Tema 5. LA CRISIS DE LA ESTAURACIÓN, 1902-1931

Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
TEMA 5.- ALFONSO XIII O LA
CRISIS DE LA RESTAURACIÓN,
1902-1931.
1. Sociedad y economía.
1.1. La sociedad.
1.2. La economía.
2. La crisis de la Restauración, 1902-1923.
2.1. El Regeneracionismo.
Los grandes problemas.
Las fuerzas políticas.
1902-1910: El maurismo.
1910-1914: El final del regeneracionismo.
2.2. 1914-1923. La crisis del sistema de la Restauración.
3. La dictadura de Primo de Rivera, 1923-1930.
3.1. La caída de la Dictadura y de la Monarquía de Alfonso XIII, 1930-1931.
4. El problema de Marruecos.
5. Extremadura: Restauración y dictadura.
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A pesar del crecimiento económico se produce un aumento de las desigualdades económicas y sociales
produciéndose en España una dualización geográfica, demográfica, social, económica y política. Junto a una
periferia más desarrollada e industrial persistía un centro peninsular agrario y atrasado. La población
sigue siendo mayoritariamente rural, pero con un crecimiento muy grande de las ciudades y,
demográficamente, asistimos a una transición del modelo demográfico Antiguo (altas tasas de natalidad y
mortalidad) al Nuevo Régimen demográfico (bajas tasas de
natalidad y mortalidad), que provoca un aumento de la
población de 7 millones de personas entre 1900 y 1940. La
distribución espacial de esta población continuó el modelo del
siglo XVIII y XIX; descenso del interior (salvo Madrid) y
Oeste; aumento del norte y este. También hubo importantes
movimientos migratorios hacia el exterior (Norte de África,
Latinoamérica) y en el interior a los núcleos industriales del
norte, a Cataluña y a Madrid.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo.
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
Esta sociedad se estructura en clases. La elite social u oligarquía económica, social y financiera, la
componen la aristocracia y la alta burguesía, que mantienen un pacto tácito que les permite ordenar y
mandar en la sociedad y en la política, y que socialmente acercan posiciones: La aristocracia se aburguesa, la
burguesía se ennoblece. La aristocracia se introduce en el mundo de los negocios industriales y financieros;
la alta burguesía también compra grandes latifundios. La aristocracia se sigue localizando en el Centro y
Sur de España; la alta burguesía Cataluña, País Vasco y Madrid. Copan los altos cargos empresariales, manda
a estudiar a sus hijos a Inglaterra y nos traen el fútbol. Son aficionados a los concursos hípicos, al teatro, a
la ópera y viven en los ensanches de las ciudades o en los barrios residenciales de la parte alta de las
ciudades.
Las clases medias dominaban las ciudades, integrada por pequeños empresarios, comerciantes, agricultores
medios, funcionarios y profesionales liberales. Entre ellos había conservadores, liberales o republicanos.
Impondrán su forma de vida al resto de la sociedad y popularizan la prensa, el asociacionismo (ateneos,
tertulias, peñas, casinos, etc.) y la movilización de masas (manifestaciones, mítines, reuniones, etc.) como
instrumentos para imponer su forma de vida. Son bastante consumistas, se acercan progresivamente al
mundo de la cultura y acuden a los espectáculos de masas; toros, fútbol, cine...
Las clases trabajadoras monopolizan la miseria y la pobreza, aunque entre ellas hay grandes diferencias.
En el campo viven muy próximos a la auto subsistencia con costumbres y
formas de vida muy tradicionales, aunque hay que distinguir entre los
pequeños propietarios minifundistas, los pequeños arrendatarios y
aparceros que viven peor, y los jornaleros que viven en la extrema
pobreza, ya que dependen del trabajo estacional que les den los grandes
propietarios, de unos salarios muy bajos y de altos índices de paro. La
explotación, bajos salarios, insuficiente alimentación, infravivienda,
analfabetismo, alcoholismo, condiciones de vida antihigiénicas y
abundancia de abusos e injusticias, con una esperanza media de vida de 35
años, era lo común entre este grupo social, sobre todo entre los
jornaleros andaluces.
El proletariado industrial se convierte en un grupo localizado en las zonas
industriales de Cataluña, País Vasco, Madrid, Asturias, Cantabria,
Valencia....Sus condiciones de vida y de trabajo son pésimas; amplia jornada laboral, bajos salarios, viviendas
en malas condiciones (barracones o casas de vecinos), paro, abusos, ninguna protección social,
analfabetización, trabajo infantil, etc.
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La economía española del primer tercio de siglo estuvo marcada, aunque con diferencias según las
coyunturas, por una tendencia general al crecimiento que quedó interrumpida por la guerra civil y la política
autárquica. Este proceso de crecimiento y de transformación estructural acortó algo las distancias
respecto a las economías de nuestro entorno, preparando y posibilitando la explosión desarrollista de la
década de los sesenta. Otra característica de este periodo es el aumento de las desigualdades económicas y
sociales produciéndose en España una dualización; dualización geográfica, demográfica, social, económica y
política. Junto a una periferia más desarrollada e industrial persistía un centro peninsular agrario y
atrasado.
Evolución económica general y política económica.
