentan
sus promotores, será un permanente llamado a volvernos
definitivamente a Dios, del
cual le provenía toda su fuerza y vitalidad. Igualmente se
descubre en su ejemplo la integridad del ser cristiano y vivir
verdaderamente la voluntad de
Dios desde la perspectiva de
quien se sabe hijo y lo entiende en referencia a sus hermanos, especialmente los pobres
y palpar en ellos al Señor Resucitado.
Al reconocer la Iglesia local y Universal el testimonio
del arzobispo asesinado -agregan-como la eterna experiencia de un hombre santo, que en
la cotidianeidad de la vida de
un país remoto de nuestra época ha sido radicalmente fiel a
Dios en medio de una historia
de dolor “su vida nos invita a
pesar de los obstáculos y tentaciones a vivir en nuestros días
el Evangelio tal como lo hicieron los primeros ejemplares
cristianos”.
“Su recuerdo sigue siendo interpelación de denuncia,
desenmascaramiento y exigencia de conversión”. “(Su
canonización) Devolverá a los
hombres de buena voluntad el
legítimo derecho a enarbolar
un ideal profundamente cristiano, como es el amor a los
otros hasta el extremo. Y para
los cristianos-católicos, lo hayamos conocido o no, será la
expresión personificada del
creyente que, con la coherencia de su testimonio y los principios fundamentales de su
fe, entendió e hizo suya, con
plena conciencia, la opción incondicional por la vida”.
10
Domingo 24 de mayo 2015
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Eco Católico
Eco Católico
Domingo 24 de mayo 2015
Romero:
Pastor y mártir nuestro
única liberación que predicaba
era la liberación del pecado
obrada por Jesucristo.
Monseñor Rosa Chávez,
en el artículo citado, afirma
que Romero denunciaba el
pecado social. “El Vaticano II
abrió nuevas y estimulantes
perspectivas que él integró sin
dificultad en las predicaciones,
dando particular importancia
al tema de la Iglesia”.
Su herencia
espiritual
consta en
200 homilías
Prueba de esto son las
cuatro cartas pastorales que
publicó siendo Arzobispo de
San Salvador y las cuales dedicó a la Iglesia: “Iglesia de
la Pascua”, 10 abril 1977; “La
Iglesia, Cuerpo de Cristo en la
Historia”, 6 agosto 1977; “La
Iglesia y las organizaciones
populares”, 6 agosto 1978;
“Misión de la Iglesia en la crisis del país”, 6 agosto 1979.
Mártir preparaba sus mensajes con la Biblia en una mano y el periódico en la otra.
María Estela Monterrosa S.
mmonterrosa@ecocatolico.org
“Mi voz desaparecerá pero
mi palabra, que es Cristo,
quedará en los corazones que
lo hayan querido recoger”,
(Homilía 17 de diciembre de
1978).
Esa es una de las frases más
recordadas de Monseñor Óscar
Arnulfo Romero y Galdámez,
y es que fue verdaderamente
profética. El Arzobispo de San
Salvador dejó un legado de
casi 200 homilías dominicales
que han sido publicadas por la
Arquidiócesis de San Salvador. La obra completa consta
de ocho volúmenes y contiene
tres ciclos litúrgicos.
En su mensaje, hay temas
en los que insistía, como la fe
en Dios, el seguimiento de Jesús, el sentir con la Iglesia, los
principios de la doctrina social
de la Iglesia y los constantes
llamados a la conversión.
Romero y los pobres
La preocupación de Monseñor Romero por los pobres
y su generosidad fue bien co-
nocida. Defendió al clero perseguido, a los pobres y veló
por el respeto de los derechos
humanos.
Su amor por los pobres le
servía para querer más a su
país y lo comprendía como un
camino también para los ricos,
en la búsqueda del bien común
y de la salvación eterna, como
se afirma en la página oficial
beatificacionromero.org.
A pesar de esa preocupación por las personas de escasos recursos, Mons. Romero
supo estar abierto a la gente de
todas las condiciones sociales,
tomando en cuenta que la pobreza no solo es económica,
sino también de espíritu.
“La pobreza es una espiritualidad, es una actitud del
cristiano, es una disponibilidad del alma abierta a Dios.
Por eso decía Puebla que los
pobres son una esperanza en
América Latina, porque son
los más disponibles para recibir los dones de Dios. Por eso
Cristo dice con tanta emoción:
¡Dichosos ustedes los pobres,
porque de ustedes es el reino
de Dios!”, (Homilía 17 de febrero de 1980).
En el transcurso de su ministerio Arzobispal, Mons.
Romero se convirtió en un
protector de la dignidad de los
seres humanos, sobre todo de
los más desposeídos; esto lo
llevó a emprender una actitud
de denuncia contra la violencia. Desde el púlpito denunció
las atrocidades perpetradas por
militares en los años previos a
la guerra civil (1980-1992).
Monseñor Gregorio Rosa
Chávez, actual arzobispo auxiliar y vicario general de la
Arquidiócesis de San Salvador, recordó la forma en como
Mons. Romero preparaba sus
homilías: “Se podría resumir
así: con la Biblia en una mano
y el periódico en la otra. Una
amplia y profunda reflexión
sobre textos bíblicos, casi
siempre muy personales, se
unía al trabajo de equipo con
un grupo de consejeros que
semanalmente le ayudaban
a comprender y a iluminar
cristianamente la intrincada
y vertiginosa historia de violencia que ensangrentaba San
Salvador”, según se detalla en
el artículo “Monseñor Oscar
Romero, un predicador mártir”, publicado en Zenit.org en
2014.
pretendió reducir al silencio”,
dice Mons. Rosa Chávez.
Y agrega que el resultado
de este compromiso radical
con el Evangelio y con la historia de su pueblo convirtió la
homilía dominical de Monseñor Romero en un evento excepcional en la historia de la
predicación contemporánea.
“Su voz clara y vibrante resonaba en la catedral y al mismo
tiempo alcanzaba, a través de
la radio católica, a todo el país;
la sintonía era tan alta que a
veces parecía que se tratara
de una “cadena nacional” de
radio”.
Apego a la Doctrina
Social
La Iglesia salvadoreña afirma que la muerte de Mons.
Romero no tuvo una causa
política, sino del odio a una fe
que impulsada por la caridad,
no callaba ante la injusticia
que cobraba cientos de víctimas.
“Las nociones de “bien común” o “destino universal de
los bienes” resultaban demasiado atrevidas e incendiarias
para algunos de sus contemporáneos, ya que la doctrina
social de la Iglesia era “nueva”
para esa época”, afirma beatificacionromero.org.
Añade que “no fue un propagandista del comunismo o
el marxismo, ni defensor de la
violencia por parte de la guerrilla”:
“Así se explica que haya
sobre todo jóvenes que crean
que no es con el amor de las
Bienaventuranzas que se va a
ser un mundo mejor, sino que
optan por la violencia, por la
guerrilla, por la revolución.
La Iglesia jamás hará suyo ese
camino, que quede bien claro
una vez más, que la Iglesia no
opta por esos caminos de violencia”, (Homilía 29 de enero
de 1978).
En sus cartas pastorales y
homilías, Mons. Romero revelaba familiaridad con los documentos del Concilio Vaticano
II, Medellín y Puebla; y con
las enseñanzas del Magisterio
sobre la doctrina social de la
Iglesia.
Tenía su propio fichero
para la predicación (cerca de
5000 fichas) y la mayoría eran
citas del Magisterio. Su orgullo era estar unido al Papa. No
compartía la Teología de la Liberación y enfatizaba en que la
“Voz de quien no tiene
voz”
“Las homilías de Monseñor Romero tienen un fondo
profundamente cristológico y
eclesiológico”, asevera Mons.
Gregorio Rosa. “Pero quizá la
característica más nueva de la
predicación de Monseñor Romero es su constante atención
a la dolorosa problemática del
país en uno de los momentos
más oscuros de su historia. De
aquí nace justamente el apelativo de ‘voz de quien no tiene
voz’”, añade.
“Este es el pensamiento
fundamental de mi predicación: nada me importa tanto
como la vida humana. Es algo
tan serio y tan profundo, más
Sostenido en la oración
Mons. Romero encontró la
fortaleza espiritual que necesitaba para seguir con su ministerio en la oración. El sacerdote salvadoreño Simeón Reyes,
destaca esa faceta en el artículo “Mons. Romero: hombre de
Dios y Mártir”, publicado en
beatificacionromero.org:
que la violación de cualquier
otro derecho humano, porque
es vida de los hijos de Dios
y porque esa sangre no hace
sino negar el amor, despertar
nuevos odios, hacer imposible la reconciliación y la paz.
¡Lo que más se necesita hoy
aquí es un alto a la represión!”,
(Homilía 16-03-1980).
Para Monseñor Romero,
la homilía es “el sermón sencillo del pastor que celebra la
Palabra de Dios para decirle a
los que la están reflexionando:
que esa Palabra de Dios no es
una palabra abstracta, etérea,
sino que es una palabra que se
encarna en la realidad en que
vive esa asamblea que está
meditando” (Homilía del 16
de abril de 1978).
El predicador es un profeta:
“Profeta quiere decir el que habla en nombre de otro... Nuestro cuidado está en ser fiel eco
a esa voz de Cristo, el único
que debe hablar al pueblo y a
la conciencia” (Homilía del 14
de enero de 1979).
Explica su forma de predicar incluso a Pablo VI, que
lo acoge con benevolencia
en audiencia privada, recuerda Monseñor Gregorio Rosa
Chávez: “Yo le repetí que era
precisamente la manera como
yo trataba de predicar, anunciando el amor, llamando a la
conversión. Le dije que muchas veces habíamos repetido
su mensaje del día de la paz:
“No a la violencia, sí a la paz”.
Le expresé mi adhesión inquebrantable al magisterio de
la Iglesia. Y que en mis denuncias a la situación violenta
del país, siempre llamaba a la
conversión”, (Diario de Mons.
Romero, 21 de junio de 1978,
51).
“Esta fue la voz que la bala
asesina que atravesó su corazón el 24 de marzo de 1980
“El arzobispo tenía conciencia de que su voz se escuchaba en todo el país y más
allá. De ahí que sintiese la necesidad de anclar toda su vida
en la oración. De este modo
respondía a un periodista que
le preguntaba de dónde sacaba
su inspiración para su trabajo
y su predicación: ‘Si no fuera
por mi vida de oración a través
de la cual trato de mantener mi
unión con Dios, yo no sería
más que lo que dice San Pablo:
una lata que suena’”.
De acuerdo con Reyes,
Mons. Romero realizó el ministerio de la Palabra con gran
entrega. “Su homilía dominical desde catedral era muy
escuchada: “Unos la aceptan y
son felices, otros la rechazan y
se obstinan en su maldad”, decía sobre la diferente acogida
que encontraba su predicación.
Las homilías tenían la peculiaridad de unir íntimamente el
comentario bíblico y la historia humana, la interpretación
escriturística y la actualidad de
su país”, destaca. Según el sacerdote, las palabras de Mons.
Romero tocaban el corazón de
11
los salvadoreños y eran comprendidas por todos.
“Es la palabra como el rayo
del sol que viene desde las
alturas e ilumina, ¿qué culpa
tiene el sol de encontrar su luz
purísima charcos, estiércol,
basura en esta tierra? Tiene
que iluminarlo, si no, no sería
sol, no sería luz, no descubriría lo feo, lo horrible que existe en la tierra”, (Homilía del 4
de diciembre de 1977).
Reyes afirma que la predicación del beato llamaba
continuamente a la conversión
como el único camino que
conduce a la reconciliación.
Además, trataba de prevenir
la violencia apelando a los
valores de la conciencia, a los
mandamientos de Dios, a la
obligación de obedecer a Dios
antes que a los hombres.
“Leyendo las notas que
escribía en su Cuaderno de
Ejercicios Espirituales, encontramos que, pocos días
antes de su martirio, Mons.
Romero dijo con extraordinaria clarividencia: “Mi disposición debe ser dar mi vida por
Dios. Cualquiera que sea el fin
de mi vida, las circunstancias
desconocidas se vivirán con la
gracia de Dios. Él asistió a los
mártires y, si es necesario, lo
sentiré muy cerca al entregarle
mi último suspiro. Pero lo más
valioso del momento de morir es entregarle toda la vida
y vivir para Él”. El arzobispo
salvadoreño sabía que podía
morir en cualquier momento,
preveía su muerte como algo
muy probable e inminente”,
concluye Reyes.
12
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
La carta de Romero a Monseñor Sanabria
Pbro. Miguel Picado G.
En el Archivo Histórico
de la Curia Metropolitana encontramos una carta dirigida
a Víctor Sanabria Martínez
para felicitarlo por haber sido
nombrado Obispo de Alajuela.
La firman los estudiantes centroamericanos del Pío Latino,
que no es una universidad,
sino una residencia que acoge
a quienes, provenientes de Latinoamérica, realizan estudios
eclesiales en Roma. La fecha
es el 8 de mayo de 1938. La
reproducimos íntegra y luego
procuramos aclarar algunos
detalles.
Pont. Colleggio P.L.
Americano
Roma - Via de
GIOACCHINO BELLI, 3
Roma, V-8-938
Excmo. Mons. Dr. Víctor
Sanabria
Obispo de Alajuela
Excmo. Sr:
La colonia centro-americana piolatina siente el deber –
placentero deber- de dirigirse
a uno de sus antiguos alumnos
que la han precedido con be-
llos ejemplos de ciencia y de
virtud en los momentos fervientes de su exaltación a la
dignidad episcopal. Para los
que aún batallamos ceñidos
con el cinturón azul – regalo
de nuestra Madre Inmaculada- hijos de esas tierras centro-americanos, es un nuevo
aliento para seguir adelante el
ver exaltado a uno de sus más
aventajados antecesores.
Nuestras oraciones sean
el mejor obsequio nuestro:
esas oraciones que, férvidas
como la lámpara que arde día
y noche delante del Prisionero del Amor, hemos elevado al
Dador de todo bien para que
V. Excelencia tenga un apostolado largo y fecundo y para
que en la viña que el Señor le
ha encomendado a su cuidado
se cumpla el lema del apóstol:
“Instaurare omnia in Christo” – y antes de terminar pedimos a V.E. un momento especial por esta colonia para
que cada día crezca no solo en
número, sino también y sobre
todo en una grande vida interior. Excelencia: bendíganos
- Excmo. Señor: Ad multos et
felices annos!
Aftmos. Hijos en Cristo Jesús,
q.b.s.C.A.
José Abdon Arce, (?)
Pbro. Carlos J. Alfaro O.
Mauro Yaniz (?)
gmora@ecocatolico.org
Los Diez Mandamientos,
Ben Hur, La Biblia… son quizás algunas de las películas
que la gente recuerda y espera en Semana Santa. Pero, hay
una que nos acerca a la realidad centroamericana y nos
pone de cara al nuevo beato
de la Iglesia: Romero. Película
que también, aunque la repiten menos, se transmite en ese
tiempo.