Durante el primer tercio del siglo XX España conoció etapas de crisis económicas seguidas de otras de gran
desarrollo económico:
1.
Crecimiento de principios de siglo: Las medidas fiscales, las políticas proteccionistas, la repatriación
de capitales coloniales y los avances tecnológicos aplicados lograron una gran recuperación de la
agricultura e industria.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo.
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2. I Guerra Mundial: La demanda de los países en guerra hizo que la economía conociera un desarrollo
espectacular: Los grandes beneficiarios fueron la siderurgia, el textil y los bancos. Las clases
bajas resultaron perjudicadas por el aumento de precios.
3. Crisis de posguerra, 1917-23: Al finalizar la guerra mundial el comercio se resiente por la ruina de
los países en guerra y la competencia de de las industrias extranjeras, por lo que las empresas
tienen que bajar la producción, reducir salarios y despedir obreros, además de pedir más
proteccionismo.
4. Entre 1923-30, con Primo de Ribera se produce un importante desarrollo económico, debido al
crecimiento internacional de los felices años veinte y a una política económica nacionalista, con una
gran intervención del estado, reforzando el proteccionismo, la concentración empresarial y, sobre
todo, una intensa política de obras públicas.
La política económica del período.
El proteccionismo: Desde finales del siglo XIX se produjo un importante avance en la intervención del
Estado, consolidándose el proteccionismo típico de la economía española del siglo XX. La consolidación del
proteccionismo arranca de la crisis agraria de finales de siglo cuando coinciden los intereses agrarios con
los industriales y se va a ir consolidando a través de todo el siglo, con la excepción del periodo 19914-l919
donde se relaja-. Este proteccionismo o nacionalismo económico va a presentar dos modalidades; elevación
de las tarifas arancelarias y legislación de medidas que favorezcan la iniciativa privada.
Junto a las leyes arancelarias se fueron aprobando un extenso grupo de leyes que otorgaban exenciones y
privilegios fiscales, subsidios, primas y pedidos directos de la Administración, hasta llegar, en el caso del
carbón, a la obligatoriedad de su consumo para poder acogerse a las ayudas . Se anuló la franquicia
arancelaria para el material ferroviario, en 1896, favoreciendo así el desarrollo de la siderurgia nacional. La
intervención económica del Estado alcanzó su máximo en los años 20, plegándose a las peticiones de los
industriales vascos y catalanes, y con el político catalán Cambó como gran protagonista, continuándose este
proteccionismo nacionalista con Primo de Rivera. A esta política económica llevada a cabo durante casi
todo el primer tercio del siglo XX se le ha denominado NACIONALISMO ECONÓMICO.
El proteccionismo favoreció y protegió la economía nacional con aranceles, contingentes y leyes fiscales,
pero esta protección también tuvo consecuencias negativas, perjudicando la modernización y la
competitividad, haciendo que el mercado español pagara nuestros productos 2 ó 3 veces más caros que en el
resto de Europa, con lo que perjudicó el ahorro y la acumulación de capital. Además fue una de las causas de
la radicalización del movimiento obrero. No obstante, en algunos sectores nuevos; el apoyo público a la
iniciativa privada fue esencial como en el sector químico, eléctrico y, sobre todo, naval.
Agricultura:
En los primeros 30 años del s. XX la pasamos de un 60% de la población activa española dedicada al campo a
un 50%, lo que indica una modernización agrícola importante, pero insuficiente, por lo que este porcentaje
todavía era mayor que en otros países, así como en la productividad, aunque la producción creciese casi un
50%, debido a tres factores: La intensificación del uso del suelo, sobre todo en la producción de cereales,
con el incremento de la superficie cultivada, la progresiva desaparición del barbecho, y un incremento de los
rendimientos; La especialización de la producción, sobre todo en la ganadería estabulada y la producción de
carne y leche en el norte; y la incorporación de nuevas técnicas con una incipiente mecanización, nuevos
aperos de labranza, y la incorporación de abonos químicos.
Pero en la agricultura española existían dos sectores bien diferenciados: Una agricultura mediterránea
exportadora, moderna y muy productiva orientada hacía la exportación (olivo, vid, pasas, cítricos,
almendras, avellanas, frutas...), vinculada a industrias agroalimentarias como la industria harinera en
Castilla, la del vino en Andalucía y la Rioja, la conservera en Logroño o la azucarera en Granada, Aranjuez y
Aragón; y una industria tradicional y atrasada tecnológicamente, de secano, cerealística y ganadera, incapaz
de renovarse y aumentar su producción, obligando a emigrar a muchos de sus trabajadores, vinculada al
latifundismo o al minifundismo de subsistencia, en el Norte o en Sur terrateniente, con una población rural
empobrecida y con muy poca capacidad adquisitiva.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo.
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En el atraso agrario tuvo una gran influencia la estructura de la propiedad de la tierra. Los latifundistas de
Andalucía, Extremadura y Castilla la Mancha tenían una gran aversión al riesgo y muy escaso interés por
aumentar la productividad de sus tierras. El minifundismo se encontraba con el problema de las economías
de escala.
El llamado círculo de pobreza agrario se mantuvo en Galicia y Asturias, por el minifundismo, y en el sur y
centro-oeste, donde dominaba la gran propiedad latifundista con explotaciones extensivas y trabajos
estacionales para una masa de jornaleros que trabajaba en pésimas condiciones y con un poder adquisitivo
escaso, por lo que el mercado interior era muy pobre cualitativamente hablando. Por tanto, a las
consecuencias negativas sociales hay que añadirle las económicas. Por último, el capital generado por estas
explotaciones revertía en el norte de España, ya que los latifundistas no solían reinvertirlo en la
modernización de la explotación, sino en los Bancos, que preferían invertir en la industria vasca o catalana.
Aunque la modernización fue evidente, aumentando la producción y reduciendo la población activa agraria,
perduraron una serie de indicativos que no nos permiten hablar de revolución agraria. La población activa
continuó muy alta, la mecanización escasa y solo en el sector moderno, la influencia de los factores físicos
muy alta y la utilización de abonos químicos y energía mecánica estaba restringida al sector más
modernizado de la agricultura. Habrá que esperar a los años sesenta para que se produzca una verdadera
revolución agraria en España, aunque no hay que olvidar que los procesos ocurridos en el primer tercio del
siglo XX ayudaron a ello
La Industria:
En el largo proceso de la industrialización española, el primer
tercio del siglo XX constituye un periodo de recuperación,
iniciándose la transición de una sociedad agraria hacia una
industrializada, sentando así las bases de la expansión
industrial de la década de los sesenta, aunque lastrado el
crecimiento por una política económica proteccionista, una vez
que los industriales y los latifundistas agrarios impusieron
esta política interesada a los partidarios del librecambismo
durante la crisis económica finisecular (final siglo XIX).
El País Vasco y Cataluña lideran la industrialización, pero aparecen otros núcleos como el asturiano o el
valenciano de gran trascendencia posterior.
El País Vasco, con la siderurgia y la metalurgia, creció espectacularmente desde la fusión de varias
empresas en 1902 en Altos Hornos de Vizcaya,, dejando en un segundo plano al asturiano y hundiendo al
andaluz. Vizcaya aprovechó su hierro, la participación de los empresarios en las minas y la acumulación de
capital, la facilidad para importar el carbón inglés (fletes) y la política arancelaria para conocer un alto
desarrollo siderúrgico, con un máximo en 1914-1919. La producción para el ferrocarril y bienes de equipo en
Guipúzcoa, y el desarrollo de industrias eléctricas y navales, fue financiada con grandes bancos mixtos como
el Bilbao y Vizcaya.
En Cataluña continúa su tradición la industria textil, pero después del retroceso producido por el "desastre
del 98", se aborda la modernización tecnológica y al amparo del proteccionismo se inicia otro período de
expansión con la I Guerra Mundial, hasta la crisis de 1920. El desarrollo se produce en torno a Barcelona y
el valle del Bajo Llobregat, con apellidos como Rius, Güell, Muntadas, Ferrer, etc., y con la metalurgia, la
química y la eléctrica, también vinculados a sector bancario.
Madrid se convirtió en la tercera región industrial, seguida de otras regiones como Asturias y Cantabria,
sobre todo del sector siderúrgico, ligado al carbón astur y leonés y al hierro vasco, y con bancos como el
Herrero o el Santander. Se inicia la industrialización valenciana, ligada a la acumulación de capital
procedente de la exportación de cítricos.
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A esta distribución territorial se suma una mayor diversificación sectorial que reduce el peso de la
industria textil y la siderurgia. Aparecen otras nuevas industrias, como la industria alimentaria del aceite,
vino, harinas, la remolacha azucarera, y la industria conservera del litoral cantábrico y atlántico. La
industria química se desarrolló en Cataluña y Cantabria,
especializándose en tintes, fertilizantes y papel, así como
las primeras industrias del cemento, o la industria
automovilística con la fábrica Hispano-Suiza de Barcelona.
A esta diversificación industrial se une la aparición de las
primeras industrias de producción eléctrica durante la I
Guerra Mundial, y en los años 20 la aparición de las
primeras industrial de transformación del petróleo.
Durante esta etapa se va a consolidar y concentrar el
sistema bancario español, sobre todo a raíz de la bonanza
económica del 1914 al 1918. Los bancos se van a dedicar a
un doble tipo de actividades; por un lado, a las actividades
comerciales propias (venta y compra de dinero) y con los ahorros captados se invierten en las industrias más
rentables. Esto convierte a los bancos en un elemento básico de la economía española y explica la
endemización de desequilibrios sectoriales y regionales, al captar ahorros que luego sólo se invierten en
regiones o sectores rentables. Aparecen el Bilbao, Vizcaya, Banesto, Hispanoamericano, en las zonas donde
la acumulación de capital es más importante; País Vasco, Cataluña, Madrid, Santander...
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Alfonso XIII llega al poder en mayo de 1902, con 16 años, iniciando un nuevo reinado
en el que desde el principio intenta marcar su impronta, más imitando a su abuela
Isabel II que al moderantismo de su padre Alfonso XII. Su reinado se caracterizará
por un intervencionismo del Rey que afecta a las decisiones políticas e incluso a la
política interna de los partidos, provocando las famosas Crisis Orientales (Palacio de
Oriente), y tomando claro partido por los militares, controlando sus ascensos y
nombramientos.