Alberto Lina
Justo en 1989 el reconocido actor Raúl Julia, ya fallecido, inmortalizó en la pantalla
la figura de Monseñor Oscar
Arnulfo Romero, en un trabajo
cinematográfico que describe
los tres años que vivió como
arzobispo.
Hay algunas firmas ilegibles y de lectura imprecisa.
Destacamos la del padre Carlos J. Alfaro, formador de juventudes en la Juventud Universitaria Católica, mientras
fue también párroco de San
Pedro de Montes de Oca y
profesor de teología en el Seminario Central. Desde luego
resalta la firma de Oscar A.
Romero, a quien la piedad del
pueblo latinoamericano ya elevó a los altares, adelantándose
a la beatificación dispuesta por
el Papa Francisco.
Julia fue un reconocido
actor puertorriqueño que de-
13
Sacerdote asesinado inspiró al nuevo beato
No se entiende a Romero sin Rutilio
“El día 12 de marzo de 1977
la Iglesia Católica en El Salvador debió aportar otro mártir a
su ya muy dotado calendario
universal de gentes que con su
sangre han dado perfecto testimonio de su fe, de su deber
sacerdotal y pastoral”.
Oscar A. Romero
Se observan imágenes duras en la cinta, hay violencia
que da cuenta de una guerra
que causó la muerte a más
de 75 mil salvadoreños y se
puede revivir en ella cómo va
cambiando la vida de Monseñor Romero, quien discierne
un periodo de persecución
contra la Iglesia y una etapa de
represión en el pueblo.
Romero:
Pastor y mártir nuestro
gmora@ecocatolico.org
De este modo el Eco Católico informó en su edición
del 27 de marzo de 1977 sobre
el asesinato del Padre Rutilio
Grande García, párroco de
Aguilares en El Salvador y
bajo una información titulada
“Asesinan sacerdote por promover campesinos”.
En la publicación se informa que el Arzobispo recién
nombrado, Monseñor Óscar
Arnulfo Romero, exigió al gobierno una investigación exhaustiva…
No sabemos que los dos
más grandes obispos de Centroamérica se hayan encontrado personalmente ni intercambiado correspondencia. Los
separaba la edad, pero unió el
amor apasionado por el Reino, la intensa vida de oración,
la capacidad de luchar por
los pobres. Uno murió mártir
mientras celebraba la Eucaris-
tía, otro víctima de los sinsabores que le ocasionó su compromiso con la reforma social
(principalmente el Código de
Trabajo y las Garantías Sociales de 1943), la guerra civil
de 1948 y su excesivo afán de
trabajo.
El cine también lo inmortalizó
Gerardo Mora Pana
Domingo 24 de mayo 2015
Gerardo Mora Pana
R. Arellano (?)
Hay dos frases en latín. La
primera es tomada de Efesios
1,10: “Instaurar todas las cosas en Cristo”. (Ver también
Hechos 3,21). La segunda significa, como se traduce fácilmente “Por muchos y felices
años”. q.b.s.C.A es difícil de
comprender. Q.b.s.m. es una
fórmula de cortesía: “Que besa
sus manos”, pero en la carta
falta la “m” y C.A. no sabemos qué significa. Si alguien
nos puede ayudar, lo agradeceremos.
Eco Católico
¿Quién fue el Padre
Rutilio?
Al momento de su muerte
el Padre Grande tenía 49 años
de edad. Conducía su automóvil volkswagen Safari blanco,
junto a Manuel Solórzano, de
70 años, y Nelson Rutilio Lemus, de 16. A todos los mataron.
sarrolló la mayor parte de su
carrera en Estados Unidos, entre sus películas destacaron: El
Beso de la Mujer Araña, donde fue nominado a un Globo
de Oro, aunque la película de
La Familia Adams, donde desarrolló el papel de Homero le
generó gran popularidad.
Muchos críticos de cine
alaban su actuación personificando al Arzobispo de San
Salvador.
Quizá en ese entonces, no
se tenía tan claro como ahora
que “es imposible comprender a Romero sin comprender a Rutilio Grande”, según
palabras de Vincenzo Paglia,
el arzobispo italiano que postuló la causa de canonización
de Monseñor Romero. Esto lo
dijo el 4 de febrero en El Vaticano, cuando anunciaba que
ya se había abierto el proceso de beatificación del Padre
Grande.
Raúl Julia interpretó a
Monseñor Romero.
El trabajo del sacerdote se
caracterizó por defender a los
más desposeídos y denunciar
atropellos cometidos por las
autoridades. Fue creador de
Monseñor Romero y el Padre Grande, marcados por la
amistad en Cristo y el martirio.
las Comunidades Eclesiales de
Base, lo cual originó críticas
que lo tildaban de comunista.
Carlos Ramírez, salvadoreño que reside en nuestro país
desde 1980, participó de esas
comunidades y confirmó la
“realidad de persecución” que
vivía la Iglesia, especialmente
“a nivel campesino”.
El Padre Rutilio nació en
Barrio el Centro del Municipio
de El Paisnal, el 5 de Julio de
1928. Salvador Grande, su padre, fue un hombre económica
y políticamente importante en
el lugar. Su madre, Cristina
García, murió cuando él tenía cuatro años. Rutilio pasó
al cuidado de su abuela, “una
mujer religiosa”, según decía.
Fue el 24 de setiembre de
1972 cuando se convirtió en
párroco de Aguilares en la que
había pasado su niñez y juventud. Era jesuita.
Fue llamado a la vocación
en tiempos en que era Arzobispo Luis Chávez y González,
a quien precisamente sucede
Monseñor Romero. Fue formador en el seminario de San
José de la Montaña de San
Salvador. En 1967 comenzó su
amistad con el nuevo beato.
Profetas y elegidos
El Arzobispo Vincenzo Paglia, visitó el municipio de El
Paisnal, donde descansan los
restos del sacerdote. Allí ofició
una misa, en la plaza central
del lugar, como parte del 38
aniversario de su partida.
“Dice el libro del Deuteronomio que Dios manda a sus
profetas para que vivan entre
los hombres. Romero y Rutilio fueron los elegidos para El
Salvador. Y ahora, que están
en proceso de beatificación,
son profetas para todo el mundo”, manifestó en su homilía.
Comentó que tras visitar el lugar donde lo asesinaron “sentí
una conmoción en mi corazón... El Papa Francisco quiere coronar el cristianismo de
hoy con el ejemplo de santos
como Rutilio y Romero”.
Al aprobarse la beatificación de Mons. Romero comentó que se abrió “una enorme autopista” para la causa
de Grande. Ese día el concejo
municipal de El Paisnal reconoció al sacerdote fallecido
como “hijo meritísimo” de la
localidad. “Rutilio Grande puede ser
considerado el primer alfabetizador de nuestra comunidad,
también ayudó a los campesinos a mejorar los procesos de
sus cultivos (…), yo, que nací
aquí, fui uno de los beneficiados de su apostolado”, comentó el alcalde Héctor Lara.
Una página destacó el Eco Católico el 27 de marzo de 1977
sobre la muerte del Padre Grande. En ediciones posteriores
siguió informando al respecto.
Inspiración
La muerte del Padre Grande fue sin duda un golpe para
El Salvador, pero al mismo
tiempo, inspiró lo que seguiría
en el camino de Monseñor Romero.
Al domingo siguiente, el
Arzobispo suspendió todas
las misas en la Arquidiócesis,
lo que no gustó en el gobierno
que incluso impidió el traslado de sacerdotes que venían de
zonas lejanas.
“Tras la muerte del Padre
Grande, hubo un discernimiento en la vida de Monseñor Romero y tiene una visión
más clara de las persecuciones
que estaban viviendo los sacerdotes”, comenta el Padre
Gonzalo Enrique Ortega, de la
Arquidiócesis de El Salvador,
en conversación reciente con
este medio.
“Considero que el Señor le
concede una fuerza muy grande a Monseñor para condenar
estas muertes que se estaban
dando contra sacerdotes, contra catequistas, contra la gente
solo por tener una Biblia en
mano”, explicó.
Cabe decir que la investigación de la muerte del Padre
Grande no se lleva a cabo, lo
que terminó de encender en
Monseñor Romero ese espíritu que clamó por un estado de
paz, por un fin de la violencia.
En la homilía del funeral
del Padre Grande, Monseñor
Romero ratificó que lo consideraba como un hermano y
que estuvo en momentos importantes de su vida.
“El amor verdadero es el
que trae a Rutilio Grande en su
muerte, con dos campesinos
de la mano. Así ama la Iglesia;
muere con ellos y con ellos se
presenta a la trascendencia del
cielo. Los ama, y es significativo que mientras el Padre Grande caminaba para su pueblo, a
llevar el mensaje de la misa y
de la salvación, allí fue donde
cayó acribillado. Un sacerdote
con sus campesinos, camino
a su pueblo para identificarse
con ellos, para vivir con ellos,
no una inspiración revolucionaria, sino una inspiración de
amor y precisamente porque
es amor lo que nos inspira”,
expresó.
14
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Eco Católico
Domingo 24 de mayo 2015
Romero:
Pastor y mártir nuestro
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Cardenal Rodríguez Maradiaga
América
Latina
agradecida por Editorial
beatificación Romero, el profetismo cristiano y nosotros
El cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, destacó el gran ejemplo de la vida de Monseñor
Oscar Arnulfo Romero y pide que su lucha por la paz y la igualdad no den marcha atrás, siempre con la mira al
frente de ayudar a los pobres.
CIUDAD DEL VATICANO - “Nosotros en América Latina estamos muy
agradecidos por la beatificación de
Monseñor Oscar Arnulfo Romero: son
luces en el firmamento de la Iglesia,
que ciertamente nos guían para seguir
unidos y conservar a los pobres en el
centro de nuestros corazones”, afirmó.
El cardenal, presidente saliente de
Caritas Internationalis habló durante
la presentación de la asamblea general
de la confederación caritativa católica, que abrió en Roma con la misa del
Papa Francisco.
“La asamblea de Caritas Internationalis se reúne cada cuatro años para
definir los planes y reforzar los vínculos de la federación, que reúne a más
de 160 organizaciones en el mundo,
debemos responder a la invitación del
Papa Francisco de crear una Iglesia
pobre y para los pobres”, agregó..
“El año 2015 es un año muy importante para el mundo. Esperamos
con esperanza la próxima encíclica
del Papa Francisco sobre los aspectos
éticos de la ecología, está la importante cumbre de París sobre todo lo que
concierne al cambio climático, esperamos también el relanzamiento de
los objetivos del milenio”, observó el
cardenal.
Monseñor Rodríguez, recordó a
Monseñor Romero, a quien con frecuencia alaba y al que se refiere como
“gran defensor de la justicia, reparto
de la riqueza, y no robar la posibili-
dades a los pueblos de desarrollarse
plenamente.
“Hay gente no sólo lejos, también
cerca que tienen hambre de pan y que
tienen dificultades reales para llegar al
fin de mes y necesitan nuestro apoyo
económico para poder vivir con dignidad, eso lo comprendió y exigió Monseñor Romero.
“Fue un modelo, hoy trabajamos
buscando como él, una vida de trabajo
comunitario, el hambre presentan desafíos éticos, espirituales y políticos
que se entrelazan temas de justicia
ecológica y social” agregó el cardenal
hondureño.
Galardón Oscar Romero
El cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga, fue honrado con el galardón
“Arzobispo Oscar Romero, premio de
Derecho Humanos de la Universidad
de Dayton en Ohio, Estados Unidos,
por su labor humanitaria.
“Recuerdo la historia de los panes
y los peces, que parecían insuficientes para alimentar a la multitud que
se reunió para escuchar a Jesús, Sin
embargo, se volvió a sus discípulos y
les dijo: “Ustedes, denles de comer”.
“Para mi, esa frase, tiene una fuerza impresionante, dijo el cardenal…
Jesús nos muestra que él es sensible
a las necesidades de las personas que
vienen a encontrarse con él, esa fue la
vida de Oscar Romero, no podía permanecer insensible ante las necesidades de su pueblo”.
Monseñor Rodríguez dijo que sentirse especialmente honrado al recibir
el premio en el año de la beatificación
de Monseñor Romero. “El arzobispo
salvadoreño fue martirizado hace 35
años, mientras oficiaba misa…asesinado por su defensa de los derechos
humanos de los pobres y marginados.
Paradoja de la abundancia
Campañas en contra
La lucha de Monseñor Romero
despertó críticas de diferentes frentes y hubo campañas para denigrarlo,
así como intentos de que se sumara
la Iglesia Católica de Honduras, para
revivir una guerra fronteriza que dejó
mucho dolor.
“El anuncio del Papa Francisco de
querer “una iglesia pobre y para los
pobres” evocó casi las mismas palabras que empleaba hace más de tres
décadas Monseñor Romero”, dijo el
cardenal.
Monseñor Rodríguez se refirió a lo
que el Papa Francisco llama la “paradoja de la abundancia”, tan usada por
Monseñor Romero: “hay suficiente
comida en el mundo para alimentarnos a todos, sin embargo, para una
tercera parte de la humanidad no están
disponibles debido a cosas como el
despilfarro”.
“El Papa Francisco así lo reconoció cuando en agosto pasado decidió
que no hay más impedimentos para la
beatificación de un sacerdote que luchó por la justicia social en América
Latina.
Admirador de las acciones de
Monseñor Romero, coincidió con sus
esfuerzos: “Necesitamos acciones,
no sólo argumentos piadosos, necesitamos líderes mundiales, así como
personas sensibles que hagamos lo
que hizo Jesús. Muchos de nosotros
podríamos compartir más y vivir con
menos, cada uno de nosotros tiene que
encontrar su propio pan y su propio
pescado y creer que cuando se comparten, el Señor los multiplica.
En una entrevista publicada por el
diario El Heraldo de Tegucigalpa, el
cardenal Rodríguez, dijo que hay que
tener cuidado de que “el logro de la
igualdad en El Salvador, no caiga en
manos de unos poco ladrones que se
apropian del Estado y empobrecen el
país”.
Tener cuidado
Esta advertencia hecha por un cardenal con conocimientos de causa,
impactó a quienes cobijados por el socialismo del Siglo XXI, siguen conductas corruptas.
P
rofeta es aquel que habla por otro, que pone
voz a su silencio para anunciar y para denunciar. Proclama la vida y la esperanza y
asume como propio el deber de transformar
todo aquello que se opone a los valores del Reino de
Dios, la dignidad humana, la justicia y el bien.
Se trata de una dimensión muchas veces relegada,
apartada y mal comprendida, incluso al interior de la
propia Iglesia. Las implicaciones que tiene conducen
a una vivencia profunda y auténtica del Evangelio,
con todas las consecuencias que ello supone. No por
nada, los verdaderos profetas terminan siendo siempre mártires de la fe.