Los diferentes gobiernos del período deben enfrentarse a una serie de problemas
generales que dificultarán las tareas gubernativas sin encontrar soluciones claras:
a) Cuestión social: Mayor conciencia de clase y escasa respuesta de los gobiernos a
las reivindicaciones y las necesidades de las clases bajas, lo que provoca su afiliación
a ideologías radicales anti sistema y su participación en manifestaciones, huelgas y
algaradas violentas. El crecimiento económico beneficia sólo a los más ricos y no
mejora para nada el reparto de la riqueza, al no abordarse una reforma fiscal
progresiva ni una reforma social de la propiedad de la tierra, condenando a millones
de personas a una vida miserable. Todo ello provoca el crecimiento del movimiento obrero y el movimiento
jornalerista en el campo, con un incremento constante del número de huelgas.
b) Cuestión religiosa. Progresistas e izquierda ven en la Iglesia un freno al desarrollo, abonando el
Anticlericalismo nacido en el Trienio Liberal y en la década de los 30 del siglo pasado.
c) Cuestión militar. Los Militares culpan a los políticos por la derrota del 98 e intentan recurrir al
militarismo, reclaman mejoras salariales y ascensos, imponen la aventura de Marruecos, e intentan
monopolizar el sentimiento patriótico.
d) Cuestión nacionalista: Vascos y catalanes reclaman autonomía.
I.E.S. Virgen del Puerto. A. Feijoo.
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e) Marruecos. La guerra provoca protestas, gastos, derrotas, e involucra a élites sociales, Rey y Ejército, en
tramas de corrupción, incompetencia y especulación.
f) A estos problemas se une las luchas internas por el poder en los dos partidos dinásticos (VillaverdeMaura en el P. Conservador y Montero Ríos-Moret en el P. Liberal), al tiempo que el control caciquil se
reduce y se muestra incapaz de controlar el crecimiento de otras fuerzas políticas marginadas por el
sistema electoral pero cada vez más influyentes en las masas: socialistas, nacionalistas, anarquistas y
republicanos.
Las fuerzas políticas del período.
En los llamados partidos dinásticos se produce un relevo generacional motivado por la desaparición de los
antiguos líderes. En el Partido Conservador, Cánovas fue asesinado en 1897, sucediéndole Silvela hasta que
muere en 1905. Silvela intentó una política de consenso y abordó medidas regeneracionistas que chocaron
con Fernández Villaverde, quien sostenía una política más pragmática, consistente en lograr una reforma
fiscal que garantizase el equilibrio presupuestario. La aparición de Antonio Maura, a partir de 1903, como la
figura dominante del Partido aportó un sentido político distinto, ya que este coincidía con los
regeneracionistas en la necesidad de liquidar el caciquismo y abordar reformas de mayor calado.
En el Partido Liberal la muerte de Sagasta en 1905 provoca un lucha por el liderazgo entre Montero Ríos y
Moret, hasta que Canalejas asume el poder. Canalejas fue el gran líder del partido y el que aportó mayor
número de soluciones a los principales problemas del período, desde una óptica liberal y regeneracionista,
pero su asesinato en 1912 impidió la consolidación de su política.
Los Republicanos mantuvieron su tradición intelectual y cultural, pero debieron hacer frente a una división
interna y a una escasa presencia parlamentaria, a pesar de su importante presencia electoral en las
ciudades, con corrientes regionales como la valenciana de Vicente Blasco Ibáñez. En 1908 el Partido Radical
de Alejandro Lerroux, populista, anticlerical, y muy vinculado a Barcelona, se erige en la fuerza hegemónica
del republicanismo, aunque nunca logrará controlar a todas las fuerzas republicanas. En 1912 aparece en
escena el Partido Reformista de Melquíades Álvarez y Gumersindo Azcarate, mucho más moderados y
próximos al regeneracionismo democrático, y que tendrán gran implantación en el norte, sobre todo en
Asturias. La llamada Conjunción Republicano – Socialista, surgida en 1909 como una alianza con PSOE, fue
otro intento por agrupar fuerzas de centro izquierda e izquierda socialista, pero el caciquismo impide logros
electorales y les impulsa a abandonar el sistema.
El Nacionalismo, vasco y catalán, apuestan por el regeneracionismo profundo, la descentralización y
propuestas próximas al autonomismo. El PNV logra una gran expansión desde 1903 pero sin grandes
referencias parlamentarias. El catalán, por su parte, decide participar activamente en la política madrileña,
reclamando la modernización política, social y económica, pero sin renunciar al proteccionismo que tanto
beneficiaba a la alta burguesía. Desde 1901 la Lliga Regionalista de Francesc Cambó pide la autonomía para
Cataluña y una reforma conservadora de la administración del Estado, y su principal logro será la llamada
Mancomunidad Catalana desde 1913. Por su parte, los nacionalismos gallego, andaluz o valenciano, no
lograrán crear partidos políticos capaces de obtener representación parlamentaria.
El Anarquismo se convierte en la principal fuerza obrera en muchas regiones de España, sobre todo desde la
fundación de Solidaritat Obrera en 1907 y la aparición del sindicato anarquista CNT en 1910, liderados por
Salvador Seguí, Ángel Pestaña y Joan Peiró, y gran cantidad de afiliados en Cataluña, Aragón y jornaleros
andaluces. El movimiento anarquista del siglo XIX se escindió en dos tendencias; el partidario de la acción
sindical y el partidario de la propaganda por el hecho. El primer sector se impuso y en 1910 se crea la
Confederación Nacional del Trabajo (CNT). La CNT
representa la organización obrera más importante de
España hasta la guerra civil y, además, el principal
sindicato anarquista del mundo. Se caracteriza por su
independencia política (apoliticismo), su carácter
revolucionario (apelación a la huelga general) y la
práctica de la acción directa, en el sentido de rechazar
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toda mediación externa al sindicato en la solución de los conflictos laborales. A diferencia de la UGT, la
central sindical CNT se caracterizaba por su escasa burocracia. Lideraran las principales huelgas, boicots y
huelga revolucionaria final, pero no participan en las elecciones y por lo tanto su participación parlamentaria
será nula.
El socialismo está representado por el PSOE de Pablo Iglesias, con un importante seguimiento entre los
jornaleros y proletariado asturiano y vasco, pasando de 33.000 afiliados en 1902 a 240.000 en 1921.
Participa en la mayoría de las huelgas del período, sobre todo en la Huelga General de Barcelona en 1902,
Vizcaya en 1903, Asturias-Bilbao en 1906, y la Huelga General de Barcelona en 1909, y en el primer intento
de huelga general nacional por la jornada de 8 horas en 1911. La UGT, sindicato obrero, estará permanente
ligada al PSOE, más moderado que la CNT y con posturas reformistas, lo que le valdrá el apoyo de las masas
republicanas, aliadas con los socialistas en 1910, cuando Pablo Iglesias accedió por primera vez al
Parlamento español. Los más importantes dirigentes de la UGT fueron Julián Besteiro y Largo Caballero. La
implantación básica de la UGT estaba entre los trabajadores de oficios de Madrid y en los trabajadores de
las minas de Vizcaya y Asturias. De forma conjunta con el PSOE, la UGT promovió la creación de Centros
Obreros que, desde 1905, desembocaron en las Casas del Pueblo, verdaderos centros de difusión de una
cultura obrera alternativa a la burguesa de los ateneos y casinos.
Primeras respuestas regeneracionistas.
El desastre del 98 creó desencanto y dejó un claro
sentimiento de pesimismo en todo el país. En 1902
Alfonso XIII llegó a la mayoría de edad y los
políticos,
influidos
por
las
corrientes
regeneracionistas van a intentar solucionar los
problemas pendientes. Una buena parte de la
sociedad exigía una "regeneración" del país
basada en la moralización de la gestión pública,
reforma del Estado, fomento de la riqueza e
impulso a la enseñanza pública. (Despensa, escuela... de Costa).
El Regeneracionismo se inicia con el llamado Movimiento de las “Clases Productoras” y en 1900 con la Unión
Nacional de Joaquín Costa, Basilio Paraíso y Santiago Alba. Proponen reformas políticas, sociales,
administrativas, creación de nuevas Infraestructuras, y se apoyarán en las Cámaras de comercio o la
llamada Liga Nacional de Productores. Este movimiento, que
reclamaba la regeneración política, la lucha contra el caciquismo y
el fraude electoral, la regeneración económica con una reforma
fiscal e inversiones públicas para reactivar la economía, y la
regeneración social y cultural con una apuesta por la educación,
consigue forzar las medidas reformistas de los gobiernos Silvela y
Polavieja a principios de siglo, pero en 1903 La Unión Nacional no
logra los resultados electorales previstos (pretendía convertirse
en la tercera fuerza política) y deciden disolverse como partido.
A partir de ahora el Regeneracionismo cae en manos de los
políticos “profesionales” de los dos partidos dinásticos, que se
aprovecharán de muchas de sus propuestas y que en algunos casos
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realizan un importante esfuerzo por llevar a cabo reformas de calado nacional.
Los gobiernos de Silvela y Polavieja entre 1899-1901 abordan las primeras medidas regeneracionistas,
intentando resolver algunos problemas como el equilibrio presupuestario, con la Reforma de Raimundo
Fernández Villaverde, desarrollar políticas sociales con la creación del ministerio de instrucción pública y
los primeros esbozos de seguridad social, e inician una mínima apertura a la descentralización
administrativa. La inestabilidad política impedirá medidas a largo plazo, ya que los salvo los períodos de
gobiernos largos de Maura, el resto del período se caracteriza por gobiernos de corta duración: Entre
1902-1905 habrá 5 gobiernos conservadores y otros 5 liberales entre 1905-1907.
El maurismo, 1903-1909.