El Antiguo Testamento está lleno de ellos. Sirven
a Dios para proclamar sus promesas entre los hombres, pero también para señalar con fuerza las debilidades y los pecados. La figura por excelencia es el
Bautista, que preconiza la llegada del Señor al costo
de su propia vida.
A lo largo de la historia, los conocemos, un enorme número de creyentes han asumido con valor
aquella condición dada por el bautismo y han hecho
de su vida y de su muerte un testimonio fecundo para
la evangelización.
A una pequeña parte se les ha concedido el reconocimiento oficial y hoy son santos y santas, mártires o beatos a quienes con razón los cristianos imploramos su intercesión ante el Padre, en cuya presencia
habitan, pero están también aquellos, anónimos y
desconocidos, que igualmente insertos plenamente
en la Vida Eterna fueron entre los hombres auténticos testigos de Cristo.
Este sábado asistimos como Iglesia a la proclamación de un nuevo beato, el arzobispo salvadoreño
Oscar Arnulfo Romero, asesinado por odio a la fe en
el contexto de la guerra civil de su país.
Romero unió su sangre a la de miles de salvadoreños y centroamericanos que en la década de los
años 70 y 80 murieron exigiendo justicia y paz para
nuestros pueblos.
Época convulsa la que les correspondió vivir,
marcada por el odio y la violencia, la injusticia y la
Su beatificación es un signo de Dios
para nuestros pueblos y un aliciente a
no desfallecer en la promoción de la
paz y el desarrollo con justicia social.
intolerancia. Años oscuros de dictaduras, militares y
desaparecidos… de una fe recluida y arrinconada, de
miedos y complicidades en los que se escuchó la voz
de los desamparados, de los olvidados… de los asesinados y los torturados, de los pobres y marginados,
la voz de Monseñor Romero.
El nuevo mártir que hoy reconoce la Iglesia, ha
quedado demostrado, tuvo como su única motivación las enseñanzas de la Doctrina Social de la Iglesia, que llevadas a su radicalidad práctica, fueron insoportablemente incómodas para quienes detentaban
el poder político, militar e ideológico de la época.
Asesinado de un tiro al corazón mientras hacía
presente a Cristo en la Eucaristía, Romero sin embargo no terminaría ahí su calvario. Fueron necesarios 35 años para que se hiciera justicia a su nombre
y a su lucha evangélica. Al calor de la guerra y la
mala política, muchas mentiras, muchas calumnias y
falsedades se levantaron en su contra… pero la verdad prevaleció en el alma del pueblo, en cuyo seno
permaneció siempre intacta la voz del pastor.
El Papa Francisco, conocedor de primera mano
de la realidad centroamericana de aquellos años, no
dudó en desbloquear el proceso y darle curso al Espíritu Santo para que siga actuando a través del arzobispo asesinado. Su beatificación es un signo de Dios
para nuestros pueblos y un aliciente a no desfallecer
en la promoción de la paz y el desarrollo con justicia
social.
Oscar Romero es el ejemplo de un cristiano que
experimenta la conversión, que no puede pasar de lejos ni ser indiferente ante el dolor y la miseria de los
hermanos, de frente a la violencia de la que son víctimas y decide asumir como propio su sufrimiento.
Con vehemencia y valor, denuncia las atrocidades cometidas en contra del pueblo, las manipulaciones y los intereses de los que fue objeto. Acompaña
a las viudas y los huérfanos, alienta a los que sueñan
un futuro diferente y asume el precio de decidir hacer vida la fe, dejando atrás las palabras bonitas pero
vacías, los discursos acomodados y las complicidades interesadas.
Su testimonio tiene que sacudir la conciencia de
cada bautizado. Porque la santidad no es un privilegio exclusivo de unos pocos, es la vocación de todos
los creyentes en Jesucristo, que como la sal o la levadura, estamos llamados a cambiar el mundo desde
adentro.
Desde luego que la vida y el martirio de Monseñor Romero son un camino luminoso especialmente
para los pastores consagrados, cuya vida configurada
con Cristo, no puede abandonar el profetismo que
privilegia la denuncia y la crítica de aquello que la
conciencia y el deber señalan como de justicia y verdad.
Que la sangre derramada por Monseñor Romero
sea semilla fecunda de nuevos y auténticos cristianos
en Centroamérica y el mundo. De personas del cielo
con los pies en el suelo, de creyentes convencidos
de su misión en medio del mundo, que asumen con
libertad y valor las consecuencias de ser seguidores
de Jesús.
Hoy las luchas toman otros rasgos, involucran
a otros actores y se libran en terrenos simbólicos y
culturales, sin obviar que persisten entre nosotros los
perseguidos y los asesinados por cuestiones políticas
e ideológicas, la miseria y el hambre producto de la
injusticia social y la violencia sistemática en contra
de quien se atreve a ser o a pensar diferente.
En todos estos ámbitos la dignidad humana se
constriñe y denigra, la sangre derramada y la paz
arrebatada siguen hoy reclamando al cielo justicia y
voces, que como la de Romero, estén dispuestas a
ofrendar la propia vida si fuera necesario, para que
resplandezca la Verdad.
16
Romero:
Pastor y mártir nuestro
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Un viaje para conocer al pastor,
al mártir y al hermano
Carlos Gerardo Salazar Borrás
Seminarista Arquidiocesano
“La vocación sacerdotal
define el ideal más sublime
Consagrado a Cristo, el sacerdote no se pertenece, es de
Cristo. Injertado en ese tronco
inmortal, está seguro que su
vida no es estéril, que sus años,
largos o cortos, no se pierden
en el vacío” (Chaparrastique
153 pág. 4).
Una vida marcada…
Estas palabras no han
podido salir de un corazón
cualquiera, son expresión en
definitiva, de un corazón sacerdotal, un corazón en donde
el único que tiene cabida es
Cristo Buen Pastor, que suscita
una única exaltación: “Sentir
con la Iglesia”.
Me encuentro actualmente
en el cuarto año de mi formación sacerdotal. En esta etapa,
un poco crítica por los cambios tan rápidos y los alcances
de lo que se va forjando en el
corazón, muchas veces podría
encontrar más de una distracción que haga que se pierda el
objetivo, el amor primero que
me llamó para vivir este encuentro amoroso consigo, con
su Iglesia, no para idealizar su
llamada, sino para hacerla patente, como lo hizo el mismo
Cristo y como lo hizo nuestro
amigo, Pastor y Profeta, Romero de los pobres, Romero
de las Bienaventuranzas.
Le conocí, y me fue imposible olvidarlo, le conocí y no
pudo serme indiferente, contemplé la esperanza que reside
en el corazón del “pulgarcito
de América”, lo palpé en mis
propias manos.
te: “yo no sé qué harían esos
santazos, San Ambrosio y San
Carlos Borromeo que aún hoy
se notan como si viviesen (…)
¡Cuándo tendremos un santazo
de esos parra (sic) cada nación
de América! De ustedes tiene
que salir, están en el horno,
métanse y llénense de fuego”.
Tenía que ir…
Y viajé, tuve esta gracia
de la Providencia del 17 al 24
de enero del presente, para regresar justo a dos meses de su
aniversario y, aunque sólo una
vez, el domingo, pude visitarle en la cripta de Catedral,
me acompañó junto con mi
hermano seminarista desde el
kilómetro cero hasta San Miguel, desde la Basílica hasta
la Iglesia el Rosario, desde el
clamor hasta el estupor. El domingo también, como para su
Hijo Unigénito, hubo también
para mí, resurrección.
Fui cansado, incluso con
dudas en mi corazón sobre el
llamado que el Señor me había hecho. Espiritualmente me
encontraba confundido, débil.
Sin pensarlo y premeditarlo,
la semana en la que estuve en
esta tierra, la liturgia de la Palabra no cesó de repetir esbozos sobre la vocación. Dicen
por allí que “al buen entendedor, pocas palabras”. Sin embargo, creo que hubo más que
palabras, hubo una Palabra,
que así como se encarnó para
regalarnos su amor y su salvación, se encarnó en el corazón
de Pastor de Romero, en el que
me sentí conducido, animado,
amado una vez más.
Me dejé permear por una
realidad que lucha, que busca,
que se deja consolar pero que,
al mismo tiempo, no permanece estática. La esperanza cristiana que contemplé, fue una
esperanza labrada, “rumiada”,
asumida. La semilla que el Redentor plantó con su sacerdote,
no quedó en vano.
Romero me llevó una vez
más, a Cristo
No reparaba un solo día en
visitar un templo, para encontrarme durante mi experien-
La libertad humana, don
y trabajo
Hoy estoy convencido,
después de haber tenido este
encuentro, que la Verdad, nos
hace libres. Yo, soy ahora
consciente con mayor fuerza,
que su ejemplo transforma,
anima, renueva, y que, como
la samaritana, el Señor me ha
pedido el cántaro de mi pobreza, de mi limitación y de mis
defectos para poder asimismo
servirme el agua viva.
La esperanza cristiana que contemplé, fue
una esperanza labrada, “rumiada”, asumida.
La semilla que el Redentor plantó con su
sacerdote, no quedó en vano.
cia contigo, Señor, y es que,
no hubo otra vía para que el
Pastor que le regalaste a este
pueblo hermano, pudiera comprender cómo y porqué su
sufrimiento no era un juego:
cómo las lágrimas de cada vez
más madres que lloraban como
fuentes sin término a sus hijos
desaparecidos, cómo su bautismo reclamaba una justicia
pronta y cumplida, cómo esa
sangre que ya había sido redimida en la Cruz del Mesías,
una vez más se hacía presente en esta pequeña porción de
cielo.
Estar frente a él…
Me devuelvo al domingo,
al domingo 18 en donde el as-
pecto vocacional abundó como
susurro nuevo en la Iglesia, en
la liturgia, en mi propia vida.
Un par de lágrimas que no
pensaba que cayeran, brotaron
espontáneamente y quedaron a
sus pies, que tanto caminaron
para comprender que como el
Maestro, “El Pastor tiene que
estar donde está el sufrimiento” (Homilía 30-10-1977). Es
imposible apartar a este Pastor
del dolor de su gente, y cuánto
mérito, porque como humanos
que somos, cuán fácil hubiera sido para mí en su lugar el
“zafarse”, encerrarme en mi
propio miedo. La santidad se
contagia, porque siendo seminarista en Roma, atendió el
24 de julio de 1939 en la ermita del Sagrado Corazón a
Monseñor Cameras lo siguien-
Quisiera, de manera especial, terminar este momento
para asumir un extracto de la
homilía del Pastor: “¿Por qué
quiero ser Sacerdote? Para
correr el riesgo que muchos
jóvenes no saben ver. Porque
quiero ser en el pueblo de Dios
signo de unidad y proclamar
la Buena Nueva a los necesitados, porque de esta forma
hago presente a Cristo y su
Evangelio en el mundo de una
manera más completa y más
entregada”. (Homilía 3 de junio de 1979).
Este “chelito”, como me
llamaste al estar en tu casa, en
tu tierra, en tus calles, se llena
de gratitud por haberme recibido. Mejor aún, que, como
el mandato evangélico, nos
permita llevarle para que le
conozca toda criatura, porque
como Monseñor: “Mi disposición debe ser dar mi vida por
Dios, cualquiera que sea el fin
de mi vida”. (Último retiro de
ejercicios espirituales, febrero
1980).
Eco Católico
Opinión
Domingo 24 de mayo 2015
Para ser democráticos
Pbro. Alberto Casals
Una verdadera democracia
ha de tener como centro a la
persona humana y sus derechos, y promover valores específicamente democráticos.
Entre ellos aparece, como muy
importante, la preservación de
la propiedad privada y su función social.
La democracia no es incompatible con la referencia a
una moral objetiva, anterior y
superior a las instituciones democráticas de la sociedad y de
la convivencia. Hay como un
común denominador de toda la
humanidad que debe estar presente y ser muy bien respetado
en la vida democrática.
Las instituciones y los procedimientos democráticos no
son la última referencia moral
de los ciudadanos, el principio rector de la conciencia
personal, la fuente del bien y
del mal, como si suplantaran
a Dios y a la persona humana.
Ver las cosas así conduciría a
una mentalidad relativista de la
vida y escondería un peligroso
germen de autoritarismo.
Viviríamos al vaivén de las
sucesivas asambleas legislativas. Ya tenemos unos detestables precedentes de democracia deteriorada en el nazismo,
originado democráticamente
en una sociedad del siglo pasado, y también en la experiencia de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas que,
descaradamente, se atrevía a
llamarse democracia.
Parece que no aprendemos
de la historia -ni siquiera de la
reciente- y ahora en nuestro
continente estamos enrumbados democráticamente hacia
rutas de autoritarismos anacrónicos, poco democráticos
y peligrosos para la libertad de
las personas y las asociaciones
intermedias, como observamos en Venezuela.
El bien y el mal no pueden
quedar determinados por decisiones de unas pocas personas,
ni tampoco por decisiones de
asambleas legislativas o intereses de grupos ideológicos
mientras ejercen el poder real,
político y económico. Esto es
contrario a la verdadera democracia, aunque pudiera tener
su origen en corrientes internacionales.
La razón natural, esa conciencia presente en la intimidad de toda persona, ve las
cosas de otra manera. La democracia no pretende ser un
sistema completo de vida. Antes de los procedimientos democráticos, y sus normas, está
el valor ético y natural de la
persona humana. Para lograr
establecer una verdadera democracia, es necesario buscar
honestamente la verdad sobre
el hombre y la recta formación
de su conciencia de acuerdo
con esa verdad, lo que llamamos en Costa Rica educación
integral. Esa fue la enseñanza continua de Juan Pablo II,
quien no cesó de recordar la
dignidad de toda persona, sin
discriminaciones de raza, lengua, religión, cultura, nivel
económico.
Es sumamente peligroso para la buena
salud de una democracia la actitud
de quienes no reconocen los criterios morales ni se
someten a ningún
código objetivo.
Entre los ingredientes fundamentales de la verdadera
democracia, está el
respeto a la libertad
religiosa, que es parte
primordial del bien común y de los derechos
de los ciudadanos de un
país y que el Estado y las
diversas instituciones políticas tienen que respetar
y acoger. Un Estado laico,
verdaderamente democrático, es aquel que valora
positivamente la libertad
religiosa. Forma parte del
bienestar de los ciudadanos el que puedan profesar y practicar la religión
que les parezca en conciencia
más conveniente. Cuando un
Estado se opone a la vida religiosa o pretende reducirla a
la vida privada, ya no se conduce como un Estado laico,
respetuoso de sus ciudadanos,
sino que se comporta como
un Estado autoritario, con un
germen talvez aparentemente
democrático, pero falso.