Antonio Maura, líder del Partido Conservador desde 1903,
protagonizará lo que se conoce como la “revolución desde arriba”,
sobre todo sus dos primeros mandatos como presidente del
gobierno entre 1903–1904 y durante su llamado gobierno largo de
1907– 1909. Posteriormente volverá a ocupar el cargo en 1913 (9
meses), 1919 (4 meses) y en 1921-1922 (7 meses). Intentará
atraer a las llamadas “masas neutras” (grupos sociales neutrales)
al sistema, para intentar la revolución desde arriba y así impedir
una revolución radical desde abajo. Intentará acabar con el
caciquismo, aunque sin demasiado éxito.
En 1907 promueve una nueva Ley electoral que además de
contemplar el sufragio universal masculino, pero por oficios, e
incluía la obligatoriedad de votar y contemplaba la posibilidad de
las llamadas candidaturas únicas: cuando sólo había un candidato
resultaba elegido por proclamación directa, sin necesidad de votar. El Tribunal supremo decidiría sobre las
actas sospechosas de adulteración electoral. Ese mismo año logrará que las Cortes aprueben la Ley de
Administración local, que reconocerá la autonomía municipal y la posibilidad de crear mancomunidades, como
concesión a las reivindicaciones del nacionalismo catalán. A estas medidas se unen las reformas económicas
con la Ley de Protección de la Industria Nacional. y el Plan de Reconstrucción Naval, junto con medias
destinadas a mejorar las condiciones de las clases trabajadoras: Creación del Instituto Nacional de
Previsión en 1908 como origen de la futura Seguridad Social, regulación de la jornada laboral y el trabajo de
mujeres y niños, y la Ley del descanso dominical.
Maura representó el reformismo autoritario, "la revolución desde arriba", desde sus convicciones católicas.
Sus logros fueron notables, pero en su conjunto no consiguió desarrollar plenamente su programa, por lo que
el caciquismo no fue desmontado y la oposición no comulgó con muchas de sus decisiones. Los liberales y
republicanos se opusieron violentamente a la Ley de Administración local, y toda la oposición consideró la
nueva Ley electoral como una Ley que sustituía el sufragio universal por el sufragio corporativo (se vota
según los oficios) y que no lograba acabar con las prácticas caciquiles En Cataluña la Lliga Regionalista cada
vez logró mejores resultados electorales, planteando la autonomía de Cataluña y la reforma del Estado
español como objetivos políticos. Además, en Cataluña, surgirán los
principales problemas internos para el
gobierno de Madrid. En 1905 la revista
catalana Cut-Cut publica una sátira anti
militar y estos reaccionan quemando la sede
de la revista e imponiendo la jurisdicción
militar para los delitos contra el ejército.
Maura cede ante los militares, lo que le lleva
a perder apoyos electorales en Cataluña, y
abre así la puerta a la intervención de los
militares otra vez en políticas, después de su apartamiento por Cánovas.
El Partido Radical de Alejandro Lerroux (republicanos exaltados) también logró
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amplios apoyos populares Cataluña, enfrentándose al gobierno conservador de Madrid y a la apropia LLiga
catalana, calificándola de burguesa, clerical y separatista. Los movimientos obreristas se mostrarán
contrarios al conservadurismo de Maura, a pesar de sus medidas a favor de la regulación laboral y de la
previsión social, por lo que unos se inclinarán hacia tácticas revolucionarias y de confrontación, y los
socialistas acabarán pactando con los republicanos creando la llamada Conjunción Republicano- Socialista en
1909.
Además, en Cataluña, surgirán los principales problemas internos para el gobierno de Madrid. En 1905 la
revista catalana Cut-Cut publica una sátira anti militar y estos reaccionan quemando la sede de la revista e
imponiendo la jurisdicción militar para los delitos contra el ejército. Maura cede ante los militares, lo que le
lleva a perder apoyos electorales en Cataluña, y abre así la puerta a la intervención de los militares otra vez
en políticas, después de su apartamiento por Cánovas.
La crisis de 1909: La Semana Trágica de Barcelona. Maura debe hacer frente a la
conflictividad obrera, sobre todo desde que en 1907 aparece Solidaritat obrera
(anarquista) contra la burguesa Solidaritat Catalana, y el republicano Partido Radical
de Alejandro Lerroux. El creciente antimilitarismo, el anticlericalismo, las protestas
nacionalistas contra la Ley de Jurisdicciones o las republicanas contra la Ley de
Administración Local, se verán agravadas con el problema Marruecos, una aventura
colonial iniciada a finales del s. XIX y apoyada por el Rey, el Ejército y la alta
burguesía, por las posibilidades de lograr beneficios en la construcción de un
ferrocarril y la explotación de las minas de hierro del Riff. En 1904 se produce un
acuerdo entre España y Francia, ratificado
después en la Conferencia Algeciras de 1906, que además de impedir la
entrada de Alemania en Marruecos, concedía a España el Protectorado
del Norte marroquí, siempre y cuando pudiese controlarlo militarmente.
Los rifeños atacan las obras del ferrocarril en Melilla en junio y julio, y
Maura decide enviar reservistas madrileños y barceloneses para
combatirlos, lo que provoca protestas contra el embarque de tropas en
Barcelona.