El menosprecio y la intolerancia en relación con la
presencia de la religión, como
observamos ahora en algunos
países europeos deben ser denunciados como una actitud
poco democrática y poco tolerante. La sana laicidad democrática conlleva que el Estado
reconozca a la religión “como
presencia comunitaria pública”.
17
En diálogo
Monseñor José Rafael Quirós
Arzobispo de San José
Comunicación y familia
Hemos celebrado la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales teniendo
como referencia a la familia
como “el primer lugar donde
aprendemos a comunicar”.
Es muy lógica esta propuesta del Papa Francisco
considerando la cercanía del
Sínodo sobre la Familia a celebrarse en octubre. En este
contexto, la familia domina
la reflexión eclesial.
No es la primera vez que
dicha Jornada pone a la familia como eje. Ya el Papa
Pablo VI, desde la III Jornada en el año 1969, propuso
el tema: “Comunicaciones
sociales y familia”. En aquella ocasión se invitaba a una
reflexión positiva y fecunda
sobre la expansión creciente
de la prensa, de la radio, del
cine y de la televisión y su
influencia en el seno de las
familias.
En 1994, bajo el lema “Televisión y familia: criterios
para saber mirar”, el Papa
Juan Pablo II nos presentó
lo que, en aquel momento,
era objeto de su particular
preocupación. Al respecto el Papa señalaba que, si
bien la televisión conseguía
enriquecer la vida familiar,
igualmente podía perjudicarla: “al difundir valores y
modelos de comportamiento
falseados y degradantes, al
emitir pornografía e imágenes de violencia brutal al inculcar el relativismo moral y
el escepticismo religioso; al
dar a conocer relaciones deformadas, informes manipulados de acontecimientos y
cuestiones actuales; al transmitir publicidad que explota
y reclama los bajos instintos
y exalta una visión falseada
de la vida que obstaculiza la
realización del mutuo respeto, de la justicia y de la paz.”
Estos temas, ciertamente, siguen vigentes…
Los nuevos tiempos y las
nuevas tecnologías siguen
siendo motivo de interés para
la Iglesia. En un encuentro
con el Pontificio Consejo de
las Comunicaciones en el
2013, el Papa planteaba que
“en la actual era de la globalización, estamos asistiendo
a un aumento de la desorientación, de la soledad; la dificultad para trabar relaciones
profundas” y por eso, “también en el contexto de la
comunicación es necesario
que la Iglesia consiga llevar
calor, que enardezca los corazones”.
Aunque estos elementos
son un preámbulo al tema
expuesto para la actual Jornada, en esta ocasión, el énfasis se ha puesto en la familia como núcleo privilegiado
para crecer en la verdadera
comunicación: “No existe
la familia perfecta, pero no
hay que tener miedo a la imperfección, a la fragilidad, ni
siquiera a los conflictos; hay
que aprender a afrontarlos de
manera constructiva”.
En tiempos en que los
antivalores son promovidos
desde diversos espacios, las
familias cristianas están llamadas a fortalecer una comunicación efectiva que de
seguridad y fortaleza a todos
sus miembros en la transmisión de los valores morales y
espirituales que la definen.
No desfallecemos en proponer la riqueza humana de
la familia que toma el camino del diálogo, como respuesta a las barreras que hoy
se interponen en la construcción auténtica de la persona
humana, en su legítima dignidad.
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Opinión
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Eco Católico
La familia: tres palabras
Catequesis en audiencia general, miércoles 13 de mayo, 2015
Veamos: la primera, es
“¿permiso?” Cuando nos preocupamos por pedir gentilmente también aquello que
quizás pensamos que podemos
pretender, nosotros ponemos
una verdadera protección para
el espíritu de la convivencia
matrimonial y familiar. Entrar en la vida del otro, incluso cuando es parte de nuestra
vida, necesita la delicadeza de
una actitud no invasiva, que
renueva la confianza y el respeto. La confianza, en fin, no
autoriza a dar todo por cierto.
Y el amor, mientras es más
íntimo y profundo, tanto más
exige el respeto de la libertad
y la capacidad de esperar que
el otro abra la puerta de su corazón. No olvidémoslo. Antes
de hacer una cosa en familia:
“¿Permiso, puedo hacerlo?”
“¿Te gusta que lo haga así?”.
La segunda palabra es
“gracias”. Ciertas veces pensamos que estamos transformándonos en una civilización
de los malos modales y de las
malas palabras, como si fueran un signo de emancipación.
Las escuchamos decir tantas
veces también públicamente.
La gentileza y la capacidad
de agradecer son vistas como
un signo de debilidad, a veces
suscitan incluso desconfianza.
Esta tendencia debe ser contrastada en el seno mismo de
la familia. Debemos hacernos
intransigentes sobre la educación a la gratitud, al reconocimiento: la dignidad de la
persona y la justicia social pasan ambas por aquí. Si la vida
familiar descuida este estilo,
también la vida social lo perderá. La gratitud, luego, para
un creyente, está en el corazón
mismo de la fe: un cristiano
que no sabe agradecer es uno
que ha olvidado la lengua de
Dios. La tercera palabra es “perdón”. Palabra difícil, cierto,
sin embargo tan necesaria.
Cuando falta, pequeñas grietas
los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”.
Palabra del Señor.
Momento
de silencio
Un momento de silencio:
se ensanchan hasta transformarse en fosos profundos.
Reconocer de haber faltado
y ser deseosos de restituir lo
que se ha quitado -respeto, sinceridad, amor- nos hace dignos
del perdón. Y así se detiene la
infección. Si no somos capaces
de disculparnos, quiere decir
que ni siquiera somos capaces
de perdonar. En la casa donde
no se pide perdón comienza a
faltar el aire, las aguas se vuelven estancadas. Tantas heridas
de los afectos, tantas laceraciones en las familias comienzan
con la perdida de esta palabra
preciosa “discúlpame”. En la
vida matrimonial se pelea tantas veces…también ¡“vuelan
los platos” eh! Pero les doy
un consejo: nunca terminen la
jornada sin hacer las paces.
Nos ven
Poder legislativo y diputados católicos
Pbro. Mauricio Víquez L.
canino@racsa.co.cr
Luego del final del primer
año del presente gobierno,
queda que nos fijemos en el
Primer Poder de la República
que, recientemente, ha configurado sus comisiones.
Me toca, por diversos motivos, mirar el poder legislativo,
día a día, con un interés particular. Sé bien que es un mundo
complejo. Igualmente, me doy
cuenta de que la fama de “vagos” de los legisladores no se
justifica en la mayoría de los
casos y que es un lugar donde
el ir y venir de las luchas más
importantes se mezclan con
intereses más o menos esen-
ciales y más o menos mezquinos.
En el último año ha habido
una actividad de la Asamblea
marcada por temas urgentes
y otros peliagudos. La polémica ha estado en el plenario,
los pasillos y los despachos de
Cuesta de Moras a la orden del
día en estos meses.
He tenido la ocasión de conocer lo que algunos diputados y diputadas piensan. A veces les he buscado, a veces me
han buscado. Hemos hablado
de temas diversos. En ocasiones, hemos estado de acuerdo,
a veces pues no. Es lo normal.
A la fecha y por cuestiones también diversas, no he
podido hablar con algunos so-
bre temas que pueden resultar
esenciales para todos. Sin embargo, queda tiempo. Puede
que en el futuro se den esas
tertulias en torno a cuestiones
de las más variadas temáticas
y de la importancia más diversa.
Han sido muy interesantes
la conversaciones con diputados de casi todos los partidos.
Con los de las fracciones protestantes ha habido mucho en
común, igualmente, con diputados que, con libertad y claridad de conciencia, tratan de
vivir su condición de católicos
de frente a su deber de ser representantes de un pueblo demócrata y plural.
Hoy ya están las nuevas
comisiones constituidas y
la labor vuelve. Queda conversar, hacer observaciones,
etc. Como ciudadano y como
clérigo es un quehacer que,
ciertamente, nada tiene de diferente con el de un ciudadano
preocupado por su país que, en
principio, siempre debería estar atento a lo que hacen aquellos a quienes han elegido.
Al comenzar esta legislatura solo pienso en una cosa.
En los diputados católicos
que han sido puestos en comisiones decisivas en algunos
temas moralmente muy relevantes como, por ejemplo, la
comisión de asuntos sociales,
o bien, la especial de derechos
humanos.
Y espero que sepan ponerse a la altura de su realidad de
hombres y mujeres que son
parte, por ser bautizados, de
una Iglesia que no se apunta
a la dictadura del relativismo.
La justicia social es un reto.
La misericordia es un pilar.
La vida innegociable desde la
concepción. El matrimonio y
la familia instituciones que se
han de proteger sin medidas.
Porque nos ven, cada diputado católico debe dar la talla
de cara a los que le eligen, a
su conciencia y enseñanza de
la Iglesia. Una perspectiva que
debe ser manejada con prudencia, inteligencia y con una
convicción: primero obedecer
a Dios que a los hombres.
19
El Espíritu
de la Paz
Habla el Papa
La catequesis de hoy es
como la puerta de ingreso de
una serie de reflexiones sobre
la vida de la familia, su vida
real, con sus tiempos y sus
acontecimientos. Sobre esta
puerta de ingreso están escritas tres palabras, que he utilizado diversas veces. Y estas
palabras son: “permiso”, “gracias”, “perdón”.
Lectio divina
Domingo 24 de mayo 2015
Oración inicial
Oración
inicial
¿Cuándo vendrá el Consolador,
oh Padre mío? ¿Cuándo llegará a mí
tu Espíritu de verdad? El Señor Jesús
nos lo ha prometido, dijo que lo enviaría desde tu seno hasta nosotros. Padre, ¡abre tu corazón y envíalo desde
los cielos santos, desde tus altas moradas! No tardes más, sino cumple la
antigua promesa; ¡sálvanos hoy, para
siempre! Abre y danos tu Amor por
nosotros, para que también yo pueda
abrirme y ser liberado por ti y en Ti.
Que esta Palabra tuya sea hoy el lugar
santo de nuestro encuentro, la estancia nupcial de la inmersión en ti, ¡oh
Trinidad Amor! Ven a mí y yo a ti.
¡Permanece, oh Padre! ¡Permanece,
oh Hijo Jesucristo! ¡Permanece para
siempre, oh Espíritu Consolador, no
me abandones jamás! Amén.
Lectura
Bíblica
El Texto:
Lectura del Santo Evangelio según
San Juan:
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de
la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó
Jesús en medio de ellos y les dijo: “La
paz esté con ustedes”. Dicho esto, les
mostró las manos y el costado.
Cuando los discípulos vieron al
Señor, se llenaron de alegría. De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado,
así también los envío yo”.
Después de decir esto, sopló sobre
ellos y les dijo: “Reciban al Espíritu
Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a
Hago silencio. De vez en cuando
repito en voz baja: “Ven, Espíritu Santo”.
Algunas
preguntas
Algunas preguntas:
1. ¿Por qué, Señor, te he esperado tan
poco, por qué ha sido tan frágil,
tan hipócrita, mi atención hacia
Ti? Tu mandas a Alguien a buscarme, y ni tan siquiera me doy cuenta, ni tan siquiera muestro interés?
2. Tengo miedo Señor, tú lo sabes.
¿Por qué dar la cara ante todos:
a mis compañeros de colegio, de
universidad, de equipo, a mis amigos, que me invitan a salir con
ellos? ¿Por qué este esfuerzo? ¿No
puedo ser cristiano igualmente?
¡Tú eres mi principio y mi fin; tú
eres mi entera existencia! ¿Cómo
es, Señor, que no doy testimonio?
¿Cómo puedo continuar así?
Ciclo B - Pentecostés - Liturgia de las Horas: Domingo I del salterio.
Comentario
al Evangelio
L
Don y misión
lega Pentecostés y el final del tiempo pascual.
Rogamos hoy al Espíritu,
dulce huésped del alma,
que mande su luz desde el cielo
y entre hasta el fondo de nuestra
alma y nos fortalezca con su luz y
sus dones.
Al final del día de la resurrección,
dice Juan, los discípulos siguen
encerrados. El miedo puede más y
la prudencia se impone.
Al hacerse presente el Señor en
medio de los suyos el saludo
normal: desear que el “Shalom”
guarde a los que ama y los
fortalezca. De inmediato mostrar
la identidad entre el crucificado y
el que ahora se muestra glorioso
y transformado. Consecuencia: el
gozo que da el contacto con quien
se sospechaba fracasado y ahora,
en cambio, se le mira cumpliendo
con todas sus promesas.
Viene luego el envío a una misión
(participan de la misión de su
Señor, como advierte Zevini) y el
3. ¡Oh Tú, que eres el Amor, que
yo me deje aferrar por tu Espíritu! ¿Me llevará al desierto, como
hizo contigo? (cf. Lc 4,1) ¿Abrirá
mi vida, como abrió el seno de la
Virgen María? (Lc 1,35) ¿Me invadirá como hizo con Pedro, con
los otros, con cuantos creyeron en
la predicación, como narran los
Hechos de los Apóstoles? No sé lo
que me sucederá, pero deseo decirte que sí.
Oración
final
Oración final
Gracias, Padre, por la venida del
Consolador; gracias por su testimonio
de Jesús en el mundo y en mi vida.
Gracias, porque es Él el que me hace
capaz de recibir y llevar el peso glorioso de tu Hijo y mi Señor. Gracias,
porque Él me guía a la verdad, me entrega la verdad toda entera y me revela las palabras que Tú mismo pronuncias. Gracias, Padre mío, porque en tu
bondad y ternura, tú me has alcanzado
hoy, me has hecho entrar en la casa de
tu corazón; me has inmerso en el fuego de amor trinitario, donde tú y Jesús
son una sola cosa en el beso infinito
del Espíritu Santo. Amén.
Lecturas para hoy
Hch 2, 1-11
Sal 103
1Co 12, 3-7. 12-13
Jn 20, 19-23
don del Paráclito con el encargo
de perdonar pecados. Todo en
un instante. Cada gesto es aquí
decisivo: el don del Espíritu, el
soplar, todo significa vida y lo
propio del resucitado.
20
Sagradas Escrituras
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Con gozo celebramos en
este día la gran solemnidad
de Pentecostés y con ella cerramos un ciclo litúrgico, la
Cincuentena Pascual. En ella
inauguramos el tiempo del Espíritu, el tiempo de la Iglesia.
Durante estos cincuenta días,
con diversos tonos y con insistencia pedagógica casi repetitiva, el Evangelio de San Juan
y el libro de los Hechos de los
Apóstoles, nos han preparado
para vivir con intensidad espiritual, personal y comunitaria,
este momento culminante de
nuestra fe.