Estas protestas, inicialmente contra las quintas, desembocan en el
inicio de la llamada Semana Trágica barcelonesa desde el 25 de julio de
1909 al 1 de agosto de 1909, al tiempo que unos 1.000 soldados españoles eran masacrados en el Barranco
del Lobo el 26 de julio de 1909, cerca del Monte Arruit, cuando habían sido desplazada allí para repeler los
ataques de los rifeños contra las obras ferroviarias. Los republicanos de Lerroux, diversos movimientos
intelectuales y las organizaciones obreras, se encargan de organizar las protestas, desencadenando una
huelga general el 26 de julio y revueltas violentas contra los organismos públicos y contra edificios
eclesiásticos. El Ejército y las fuerzas de seguridad intervienes y la rebelión se salda con más de 100
muertos, 88 edificios religiosos incendiados, mil detenidos, varias condenas a muerte, y 5 ejecutados. Al
mismo tiempo llegan las noticias de la derrota española en el Barranco del Lobo en Marruecos, con más de
1.200 soldados muertos.
Se responsabiliza a los anarquistas y anticlericales de Lerroux como principales agitadores, y se acusa a
Francisco Ferrer Guardia, inspirador de la Escuela Moderna de Barcelona, de carácter anarquista, como
principal líder de la revuelta, siendo juzgado y ejecutado a pesar protestas nacionales e internacionales, de
las pruebas poco consistentes y de las irregularidades judiciales. Su ejecución provoca nuevas protestas al
grito de “!Maura no¡” y la dimisión de Antonio Maura. Alianza republicanos y PSOE: 1910 Pablo Iglesias
diputado.
1910-1914: El final del regeneracionismo.
En octubre de 1909 Moret y Canalejas anuncian que el Partido Liberal
rompe relaciones con el conservador e iniciaba una campaña de boicot
total al gobierno (campaña "Maura no"): el rey retira la confianza a
Maura y encarga a Moret la formación de un nuevo gobierno: el turno
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
había dejado de ser pacífico y el sistema de la Restauración comienza a resquebrajarse.
El líder liberal Canalejas sustituye a Moret en la presidencia de gobierno en 1910, iniciando la
democratización del Senado, reforzamiento de la administración local, proyecto de reforma del Concordato
(acuerdo entre el Estado y el Vaticano), fomento de la enseñanza pública...
Canalejas pondrá en marcha una política de centro izquierda con notables reformas sociales, a la vez que
quiere modernizar o europeizar la política nacional. La Intervención del Estado en materia social y laboral
recupera propuestas mauristas, como la definitiva regulación de la jornada laboral, del trabajo infantil, la
prohibición del trabajo nocturno femenino, y el avance, desde el maurista Instituto de Previsión Social, en
la creación de una Seguridad Social por parte del Estado. Se abolirá el odiado impuesto de consumos y la
nueva Ley de Reclutamiento establece el Servicio Militar Obligatorio, suprimiendo la redención y la
sustitución, aunque crea la figura de los soldados de cuota, que pagaban 1000-2000 pts. para reducir el
tiempo de servicio militar si justificaban pertenecer a determinados colectivos profesionales o estudiantes.
Canalejas también aborda la separación efectiva de Iglesia y Estado, proyectando una reforma del
concordato con Roma, y mediante la Ley del Candado de 1910 que prohíbe la creación de nuevas órdenes
religiosas en España. Logró presentar la Ley de Mancomunidades en el Congreso antes de ser asesinado (12XI-1912), dando satisfacción los catalanistas. El asesinato de Canalejas abrió una lucha por el poder en el
partido liberal entre Romanones y de García Prieto, y también el Partido
Conservador entre Dato y De La Cierva. El sucesor de Canalejas, Eduardo Dato,
logra aprobar definitivamente esta la Ley de Mancomunidad en 1913, y rápidamente
se crea la Mancomunidad de Cataluña presidida por Prat de la Riba.
Atacado por la derecha y debilitado por las divisiones dentro del Partido Liberal, el
programa reformista de los liberales fracasó. El asesinato de Canalejas en 1912
abrió una lucha por la dirección del partido que lo dividió en grupos rivales
(partidarios de Romanones, y de García Prieto). Un proceso parecido se produjo en el
Partido Conservador entre partidarios de Dato y de La Cierva a partir de 1913.
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Durante este período se inicia el declive definitivo del régimen canovista, que ya desde 1910 había visto
roto el pacto turnista entre los dos partidos dinásticos. Las causas generales de esta crisis hay que
buscarlas en la ruptura entre el liberalismo conservador oligárquico y el liberalismo democrático de
Canalejas, el enfrentamiento entre el centralismo de Madrid y el nacionalismo periférico, a incapacidad del
sistema para abordar las reformas necesarias por la oposición de los grupos sociales dominantes, y la
conflictividad social creciente por la falta de medidas que mejoren las condiciones de vida de las clases más
pobres y logren su integración en el sistema.
El Partido Conservador eligió a Dato como líder en detrimento de Maura, mientras que en el Partido Liberal
el asesinato de Canalejas provocará una lucha constante por el poder entre Romanones, García Prieto,
Santiago Alba y N. Alcalá Zamora. Esta inestabilidad interna de los partidos provocará también una
inestabilidad gubernativa, con 6 disoluciones y convocatoria de Cortes entre 1914 – 1923, mayorías
parlamentarias exiguas que obligan a pactar gobiernos de concentración, y procesos electorales violentos
que muestran la incapacidad de los partidos mayoritarios para convertirse en partidos de masas.