La palabra “Pentecostés”,
significa “día quincuagésimo” o “cincuenta días”. Los
judíos llamaban “Pentecostés” o “fiesta de las semanas”
a una fiesta agrícola, en la que
se recogían los primeros frutos
de la tierra (Éx 23,14; Núm
28,26; Lev 23,15-16), fiesta a
la que unieron luego el recuerdo festivo de la alianza con el
Señor en el monte Sinaí, a los
cincuenta días de la salida o
éxodo de Egipto (Éx 19,1-6; 2
Crón 15,10-13).
Una nueva alianza
Los cristianos, ya desde antiguo, llamaban así, tanto a la
cincuentena pascual (las siete
semanas de prolongación de la
Pascua), como al día último,
el día cincuenta. Un día que
estaba marcado por la venida
del Espíritu Santo sobre la comunidad apostólica, a los cincuenta días de la resurrección
del Señor (ver Hech 2,1-4).
San Lucas, el autor del libro
de los Hechos de los Apóstoles
y, por ende, del pasaje de Pentecostés a los cincuenta días de
Pascua, lo que quiere enseñar
es que la nueva alianza, de la
que era figura la antigua alianza del Sinaí, celebrada en la
fiesta judía de Pentecostés, se
ha cumplido con la llegada del
Espíritu Santo.
Además, San Lucas ubica
el acontecimiento de Pentecostés, en el “piso superior de una
casa”, donde estaban reunidos
los once apóstoles, así también
varias mujeres, María, la madre de Jesús con sus hermanos
(es decir, los parientes), como
vemos en Hech 1,13-14.
Ahora bien, en el texto de
Hech 2,5 se dice que mucha
gente presenció ese acontecimiento y que había, además,
una cantidad de ciento veinte
hermanos
aproximadamente (Hech 1,15), aunque podríamos pensar en otro lugar
(Hech 2,1), a causa de tanta
gente ese día (posiblemente
en el templo de Jerusalén); al
decir que todos estaban en un
lugar elevado, es para enseñar
que la nueva alianza se realiza
en un nuevo Sinaí, simbolizado en la “sala superior” de la
casa.
Fenómenos cósmicos
San Lucas cuenta con detalle los fenómenos cósmicos
de ese día: ráfagas de viento
y lenguas de fuego, que recuerdan la alianza del Sinaí,
en cuyo monte hubo tormenta,
tinieblas, nubarrones y fuego
del cielo (ver Éx 19,16-20).
Con iguales fenómenos, San
Lucas enseña que la nueva
alianza se da con el descenso
del Espíritu, pero ya no con la
antigua alianza o Ley de Dios
para su pueblo, sellada en tablas de piedra y en manos de
Moisés el mediador, sino que
es reemplazada por el Espíritu
Santo y dada a todos los hombres y mujeres, representados
en la inmensa muchedumbre
que asiste al evento, de judíos
y no judíos (Hech 2,5-11).
Por su parte, San Juan en
el Evangelio de hoy (Jn 20,1923), nos ha querido enseñar,
con su propia versión del evento de Pentecostés, que cuando
recibimos al Espíritu Santo,
nos transformamos en nuevas
creaturas. Y San Lucas, con
la suya en la 1ª lectura (Hech
2,1-11), nos enseña que quien
recibe al Espíritu Santo, hace
una nueva alianza con Dios
en Jesucristo, no basada en el
simple cumplimiento de unas
leyes, sino en la voz y en la
fuerza del Espíritu, que habla
al corazón de cada creyente.
Pentecostés fue todo un
acontecimiento que transformó las vidas de los primeros
cristianos, que los hizo hablar
valientemente de Cristo Resucitado, que los cambió de miedosos a decididos (Jn 20,19;
Hech 2,14-36). Y eso sólo lo
pudo haber hecho el Espíritu
Santo. Esta experiencia tan intensa y maravillosa, los evangelistas San Lucas y San Juan
la recogieron y la contaron de
dos maneras, cada una con su
propio mensaje.
No es un día solamente
Pero Pentecostés no es un
día solamente, el día del Espíritu Santo. Es más bien el
tiempo en que vivimos, marcado por la presencia permanente del Espíritu, que comenzó
con la resurrección del Señor
y que durará hasta el fin de los
tiempos. Tiempo que debemos
aprovechar para vivirlo intensamente: la nueva vida que el
Espíritu Santo nos ha dado en
nuestro “propio” Pentecostés:
en el Bautismo, en la Confirmación y en la vida cristiana
de cada día, dejándonos transformar por la fuerza de Jesús
Resucitado.
Esto es lo que Pablo nos
enseña en la 2ª lectura de hoy
(1 Cor 12,3b-7. 12-13). La
imagen del cuerpo de Cristo,
le sirve al Apóstol para presentar los dones o carismas de los
cristianos en la Iglesia, con un
ritmo ternario: diversidad de
dones, diversidad de servicios
y diversidad de actividades,
21
“Mi intención y a la vez mi necesidad consisten en tener una información lo más precisa posible acerca de los “Hombres de
Negocios del Evangelio Completo”. Me han dado la impresión que actúan de manera solapada, a la vez que en sus reuniones
dicen que cada cual asista al templo de su denominación religiosa (el católico con su comunidad y el evangélico con la suya),
de hecho terminan haciendo propaganda de su grupo o secta, que no es ciertamente católica. Le agradezco la atención y
espero su aclaración”.
Edwin Membreño
Upala
Pentecostés no es un día solamente. Es el tiempo en que vivimos,
marcado por la presencia permanente del Espíritu,
que comenzó con la resurrección del Señor y que durará hasta el fin de los tiempos.
Animación bíblica CENACAT
Tus dudas
Domingo 24 de mayo 2015
¿Como católico puedo ir a las reuniones
de los “Hombres de Negocios”?
“Reciban el
Espíritu Santo”
Pbro. Mario Montes M.
Eco Católico
que tienen su origen común en
la Santísima Trinidad: Espíritu, Señor -Jesús-, Dios -Padre-.
Todos ellos no son cualidades
naturales, ni fruto del esfuerzo
humano, ni méritos o privilegios, sino pura gracia y regalo
de las tres divinas personas. Y
la unidad de la Iglesia se expresa a través de la diversidad
de sus miembros, cuando ejercen la fe que viven.
En la Iglesia, las categorías
discriminatorias (esclavos, libres, judíos, griegos, hombre
y mujer, ricos o pobres), han
sido abolidas por el Señor.
Todos son protagonistas en
la construcción del Reino de
Dios, tarea de toda comunidad
cristiana: “pues hemos sido
bautizados en un solo Espíritu... y hemos bebido un solo
Espíritu...” Es decir, la unidad
y la diversidad en la Iglesia,
son fruto y don al mismo tiempo del Espíritu, “para formar
un solo cuerpo”, es decir, la
Iglesia como comunidad organizada con la fuerza de lo Alto.
Con el salmista de la Vigilia
de Pentecostés (Sal 105,30),
aclamemos a Dios que envía
su Espíritu a las creaturas, Espíritu de vida y plenitud, que
en Cristo Resucitado y glorificado, se derrama sobre el mundo, los seres humanos y sobre
aquellos cristianos abiertos a
su acción bienhechora, como
lo celebramos y anunciamos
en esta solemnidad.
Se trata de una Fraternidad
Internacional que integra a
hombres de negocios, seguidores de Cristo, de todas las
denominaciones religiosas.
Afirman que no pretenden, en
absoluto, ser una nueva Iglesia
o denominación cristiana. Para
evidenciarlo no se reúnen en
templos, sino en lugares “neutrales” como son cafeterías,
restaurantes, hoteles; como
tampoco tienen ministros de
culto o pastores, sino sólo
coordinadores de las muchas
reuniones que son semanales y
mensuales.
Declaran insistentemente
que ellos son “varones comunes y corrientes que trabajan
honradamente para sostener
a sus familias, compartiendo
con otros de su misma actividad económica, el amor, la
misericordia y la presencia de
Dios en sus vidas”.
Se consideran además un
movimiento “explosivo”, en
donde se hacen evidentes las
manifestaciones -así lo afirman- del poder de Dios, como
son liberaciones, milagros, sanidades, éxitos económicos…
y todo por la acción de “hombres llenos del Espíritu Santo”.
Su finalidad u objetivo es
bien claro: entrar en una relación personal con Cristo para
que con su ayuda logren ser
mejores esposos, mejores padres, mejores hijos, mejores
ciudadanos, mejores empresarios, mejores trabajadores.
Por lo que acabo de decir,
pareciera que todo está bien
y que un católico bien puede
pertenecer a esta Fraternidad,
cuando además sabemos que
unos católicos, de hecho, han
encontrado una gran ayuda espiritual y religiosa, participando en sus “reuniones”. Varios
me lo han afirmado, con insistencia y franqueza.
Sin embargo, si unos han
encontrado ayuda, otros han
salido perjudicados, experimentado cierta “confusión religiosa”, casi que no contara
ser cristiano-católico y no serlo, fomentando así una forma
religiosa vaga e indefinida, sin
vida sacramental. Ha sido por
eso que la Congregación para
la Doctrina de la Fe, que es el
dicasterio de la Santa Sede encargado de vigilar sobre la ortodoxia de las nuevas propuestas religiosas que aparecen, ya
ha dado su parecer.
mes Shakarián (1913-1993),
quien se propuso difundir el
Evangelio en el mundo y el supuesto Bautismo del Espíritu
Santo con sus manifestaciones
extraordinarias.
En práctica, aunque él no
lo quería reconocer, se trata de
un movimiento neo-pentecostal que pretende lograr y ver
maravillosas intervenciones
del Espíritu Santo, sobre todo
(o casi exclusivamente) en el
ámbito del éxito y triunfo.
Nos encontramos pues con
un movimiento más, fuertemente marcado por lo que
llamamos “teología de la prosperidad”. ¡Cuántas sectas y
grupos religiosos hoy en día
llevan este sello! Van difundiendo la convicción de que
“optar por Cristo, es optar por
el éxito, la prosperidad” y con
frecuencia en sus reuniones lo
que se oye son testimonios de
“triunfos”, y lo que se ve son
supuestos “milagros”.
Hasta el saludo puede reflejar esa mentalidad y
entonces se oye que
La Fraternidad ha sido fundada por un armenio de Estados Unidos de América, Do-
Correo electrónico: obispadotilaran@gmail.com Fax: 2695-5669
En él cabemos todos, pobres y ricos, sanos y enfermos,
con éxitos económicos y con
posibles fracasos… y todos
somos bendecidos, porque
amados por Dios.
No podemos pretender que
el asumir el Evangelio Completo nos asegure el éxito, en
el campo que sea. Nunca el
éxito mundano puede ser tomado como prueba de bendición divina. ¡Cuántos santos,
cristianos que vivieron íntegro
el Evangelio, de hecho “fracasaron” en sus negocios, en ser
apreciados, además que en su
salud…!
En síntesis: un católico no
tiene razón para adherirse a
esta Fraternidad y lo que ella
pueda ofrecerle como bueno
(orar, reunirse, dar testimonio de su vida con Dios…)
lo encuentra en la Iglesia
Católica y en sus grupos de
oración y de apostolado.
“Un católico no
tiene razón
para adherirse
a esta Fraternidad
y lo que ella pueda
ofrecerle como bueno
lo encuentra en la
Iglesia Católica y en sus
grupos de oración y
de apostolado”.
¡Mereces una respuesta!
fulano se encuentra “bendecido, prosperado y en victoria”.
Es muy tentadora la tendencia
de pretender un “cristianismo
sin cruz”, y en definitiva “elitista”, lo cual ya no sería cristianismo.
Monseñor Vittorino Girardi S.
Obispo de Tilarán-Liberia
22
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Diócesis celebra aniversario
Diez años haciendo
Iglesia en Cartago
Eco Católico
la preocupación más importante es la misión permanente, enfatizando el kerigma, la
formación de agentes, conservando siempre las áreas de
los jóvenes y la familia, así
como la indígena, ya que hacer conciencia de su presencia
y pertenencia a la Diócesis de
Cartago ha sido una tarea importante”, dijo el obispo.
Frutos en este período
El prelado destacó algunas
áreas en las cuales la diócesis
ha tenido logros significativos:
el proceso de kerigma “ya ha
entrado en todas las parroquias
y se está consolidando” y la
formación de agentes, área en
la que destacó la creación del
Instituto Santiago Apóstol en
2013.
María Estela Monterrosa S.
mmonterrosa@ecocatolico.org
La Diócesis de Cartago fue
erigida el 24 de mayo de 2005
por el Papa Benedicto XVI,
desmembrando 30 parroquias
hasta entonces pertenecientes
a la Arquidiócesis de San José
y 6 que pertenecían a la Diócesis de Limón.
El Santo Padre también dio
el título de Catedral al templo
parroquial Nuestra Señora del
Carmen, ubicado en el centro
de Cartago, y nombró a Mons.
José Francisco Ulloa Rojas
como primer obispo de la nueva Iglesia particular.
elementos jurídicos, administrativos y pastorales”, recordó.
Seguidamente, se fueron
organizando las instituciones
diocesanas y vicarías foráneas, se hicieron los nombramientos y se fue definiendo
cómo administrar las parroquias, el personal y la relación
de la curia diocesana con las
parroquias. En el ámbito pastoral, se marcaron las pautas
de cómo se orientaría la curia y se crearon cinco vicarías
episcopales -recientemente se
creó una más-.
Cartago no era un territorio desconocido para Mons.
Ulloa, si bien había estado al
frente de la Diócesis de Limón
los diez años anteriores, él es
un cartaginés “por los cuatro
costados”, como suele decir.
Así que no le costó identificar las fortalezas de la zona en
cuanto a la fe para empezar a
trabajar:
“Yo centré las orientaciones pastorales en tres núcleos:
la devoción mariana, reforzar
el amor a la Eucaristía y organizar las parroquias con un un
sentido misionero”, dijo.
En este proceso, la participación del obispo Ulloa en la
V Conferencia del Episcopado
Latinoamericano en Aparecida, Brasil, en 2007, fue muy
importante. “Aparecida nos
Así comenzó el reto de
organizar una diócesis desde
cero.
Poco tiempo después, iniciaron las asambleas parroquiales para detectar necesidades y desafíos en las distintas
comunidades y dar insumos
para la elaboración del Plan
Diocesano de Pastoral. “Se
realizó una asamblea diocesana y de ahí salieron las líneas y
orientaciones fundamentadas
en el modelo de Iglesia que
queríamos: kerigmática, discípula de Cristo, de comunión,
de participación, misionera,
corresponsable. Eso nos ayudó a definir las prioridades del
Plan de Pastoral: kerigma, jóvenes, familia, pastoral social
e indígenas. La intención era
fortalecer la atención pastoral
en todas esas áreas”.
Asimismo, recalcó los logros en el ámbito de familia y
juventud, gracias a la creación
del Centro de Orientación Familiar y Juvenil diocesano que
ya cumplió un año de operación. Ahí se brinda atención
psico-espiritual con el método
Peniel, dirección espiritual,
consejería matrimonial y talleres para jóvenes, adultos,
matrimonios y padres de familia.
Otra área de la que el obispo habla complacido es vocaciones. “Cartago es la segunda
diócesis con más seminaristas,
actualmente hay 40, y en diez
años se han ordenado 23 presbíteros. Además, hay siete vírgenes consagradas, un estilo
de vida cristiana que viene de
los primeros siglos y está retomando fuerza, aquí hay otras
Catedral Nuestra Señora del Carmen.
De ese encuentro, también
se espera el II Plan Diocesano
de Pastoral. “Yo perfilo que
23
mujeres en formación, todas
profesionales”, dijo.
Agregó que “en una diócesis, se tienen muchas oportunidades para reafirmar los valores que existen en la región.
Cartago se considera una de
las zonas más religiosas, por
muchas razones, aquí comenzó la evangelización de Costa
Rica y tenemos el Santuario de
la Virgen de los Ángeles”.
En estos diez años, la diócesis ha sido escenario de
importantes acontecimientos
eclesiales como el Jubileo
Pontificio por los 375 años del
hallazgo de la imagen de la
Virgen de los Ángeles, celebrado en el 2010, al que asistió
un delegado pontificio.
Fue el punto de encuentro de miles de jóvenes en el
2012, cuando se celebró en
Cartago el Día Nacional de la
Juventud.
Igualmente se realizó allí
el IV Congreso Eucarístico
Nacional, en 2013, esa fue la
primera vez que el evento se
realizó fuera de la Arquidiócesis de San José, también en
esa ocasión se contó con la
presencia de un delegado pontificio.
Además, Cartago ha sido
sede de acontecimientos eclesiales internacionales, como
el II Congreso Continental de
Vocaciones, que se realizó en
el 2011, y el cual contó con la
participación de cardenales y
obispos de la región.
Cartago “sin extremos”
Para Mons. José Francisco
Ulloa Rojas, Cartago es una
provincia que se caracteriza
Cartago fue sede del Día Nacional de la Juventud 2012.
por su vocación agrícola. “El
80% de verduras y legumbres
que se consumen en el país
son cosechadas en Cartago”,
comentó.
Agregó que los agricultores
de esa tierra son gente noble,
religiosa y solidaria. “No es
una sociedad de extremos, no
hay millonarios ni gente en total miseria, aunque si hay focos de pobreza”, indicó.
Comentó, además, que en
las zonas agrícolas hay trabajo y se trata principalmente
de pequeños y medianos productores, citó el ejemplo de la
zona norte de Cartago donde
“la gente vive con dignidad”.
“Cartago es una sociedad
muy religiosa, la gente participa mucho en misa, comulga.
Hay algo especial, la sociedad
tiene una base religiosa muy
profunda. El reto fundamental
que tenemos es acercarnos a
los jóvenes que se van sepa-
Mons. Ulloa compartió con su madre, Berta Rojas, momentos
importantes de su episcopado.
rando poco a poco de la Iglesia; tenemos que atenderlos
ya. Otro reto es la familia, aunque conserva su integración y
religiosidad, hay familias jó-
venes que están debilitándose.
Por otra parte, en Cartago va
entrando una corriente de secularización y un sentido de
indiferencia”, explicó.
“El reto fundamental
que tenemos es
acercarnos a los
jóvenes que se
van separando
poco a poco de la
Iglesia; tenemos que
atenderlos ya”.
Mons. José Francisco
Ulloa Rojas
Celebración y Tercera Carta Pastoral
Para celebrar este décimo
aniversario todas las parroquias de la diócesis realizan
un Triduo, los días 21, 22 y
23 de mayo.
Asimismo, se realizará un
Rosario Solemne en la Basílica Nuestra Señora de los
Ángeles el 23 de mayo a las
5 p.m.
Ese plan comenzó a ejecutarse en el 2011 y actualmente
ya pasó el proceso de revisión
en las parroquias y está a las
puertas de ser evaluado en una
asamblea diocesana.
“Armar” la diócesis
Mons. Ulloa recordó los
primeros pasos para organizar
la diócesis: “El primer momento fue una inducción diocesana con el clero, religiosas
y religiosos, para darles una
orientación de lo que es una
diócesis, tomando en cuenta
dio una nueva dimensión misionera y eso me sirvió para
orientar la diócesis en ese sentido”, dijo.
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
El día del aniversario, domingo 24 de mayo, se realizará una Misa Solemne en la
Catedral Nuestra Señora del
Carmen, a las 11 a.m.
El prelado ha decretado
que con motivo de este aniversario, se otorgarán indulgencias especiales los días 24
de mayo, celebración de aniversario; 16 de julio, aniversario de la toma de posesión,
y 25 julio, día de Santiago
Apóstol, patrono de la diócesis.
Este 24 de mayo, en la
Misa Solemne, Mons. Ulloa
hará pública su tercera carta
pastoral “Quédate con Nosotros Señor”. En ella hace
un repaso por la historia de
la diócesis, profundiza en la
llamada de la Iglesia a la comunión y la misión, además
llama a no perder el fervor
religioso, da una mirada a
la renovación y conversión
pastoral para responder a la
llamada del Papa Francisco y
habla de la esperanza que se
vive en la celebración de X
aniversario.
La carta pastoral se publicará íntegra en la próxima
edición del Eco Católico.
24
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
“Veo la misericordia de Dios en mi sacerdocio”
Monseñor Ángel San Casimiro, Obispo de Alajuela, celebra 50 años de vida sacerdotal y 20 de episcopado. Su
pensamiento se dirige a Dios, a quien agradece la misericordia derramada en su ministerio: “El Señor siempre ha estado
a mi lado dándome ánimo y diciéndome ¡adelante voy contigo, te amo, te comprendo, te perdono…!”, asegura.
Ana Cecilia Espinoza C.
aespinoza@ecocatolico.org
Monseñor, ¿qué reflexión le
merecen sus 50 años de vida
sacerdotal y 20 años de ministerio
episcopal?
Lo primero es elevar una plegaria
al Señor, por permitirme celebrar este
jubileo. Me doy cuenta que la vocación sacerdotal ciertamente es un don,
un regalo gratuito de parte del Señor.
Muchas veces me he preguntado por
qué el Señor me llamó por este camino y la única respuesta que encuentro
es que Él es quien elige. Y a veces el
Señor elige a lo pequeño, a lo sencillo,
a lo humilde, precisamente para confundir al que cree que por sus méritos
puede tener derecho a determinada
llamada, por eso es que le doy gracias
a Dios, porque Él se fijó en mí, y al fijarse en mí me llamó y yo le respondí.
tante es mi país, y cuando mi país es el
objetivo prioritario de mi trabajo y mi
acción pastoral, entonces voy a estar
mucho más dispuesto a ir creando todas esas condiciones que vengan realmente a establecer entre nosotros estas
condiciones de vida que queremos.
¿Qué le dice a las comunidades de
su diócesis donde esa esperanza
se nubla ante situaciones como
la pobreza, el narcotráfico y la
violencia?
¿Qué hace falta para que se de esa
conciencia en Costa Rica?
Como Iglesia, tenemos que dar
respuesta a esa problemática, precisamente el 23 de mayo celebramos la
beatificación de Monseñor Romero,
quien de tantas cosas nos puede dar
testimonio, pero fundamentalmente
viene a recordarnos a los obispos y
a los sacerdotes la recuperación del
sentido profético de nuestra misión,
donde no solamente tenemos que
anunciar el Reino de Dios, sino también tenemos que ser valientes para
denunciar lo que se le está oponiendo.
En nuestro país, ese es el llamado, a
que entre todos construyamos una
Costa Rica en las que las condiciones
de una vida digna puedan cumplirse
en todo ser humano.
¿De qué manera ha podido
afrontar los retos que la Iglesia y la
sociedad le han demandado en este
tiempo?
Mi primer reto fue superar el susto,
pues tenía poco tiempo de haber llegado a Costa Rica cuando el 25 de julio 1995 sale mi nombramiento como
primer obispo de la nueva Diócesis de
Ciudad Quesada. Inicié acompañado
siempre del grupo de sacerdotes de
Ciudad Quesada, y de tantos laicos
que deseaban ver la puesta en marcha
de lo que sería su territorio diocesano.
A Dios gracias y viéndolo en retrospectiva creo que hicimos una gran
obra. Nos tocó ir poniendo las bases
de lo que creíamos en ese momento
debería ser el proyecto del modelo
concreto de Iglesia diocesana. Quizás
ahí quedó mucho que hacer, pero de
lo que estoy seguro fue que puse todo
mi esmero, fuerzas y capacidad para
llevar adelante la obra evangelizadora
en esa querida región del norte.
de la celebración de Pentecostés, para
todo el pueblo peregrino de Alajuela,
para que todos asumamos los retos
que Francisco nos está recordando, no
como algo propio de él, sino como recordatorio de lo que Jesús quiso para
su Iglesia.
vueltas nunca fueron buenas- pero si
uno tiene esa claridad y esa confianza
de que abandonándose en las manos
del Señor todo es posible, logramos
darle continuidad a la gran obra que
en tantos años venía realizando en esta
diócesis guiada en los últimos años
por Monseñor José Rafael Barquero
de quien tanto he aprendido y a quien
le tengo que agradecer con el corazón
todo lo que ha compartido conmigo.
¿Y en éstos últimos ocho años en
Alajuela?
Publicará su primera Carta
Pastoral donde proclama que
“hay que dar razón de nuestra
esperanza” (1Pe 3, 15), ¿Por qué es
tan importante la esperanza?
Confieso que tenía mucho amor
y mucho miedo -dicen que segundas
Es un grito carismático que he querido lanzar, precisamente en el marco
Hablando del Papa, ¿percibe
la fuerza de sus palabras y su
testimonio?
Sí, a muchos no les gusta el discurso del Papa Francisco, realmente hay
que caer en la cuenta de que es cierto
lo que él dice. Aquí, a veces nos pasa,
lo que le pasaba al obispo brasileño,
Hélder Cámara, cuando decía: “Cuando hablo de los pobres me dicen que
soy un santo, cuando hablo de las causas que producen los pobres me dicen
que soy comunista”, eso le está pasando al Papa Francisco, sin embargo,
nosotros debemos estar expuestos a
sufrir por denunciar estas situaciones,
pues el país definitivamente no nos lo
han cambiado. Yo hago ese llamado
a todas las fuerzas sociales, sindicatos, trabajadores políticos, sacerdotes,
obispos, para que tengamos muy claro
que lo importante, no es mi negocio,
mi partido, mi gremio, que lo impor-
Hace falta de que seamos capaces
de aceptar a Jesucristo dentro de nosotros, porque es el único capaz de transformar el corazón del ser humano.
¿Qué falta por consolidar del II
Sínodo diocesano en el caminar
eclesial y pastoral de Alajuela a los
15 años de su promulgación?
Hace falta no solamente estar convencidos en la mente; hace falta estar
convencidos, el obispo primero, en el
corazón, porque cuando el corazón
está convencido de algo, automáticamente sale la acción. Hay que tratar
de convertir las palabras en hechos,
en vida, por eso este llamado que nos
hace el Papa de la conversión pastoral, pues si no hay conversión pastoral
y personal, el mero cambio de las estructuras no van a ser que se realice el
plan de Dios en nuestro mundo.
En su Carta Pastoral quiere una
Iglesia acogedora y capaz del
perdón. ¿Es la forma de responder
al llamado de la misericordia?
Exactamente, en el capítulo IV de
Evangelii Gaudium, el Papa Francisco nos habla de la dimensión social
del Evangelio. El Kerigma, para que
pueda ser eficaz, tiene que ir acompañado del compromiso con el necesitado, para reafirmar que en la evangelización tan importante es el anuncio
como la celebración eucarística y la
dimensión social de ese Evangelio. Es
decir, que esa palabra que proclamamos se haga realidad con los pobres.
En este pensamiento, el Papa utiliza
una frase muy importante: “el pobre
es un lugar teológico” lo que quiere
decir, es sencillamente que en el pobre tenemos que ver a Dios, al mismo
Eco Católico
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
Dios que lo vemos en la Eucaristía,
porque si veo a Dios en el pobre, voy
a tener muchas más prontitud para dedicarme no solamente a darle asistencia, sino para promover que salga de
la situación en que se encuentra.
¿Apuesta para ello a un nuevo
despertar en el laicado y el
presbiterio?
Definitivamente, tenemos mucho
que caminar, porque nos cuesta poco
encontrar agentes de pastoral que se
dediquen a retiros, a la evangelización,
a laicos para dedicarse a la catequesis,
ministros de la comunión, de la liturgia, a ir dar encuentros y jornadas, eso
es fácil, y me parece muy bien y hay
que hacerlo. Pero nos cuesta un poco
más encontrar cristianos que dediquen
su obra a acompañar y a levantar al
pobre donde se encuentra, en esto tenemos que ser muy claros: una evangelización en la que falta el compromiso con los pobres no es Evangelio.
¿En qué momentos de su vida ha
sentido más la presencia de Dios?
Yo no me puede poner como ejemplo, tristemente, pero donde más satisfacciones uno siente es cuando se
acerca a quien más lo necesita. Durante la Semana Santa pasada, por ejemplo, la tarde más linda que pasé fue
visitando La Reforma. Estuve escuchando a los privados de libertad, les
di una palabra de misericordia y esperanza de que su vida tiene razón de
ser. Y sin ser hipócrita tengo que decir que se necesita mucha conversión
25
del Señor para sentir eso de corazón.
Por eso dije al inicio que en esta celebración de aniversario siento agradecimiento a Dios por la paciencia que
ha tenido conmigo, su misericordia,
porque ciertamente no ha sido todo
oro, ese tesoro que el Señor me regaló
soy consciente de que lo he llevado en
vasijas de barro, y que a veces se me
han quebrado, pero es tanta su misericordia que Él mismo me ha ayudado a
recomponerlas.
Quince años del II Sínodo Diocesano
Diócesis de Alajuela revive momento de gracia
medio de las Asambleas Parroquiales,
y se ha mantenido el interés material
y humano para que la formación de los
agentes de pastoral sea permanente.
Ana Cecilia Espinoza C.
aespinoza@ecocatolico.org
En el marco de la celebración de
Pentecostés, la Diócesis de Alajuela
celebrará los quince años del II Sínodo
Diocesano, un momento especial de
gracia y acción del Espíritu Santo en
esta Iglesia particular.
El Sínodo Diocesano es una asamblea de sacerdotes y otros fieles de
una diócesis, que prestan su ayuda al
obispo para el bien de la comunidad
diocesana. Es una institución de vieja tradición eclesiástica, que el Concilio Vaticano II, a través del Decreto
Christus Dominus quiso fomentar, así
como la Santa Sede, que mediante la
Congregación para los Obispos y la
Congregación para la Evangelización
de los pueblos, los definió como actos
del gobierno episcopal, acontecimientos de comunión, que manifiestan la
índole de comunión jerárquica que es
propia de la naturaleza profunda de la
Iglesia.
Hace quince años, le correspondió
presidirlo en Alajuela a Mons. José
Rafael Barquero, hoy Obispo emérito,
como el culmen de la Asamblea Diocesana de Pastoral, y movido por una
Instrucción sobre Sínodos Diocesanos
venida de Roma.
Fue así como del 13 al 20 de febrero del 2000, Mons. Barquero junto
a 53 presbíteros, seminaristas, representantes de la vida religiosa, de los
movimientos apostólicos, de las parroquias y los laicos, entre otros, celebraron el Sínodo, siendo promulga-
Ello sin embargo, a su criterio, no
quita el hecho de que exista la tentación de “dejar que el libro se empolve”, dejando de profundizar en sus
riquezas, situación que es necesario
atender actualizando aspectos como el
marco de la realidad, la adaptación de
sus lineamientos y disposiciones y la
iluminación con el magisterio posterior al Sínodo.
Monseñor José Rafael Barquero, hoy Obispo emérito, presidió el II Sínodo
y promulgó sus documentos.
dos documentos que vieron la luz el
11 de junio de dicho año. El lema fue:
“Padre, que todos sean uno para que el
mundo crea”.
Rumbo claro
El Padre José Daniel Vargas, actual
Vicario de Pastoral en Alajuela, califica de un momento de gracia en el Espíritu Santo la realización del Sínodo:
“Se nos marcaba un rumbo, un horizonte claro: caminar juntos para hacer
creíble el mensaje. Como Jesús orando al Padre, también nosotros queríamos ser uno. Era la reflexión profunda
de la Iglesia Diocesana que plasmaba
por escrito una propuesta pastoral a
seguir”.
De aquel momento a hoy, el quehacer evangelizador de la diócesis ha
experimentado avances importantes
en esta meta. Vargas cita por ejemplo
la participación activa de los agentes
de pastoral y el creciente sentido de
pertenencia a los diversos niveles de
la Iglesia: Diócesis, Parroquia, Diaconía, Pequeña Comunidad y Familia.
“Se denota además una mejor corresponsabilidad que nos permite ir
asumiendo la tarea de discípulos y misioneros de Cristo. A nivel de estructuras de servicio, se han consolidado
los Consejos Parroquiales de Pastoral
y de Asuntos Económicos, lo mismo
que los Equipos de Diaconía que permiten la mejor organización y funcionamiento de nuestras comunidades
cristianas”, explicó el sacerdote.
Agregó que en este tiempo se han
abierto espacios de reflexión y proyección pastoral en las comunidades por
“Por eso desde el Consejo Diocesano de Pastoral se reflexionó el tema
y se pensó en hacer una Asamblea
Diocesana de Pastoral que nos refrescara en lo esencial del Sínodo y nos
definiera prioridades pastorales para
nuestro reto actual”, agregó el sacerdote.
Dichas prioridades son hoy la familia, los pobres, los jóvenes, las vocaciones, el catecumenado de adultos
y los niveles de Iglesia.
La gran celebración de este aniversario se llevará a cabo este domingo
en el Campo Ferial de Palmares, y se
unirá a otras celebraciones diocesanas,
como lo son los 50 años de vida sacerdotal de Monseñor Ángel San Casimiro, la presentación de su nueva Carta
Pastoral “Llamados a la Esperanza” y
una exposición sobre los dones y carismas presentes en la diócesis, a propósito del Año de la Vida Consagrada
que vivimos.
Iglesia hoy
26
Domingo 24 de mayo 2015
En Barrio México
Fieles imploraron la intercesión
de San Juan Pablo II
Ordenan nuevo sacerdote capuchino
Ma. Estela Monterrosa S.
mmonterrosa@ecocatolico.org
Fray Alex Sánchez Obando, de la
Orden de los Frailes Menores Capuchinos, recibió la ordenación sacerdotal el sábado 16 de mayo. Fray Alex
fue ordenado por el obispo de Cartago, Mons. José Francisco Ulloa Rojas,
en el Templo San Francisco de Asís.
Sánchez es oriundo de San Isidro
de El Guarco y precisamente allí celebró su primera misa el domingo 17 de
mayo, cuando aún festejaban su fiesta
patronal.
El Padre Allen Calvo impuso la reliquia al cura párroco Pbro. Daniel Blanco.
Foto L. Avila.
acepta el proceso de enfermedad y el
Papa la vivió con entereza y seguridad”, dijo el Padre Calvo.
Laura Ávila Chacón
lavila@ecocatolico.org
En una emotiva celebración eucarística, los fieles de la parroquia San
Juan María Vianney en Barrio México
celebraron los 95 años del nacimiento
de San Juan Pablo II, de quien resguardan una reliquia para su veneración.
Al final de la celebración, los sacerdotes bendijeron con la reliquia
(cabello del santo) a los fieles que
asistieron a la celebración. Estos a su
vez pidieron su intercesión.
Eco Católico
Para Fray Miguel Ijurco Navarro,
sacerdote capuchino, fue un momento importante para la comunidad, ver
un hijo suyo presidiendo la misa patronal. Además, destacó que en Costa
Rica y, especialmente en Cartago, hay
una profunda huella franciscana.
Y es que desde 1878 los Capuchinos están asentados en esa ciudad, en
el mismo lugar donde está el Convento, construido en 1990. Sin embargo,
ya había una tradición franciscana en
el sitio aún antes de su llegada, ya que
los Franciscanos que venían con los
colonizadores también estuvieron en
ese lugar y desde ahí atendían varias
comunidades.
Actualmente, en Costa Rica hay
dos comunidades capuchinas el Convento San Francisco de Asís y la Casa
Monserrat, ambas forman parte de la
Custodia que abarca Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Hay presencia de
10 sacerdotes y 14 profesos, comentó
Fray Miguel.
Además, la Congregación tiene
varias obras como el Colegio Seráfico San Francisco, servicios pastorales
en el Templo San Francisco de Asís
y la Casa Monserrat, como confesiones, consejería y dirección espiritual.
Asimismo, colaboran con la Clínica
Nuestra Señora de la Esperanza para
pacientes con VIH-SIDA desde su
creación, ésta es una asociación y entre sus fundadores está Fray Antonio
Lesera, sacerdote capuchino.
La misa, el lunes 18 de mayo, contó con la participación de decenas de
católicos y fue presidida por el Padre
Allen Calvo, invitado especial del Padre Daniel Blanco, cura párroco. Por
la noche, la Eucaristía fue presidida
por Mons. Vittorino Girardi, Obispo
de Tilarán-Liberia.
Durante las predicaciones, se recordó la vida del santo y se hizo énfasis en que el Papa, a pesar de su enfermedad siempre se mantuvo firme
y fiel a Dios hasta su muerte. “Es el
ejemplo de una persona de Dios que
Eco Católico
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
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Según último estudio generado en UCR
Iglesia sube en opiniones favorables
de los costarricenses
Gerardo Mora Pana
gmora@ecocatolico.org
El Centro de Investigación
y Estudios Políticos (CIEP) de
la Universidad de Costa Rica
presentó su informe de resultados del Proyecto “Estudios de
Opinión Pública” correspondiente a abril de 2015.
El cuestionario se aplicó
entre el 8 y el 30 de abril a 793
personas, mayores de edad,
distribuidas en todo el país,
seleccionadas por medio de
listas con números aleatorios y
cuotas por sexo, edad y nivel
El gobierno, con una nota de 5,1%
y la Asamblea Legislativa con 4,4%
son las entidades peor calificadas.
educativo. El estudio tiene un
95% de nivel de confianza.
Destaca una vez más la valoración de la ciudadanía sobre
la Iglesia Católica que mantiene estabilidad en la calificación brindada.
En esta ocasión a la hora
de calificar entre 0 (peor nota)
y 10 (mejor nota) a las instituciones, la Iglesia obtuvo un
promedio de 7,3%, mostrando
un crecimiento desde su última
nota (6,9%) en noviembre pasado.
Desde 2012, el panorama
de calificación que muestra la
Iglesia es alto y estable. Para
noviembre de 2012 fue 6,5%;
en abril de 2013 fue de 7,2%,
para noviembre de ese año
7,3%, nota que se mantuvo en
julio de 2014.
En el actual estudio la
Universidad de Costa Rica se
mantiene como la entidad me-
jor calificada con 8,6%, otras
universidades tienen 8,1% y
en este reporte los noticieros
de televisión alcanzaron una
nota de 7,6%.
El gobierno, con una nota
de 5,1% y la Asamblea Legislativa con 4,4% son las entidades peor calificadas.
Como hecho de coyuntura,
el estudio valora el primer año
de gobierno en el cual la figura
del presidente Luis Guillermo
Solís obtiene una mala nota:
5,9%, muy distante del 6,6%
de noviembre pasado y muy
lejos del 7,3% que obtenía
escasos meses después de su
elección.
Mientras tanto, el rumbo
del país lo ven de forma pesimista un 32,2% de los consultados y solo un 20,1% considera que la gestión del gobierno
es “buena” o “muy buena”.
Afirma el estudio que un
76,8% de la población “no
cree que el cambio esperado se
esté viviendo”.
Parroquia revive antiguo acto de fe
Laura Ávila Chacón
lavila@ecocatolico.org
Decenas de fieles participaron en
las Eucaristías. Foto L. Avila.
Monseñor José Francisco Ulloa presidió la Misa de Ordenación.
Foto M. Monterrosa.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica y el
Eco Católico comunican con gozo la Pascua
de la señora
Visite Donde Juan José
Rita
Escalante Fonseca
Ofrecemos todo en imágenes,
estampas, medallas, libros y mucho
más.
Madre de la Hermana Paula Rosales,
secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional
de Vocaciones de la Conferencia Episcopal de
Costa Rica.
Sus funerales se realizaron el jueves 14 de
mayo en la Parroquia de Atenas.
200 metros Sur de la Catedral Metropolitana
Adquiera cada mes los libros:
Seguir Viviendo, Crecer en Gracia
y Sabiduría, para niños,
y el Rosario Blanco para la paz.
Teléfono: 2221-6422
La Parroquia Nuestra Señora de los Desamparados, en
la Arquidiócesis de San José,
revivió la promesa jurada en
1856 por los antiguos pobladores de la comunidad.
Consiste “en que cada 13
mayo se haga visita de rodillas
y en seguida se barra la iglesia
parroquial de nuestra Madre
y Patrona María Santísima de
Desamparados, por todos y
cada uno de los habitantes de
esta villa”. También, que en
cada 14 de mayo, por lo menos, un miembro de la familia
asista a la Santa Misa.
Esta tradición se mantuvo por muchos años como un
distintivo desamparadeño y
ahora, bajo la guía del Padre
Marvin Benavides, se recupera para acrecentar el sentido
La tradición data de 1856. Foto L. Avila.
El Padre Marvin Benavides junto a una feligrés. Foto L. Avila.
de unión, de fe y de expresión
comunitaria de amor alrededor
de la parroquia.
jan de Dios como la lujuria, la
gula, la avaricia, la pereza, la
ira, la envidia, la soberbia, el
odio, el maltrato, los chismes
y la hipocresía.
Un equipo del Eco Católico fue testigo el miércoles 13
de mayo de quienes, escoba
en mano, cumplieron con la
promesa histórica, adecuada
por el cura párroco mediante
una serie de palabras pegadas
en el piso, de manera que durante la visita de rodillas se
reflexione sobre las virtudes
cristianas y lo que se barriera
fueran pecados que nos ale-
Nielsi Miranda, feligrés
que participó en la tradición
dijo que es una expresión de lo
que debemos hacer con nuestra alma, mientras que Grace
Dávila dijo que revivirla es
importante para crecer espiritualmente y como pueblo en
torno a la fe.
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Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Habla la hermana del nuevo Obispo de Limón
Un obispo en la familia…
El Padre Javier Román será ordenado el próximo sábado en el gimnasio de la sede de la UCR en Limón.
aespinoza@ecocatolico.org
Según su hermana menor
Gilda Arias, “hay verdades
eternas, y una de ellas reza que
si uno hace lo que le dicta su
corazón, estará en lo correcto,
por ello el nombramiento de
mi hermano vino a confirmar
la petición del amigo de papá”,
dijo emocionada, a la expectativa de lo que pasará el próximo sábado cuando, si Dios lo
permite, participará junto a su
familia de la ordenación episcopal del III Obispo de Limón,
su hermano.
El relato de doña Gilda,
acerca de lo la infancia de Javier lo cristaliza refrescando
las cosas que su madre contaba
de él cuando era pequeño: “Javier siempre fue un niño muy
bueno, tímido, serio, pero muy
respetuoso y observador”.
Tras la partida de la familia
hacia la comunidad de Mercedes Norte, por la década de los
setenta, y más tarde a Barva
de Heredia, donde se establecieron, Javier se convertiría en
un herediano de cepa, “y de un
gran corazón”, como lo describe su hermana.
“Nosotros siempre hemos
sido muy unidos, y a pesar de
que yo era menor que Javier,
siempre lo he visto como un
hermano muy especial. Jugá-
Foto de la familia Román Arias a fines de los años 60. El nuevo obispo es el primer niño en la
línea inferior. En recuadro durante sus años del aspirantado salesiano.
bamos en los cafetales, donde íbamos a coger café con
mis hermanos mayores, pero
a él eso no le gustaba mucho,
siempre era él quien cogía menos café. Se ponía a jugar con
una galleta en el cafetal y decía que era la comunión... ahí
decidió su vocación”, recordó.
Descubriendo el camino
Luego de haber concluido
el sexto grado, Javier le dice a
su madre que quiere ser sacerdote, por lo que ella lo ayuda
para que ingrese al Colegio
de Santo Domingo Savio, en
Cartago: “Esa partida, según
decía mi madre, les dolió mucho, pero a su vez sabían que
era una gran oportunidad para
que él se desarrollara y profesionalizara. “Mi madre todos los domingos iba a verlo,
desde Barva hasta Cartago, le
llevaba su almuercito hecho
por ella, envuelto en hojas de
plátano, y se sentaba debajo
de un árbol con él y con alguno de los hermanos que le
acompañaba. Era una cita muy
puntual, durante el tiempo que
él estuvo ahí, ella no dejó de
visitarlo nunca”.
“Jesús te doy las gracias
porque entre tantos has
elegido a mi hijo. Te lo
ofrezco con el dolor y
la alegría de un nuevo
momento que es para
mí renunciar, y a la vez
un don tuyo porque
me hiciste la madre
de un apóstol, de un
sacerdote. Enséñame a
velar por su apostolado
y por su sacerdocio
como un día velaba
sobre su sueño de
niño….”.
Oración cotidiana de
doña Elba Arias,
madre del Padre Javier.
Posteriormente, para concluir con el aspirantado salesiano, los padres de la congregación lo trasladaron a
Guatemala y posteriormente
a Colombia, donde permaneció un año. Sin perder contacto con su familia, el joven
Javier, le contaba a su familia
la preocupación que sentía por
la realidad social que se vivía
en esos países: “En ese entonces no teníamos teléfono, pero
en Barva, había un vecino que
tenía una antena, con la cual
lograba enviar mensajes hasta
Colombia, entonces mi madre
aprovechaba para preguntarle
si le llegaba el poquito de dinero que le enviaba”, narra la
hermana.
La cajita de madera
Abriendo una pequeña cajita de madera, donde su madre
guardaba las cartas de su hijo,
Gilda, retoma algunas de las
preocupaciones que escribía el
aspirante a cura a su familia:
“Querida familia: Mamá, me
preocupa mucho la situación
económica de Costa Rica, espero en Dios que se normalice, para que no suceda lo que
está sucediendo en El Salvador, Guatemala y Colombia
(1981)”. “Ese era Javier, siempre mostrando preocupación
por su entorno familiar y su
querida Costa Rica”, dijo Gilda.
Una vez concluido su proceso de noviciado, Javier, le
La llegada de Javier al país
para ingresar al Seminario
Central, fue bien acogida por
su familia: “Mi madre se sintió tan orgullosa y feliz, a todo
el mundo le hablaba de que
iba a tener un hijo sacerdote.
Ella nunca dejó de hacer sus
oraciones por su hijo, y los demás sacerdotes, no faltaba a la
Hora Santa, y nos ponía a rezar
a todos el Santo Rosario. Ella
decía que, la madre de un sacerdote y su familia tienen que
orar mucho. Unos meses antes
de su partida, ella me entregó
la cajita donde tenía la oración
que rezaba a diario, y la que
ha acompañado a mi hermano siempre, siento que sabía
que el Señor lo llamaría a algo
más, allá estará al lado del Padre dándole todas sus bendiciones”, dijo emocionada.
Tras el nombramiento
como obispo de la diócesis
de Limón, la familia Román
Arias lo ha tomado como una
de las bendiciones más grandes del Señor: “A nosotros
también nos ha cambiado la
vida, porque él ha sido escogido por el Señor y sabemos que
ahora la tarea es muy grande,
tendrá que “internarse” en un
territorio en el cual aprenderá
a conocer a su rebaño, como
siempre lo ha hecho con excelencia en las parroquias donde
ha servido, lo veremos menos,
pero nuestras oraciones lo
acompañarán siempre….”.
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
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Obispo designado realizó
Profesión Solemne de la Fe
Ana Cecilia Espinoza C.
aespinoza@ecocatolico.org
anuncia en una de sus cartas a
su familia que volverá al país,
para ingresar al Seminario
Central, donde se prepararía
como sacerdote diocesano:
“Venía con otras ideas, pero
siempre para encarnar desde la
Palabra de Dios otras situaciones que le preocupaban como
servir a los más pobres, aquí
en el país, como lo ha hecho
durante todo su sacerdocio”.
Ana Cecilia Espinoza C.
Transcurría 1962, cuando
en el pueblo de San Pedro de
Poás, en Tacares de Grecia,
nació el octavo de los once
hijos del matrimonio conformado por Don Rubén Román
Gómez y Doña Elba Arias Rodríguez (q.d.D.g.). Su nombre
fue escogido por un amigo de
la familia, Edgar Pinto, quien
le dijo a Don Rubén que lo
bautizara con el nombre de Javier, en honor al santo misionero.
Eco Católico
Ante la presencia del Encargado de Negocios de la
Nunciatura Apostólica Mons.
George Jacob Koovakad y del
Arzobispo de San José Mons.
José Rafael Quirós, el Padre
Javier Román Arias, quien fue
designado como nuevo obispo
de la Diócesis de Limón, realizó su Profesión Solemne de la
Fe el martes 19 de mayo.
Foto L. Avila.
En el canon 380 del Derecho Canónico, se estipula la
legislación de la profesión de
fe del obispo: “Antes de tomar
posición canónica de su oficio, el que ha sido promovido,
debe hacer la profesión de fe
y prestar el juramento de fide-
Foto L. Avila.
lidad a la sede apostólica, según la fórmula aprobada por la
misma Sede Apostólica”.
vará a cabo el próximo 30 de
mayo en el gimnasio de la
UCR en Limón.
Con esta Profesión de Fe y
el Juramento de Fidelidad a la
Iglesia se marca el inicio del
camino episcopal de Monseñor Javier Román Arias como
III Obispo de la Diócesis de
Limón. Su ordenación se lle-
Monseñor Quirós resaltó
este acto en el que los obispos,
como sucesores de los apóstoles manifiestan libremente que
se adhieren a la fe de la Iglesia
y permanecerán en comunión
con la única fe.
30
Iglesia hoy
Domingo 24 de mayo 2015
Eco Católico
Eco Católico
Sólo Dios basta
Domingo 24 de mayo 2015
31
Proyecto de la Asociación Obras del Espíritu Santo
Jóvenes en riesgo social contarán con albergue
tancia del apoyo de cada uno de los
costarricenses”.
Fr. José Arteaga OCD
El Padre Valverde insistió en que
a todos estos jóvenes en riesgo, muchos de los cuales han vivido en instituciones de bien social desde que
eran bebés, la Iglesia en la Asociación
Obras del Espíritu Santo les dice “¡no
tengan miedo!, queremos abrirles las
puertas y nuestro corazón para que en
los Albergues Juveniles de la Alegría,
encuentren abrazo, acompañamiento,
evangelización y la oportunidad de
concluir sus carreras profesionales”.
Jfarteaga25@gmail.com
En la doctrina teresiana todo gira
en torno a Dios, y una de las características que Teresa gusta resaltar
de Él, es que siempre está dispuesto
a entregarse. El destinatario de esta
entrega es el ser humano; de aquí
que la Santa, además de conocer el
misterio de Dios, ha podido conocer
a profundidad, el misterio del ser humano, desde Dios.
Para colaborar con el proyecto se
habilitaron en el Banco Scotiabank los
números de cuenta corriente en colones 4600 y en dólares 4601.
Momento en que se coloca una cápsula para simbolizar el comienzo de la
construcción de las torres.
Ana Cecilia Espinoza C.
aespinoza@ecocatolico.org
La Asociación Obras del Espíritu
Santo colocó el jueves 14 de mayo la
primera piedra de los Albergues Juveniles de la Alegría, que estarán al servicio de más de 700 jóvenes en riesgo
social de todo el país.
El proyecto consiste en la construcción de dos torres de siete pisos,
cada uno dedicado a los dones del Espíritu Santo, en los cuales los jóvenes
encontrarán un hogar y una esperanza
para mejorar su calidad de vida y su
futuro.
“Esto es un milagro que nos regala
nuestro Padre Celestial, porque esta es
una zona a la cual nadie le apostaba
nada por el alto índice de delincuencia
en que se encuentra, pero la Iglesia y
las diferentes organizaciones privadas, instituciones públicas, iglesias
de diferentes denominaciones y medios de comunicación están haciendo
el camino en este lugar, para que este
proyecto sea una realidad”, dijo emocionado el Pbro. Sergio Valverde, director de la asociación.
Llamado a la solidaridad
El costo final puede rondar los 10
millones de dólares (5.500 millones
de colones aproximadamente). Según
explicó el Padre Valverde, “en fe estamos poniendo la primera piedra,
porque no tengo ese dinero para realizarla, pero de la mano de Dios sé que
levantaremos estas dos torres”.
“Sé que contaré con la ayuda incondicional de las empresas privadas
y personas de buen corazón, a quienes le pido su colaboración, así como
a los padrinos, porque aquí muchos
jóvenes encontrarán un norte en sus
vida, se profesionalizarán y serán el
modelo a seguir de otros niños y jóvenes”, agregó.
La Asociación Obras del Espíritu Santo ha dedicado quince años de
trabajo a la niñez, y ahora extenderá
también sus brazos a la juventud ofreciéndole la educación y la guía espiritual necesarias para forjar ciudadanos capaces de valerse por sí mismo,
evitando así que tengan que regresar
a sus lugares de procedencia, donde
las condiciones vulnerables de pobreza, drogadicción, delincuencia, entre
otros, les niegan esta posibilidad.
Durante el acto de colocación de la
primera piedra, el Ing. Jaime Molina,
Presidente de ICC, empresa que tendrá a cargo el proyecto dijo: “Este es
un proyecto que ni a nivel de gobierno
se ha querido pensar, sobre todo por
tratarse de una zona urbana marginal,
pero la gente necesita oportunidades
para salir adelante. De ahí la impor-
“Me siento muy honrada”
“Soy vecina de Barrio Cuba, tengo nueve años de servir en Obras del
Espíritu Santo. Aquí encontré un lugar
donde para sanar las heridas de mi
vida, desde que llegué he conocido
de Dios como mi Salvador y ahora ya
tengo cuatro años de vivir en el albergue, gracias a la mano que me extendió el Padre Sergio quien es como un
papá amoroso que cuida de todos sus
hijos, y del grupo de laicos comprometidos que ayudan en la obra social
que aquí se desarrolla”.
A sus 23 años, Kristin Castillo
cuenta así su experiencia. Asegura que
anhela convertirse en una promotora
de la salud física, pues con la ayuda
de la Asociación logró ingresar a la
Universidad Nacional: “Sin el apoyo
La hermosura del ser humano
Kristin Castillo vive en el albergue
de las Obras del Espíritu Santo.
de ellos, no se qué sería de mi vida.
Actualmente, soy una atleta, he ganado Medallas de Oro en los Juegos Panamericanos, y he competido en Juegos Nacionales. En realidad me siento
muy honrads, por ser parte del grupo
de jóvenes en este lugar que está bendecido por Dios”.
Para ella, lo más importante ahora, es poder transmitir a otros niños y
jóvenes todo lo que ha aprendido en
el albergue: “Seguiré aquí apoyando
esta obra de Dios, y sirviendo a los
que más necesitan, para devolver un
poquito de lo que han dado a mí, porque he aprendido a nutrirme de los
valores en solidaridad, pero también a
dar amor a quienes más lo necesitan”,
expresó emocionada.
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A la luz de Dios, Teresa irá tomando consciencia de la dignidad
del hombre, y lo expresa con estas
palabras: “Pues hagamos cuenta que
dentro de nosotras está un palacio de
grandísima riqueza, todo su edificio
de oro y piedras preciosas, en fin,
como para tal Señor; y que sois vos
parte para que este edificio sea tal,
como a la verdad es así, que no hay
edificio de tanta hermosura como
una alma limpia y llena de virtudes,
y mientras mayores, más resplandecen las piedras; y que en este palacio
está este gran Rey, que ha tenido por
bien ser vuestro Padre; y que está en
un trono de grandísimo precio, que
es vuestro corazón.” (C 28,9).
Así, la dignidad el ser humano
radica, en que no está hueco en lo
interior, sino que está habitado por
el mismo Creador: “…acaecíame en
esta representación que hacía de ponerme cabe Cristo, que he dicho, y
aun algunas veces leyendo, venirme
a deshora un sentimiento de la presencia de Dios que en ninguna manera podía dudar que estaba dentro
de mí o yo toda engolfada en Él.” (V
10,1).
Lo sabe por experiencia, porque
lo vive, Dios se comunica, se da a
conocer. Ella se va dejar abrazar
por el misterio divino “…más me
cubría el Señor de aquella suavidad
y gloria, que me parecía toda me rodeaba y que por ninguna parte podía
huir…” (V 24,2).
Experimentarse como morada
de Dios le da una nueva imagen de
sí misma, y una nueva actitud ante
la vida. No basta sólo reconocerle
como Dios, sino que Dios se le propone como el Amigo y compañero
de camino: “Parecíame andar siempre a mi lado Jesucristo…sentíalo
muy claro, y que era testigo de todo
lo que yo hacía, y que ninguna vez
que me recogiese un poco o no estuviese muy divertida podía ignorar
que estaba cabe mí. (V 27,2).
Es tanta la dignidad del ser humano que el mismo Dios viene a
“regalarse” con él (cf. Vida 8, 9),
Dios busca descansar y gozar de la
compañía del hombre.
Teresa se lamentará de la ignorancia en la que viven muchas
personas, al no ser consciente de
semejante riqueza: “¿No sería gran
ignorancia…que preguntasen a uno
quién es, y no se conociese ni supiese quién fue su padre ni su madre ni
de qué tierra? Pues si esto sería gran
bestialidad, sin comparación es mayor la que hay en nosotras cuando no
procuramos saber qué cosa somos,
sino que nos detenemos en estos
cuerpos, y así a bulto, porque lo hemos oído y porque nos lo dice la fe,
sabemos que tenemos almas. Mas
qué bienes puede haber en esta alma
o quién está dentro en esta alma o
el gran valor de ella, pocas veces lo
consideramos; y así se tiene en tan
poco procurar con todo cuidado conservar su hermosura: todo se nos va
en la grosería del engaste o cerca de
este castillo, que son estos cuerpos.”
(1M 1,2).
Todo esto es un regalo de Dios,
y la auténtica humildad consiste, en
que a pesar de nuestra limitación, sepamos abrirnos para acoger su gracia: “¡Donosa (chistosa) humildad,
que me tenga yo al Emperador del
¿Quién es el
Espíritu Santo?
Letra viva
El gran desconocido
Martín Rodríguez G.
mrodriguez@ecocatolico.org
La respuesta que San Pablo recibe de un grupo de discípulos en Efeso, narrada en
Hechos de los Apóstoles, es
sorprendente: “Ni siquiera hemos oído decir que exista un
Espíritu Santo”.
El Papa Francisco observaba recientemente así con
realismo, que la falta de conciencia que manifiestan los
cristianos hace dos mil años
no es solo “algo de los primeros tiempos”, sino que el Espíritu Santo “es siempre como
el desconocido de nuestra fe”.
En este domingo en que
celebramos la Solemnidad de
Pentecostés es bueno cuestionarnos una vez más acerca de nuestra relación con el
cielo y de la tierra en mi casa, que
se viene a ella por hacerme merced
y por holgarse conmigo, y que por
humildad ni le quiera responder ni
estarme con El ni tomar lo que me
da, sino que le deje solo. Y que estándome diciendo y rogando le pida,
por humildad me quede pobre, y aun
le deje ir, de que ve que no acabo de
determinarme!” (C 28,3).
Paráclito o el Defensor, como
también se le conoce, para no
privarnos de sus dones y sus
frutos.
En esta obra, el autor descubre de la mano de las Sagradas
Escrituras, a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad y
nos conduce a aceptar que sin
el Espíritu de Dios nada somos
y nada podemos hacer de valor
en el reino espiritual.
Jairo Arias Arenas
Ediciones San Pablo, Bogotá,
2011
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