La sucesión de gobiernos cortos es una muestra más de esta inestabilidad: Eduardo Dato gobierna en tres
ocasiones (1913–1915, 1917–18, 1921) hasta su asesinato en 1921, el Conde Romanones gobierna en 1912–
1913,1915–1917, y en 1918–1919, intentado atraer a la izquierda moderada con proyectos de reformas como
las de Santiago Alba, que pretendía grabar los beneficios empresarias para sufragar el costo de las
inversiones públicas en escuelas, infraestructuras, regadíos, pero sin renunciar al caciquismo para ganar
elecciones y liderar su partido. Sólo entre 1917-1923 habrá 13 gobiernos distintos, destaco el Gobierno de
Concentración de García prieto en otoño de 1917, el de Maura en 1918 apoyado por las elites conservadoras,
y desde 1919 los brevísimos gobiernos de Romanones, Maura, Sánchez Guerra, Dato, García Prieto.
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
Durante este período los principales partidos y sus líderes fueron incapaces de generar estabilidad y hacer
frente a los principales problemas:
La I Guerra Mundial:
El estallido de la I Guerra Mundial en 1914 supuso un gran impacto en España, ya que la neutralidad oficial
no pudo evitar el enfrentamiento entre aliadófilos y germanófilos. A pesar de esta división entre los
políticos, la sociedad, la prensa o el ejército, la guerra resulto beneficiosa económicamente para España,
aunque no para todos. La industria catalana y vasca, sobre todo, aprovecharon la circunstancia para
incrementar la producción y los beneficios por la venta de sus productos, sin competencia, entre los países
beligerantes, que habían reconvertido sus industria civiles en industrias militares. Sin embargo estos
beneficios no se aprovecharon para invertir en modernizar la producción y ganar competitividad, ni para
mejorar la redistribución social de la riqueza. La inflación disparo los precios muy por encima de unos
salarios que no subieron al mismo ritmo, por lo que la capacidad adquisitiva de los asalariados se reducirá,
sorprendentemente, en una época de expansión económica.
La balanza comercial de 1915-1919 alcanzó un importante superávit gracias a las exportaciones textiles y
siderúrgicos, produciéndose un importante acumulación de capitales y un gran aumento de beneficios en la
industria y la banca: Bilbao, Vizcaya, Hispano- Americano, Urquijo. Al acabar la guerra finaliza también el
período exportador, y lo que queda es una perdida adquisitiva de los salarios de más de un 20% respecto a
1914. Los ricos son más ricos, pero lo millones de pobres son mucho más pobres, incapaces de sostener la
demanda industrial en un mercado interior socialmente empobrecido.
La crisis de 1917.
Esta crisis hay que abordarla desde la óptica militar, política y social, ya que en el verano de 1917 estallan
sucesivamente tres conflictos, cuyas causas vienen de décadas anteriores, y que se alimentan unos a otros.
El llamado Problema militar arranca de la tradición militarista decimonónica, renacida desde los incidentes
de la revista Cut-Cut en 1905 y la Ley de Jurisdicciones de Maura, pero ahora se
verá agravado por el enfrentamiento entre africanistas y peninsulares por sueldos y
ascensos, ya que los oficiales destinados en la península consideraban que los
oficiales destinados a la guerra de Marruecos monopolizaban los ascensos (méritos
de guerra) y se beneficiaban de mejores ingresos. La “rebelión” de los peninsulares
cristaliza en 1917 con la creación de las Juntas Militares de Defensa, que plantean
al gobierno mejores salarios e inversiones en modernización del ejército y reformas
políticas mediante la convocatoria de Cortes constituyentes. El Gobierno cede y
legaliza las Juntas como Comisiones informativas de las Armas del ejército,
aceptando una subida de sueldos y la supresión de los ascensos por méritos en
Marruecos.
El Problema Político de 1917 se concreta en la Creación de la Asamblea de Parlamentarios. La actitud
autoritaria del gobierno de Dato, que se negaba a abrir las Cortes, cerradas cuando los socialistas y los
republicanos reformistas de Melquiades Álvarez pactaron para imponer un gobierno que convocase Cortes
Constituyentes, facilitó la convergencia de catalanistas, reformistas, republicanos, socialistas y algunas
facciones liberales en un movimiento que exige una reforma profunda del sistema político. El 5 de junio de
1917 los diputados nacionalistas catalanes se reúnen en Barcelona, pidiendo la democratización del sistema
político, el fin del turnismo, la reapertura de las Cortes, Convocatoria de Cortes Constituyentes, formación
de un gobierno provisional, y una autonomía gubernativa para Cataluña. Cambó lidera a estos diputados, y el
presidente de gobierno, Eduardo Dato, se niega a reabrir las Cortes, por lo que el 19 de junio los diputados
nacionalistas se reúnen en Barcelona para crear la Asamblea de Parlamentarios, que rápidamente será
disuelta por fuerzas de seguridad.
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
El llamado Problema Social se concreta en la Huelga General de 1917. El conflicto se inicia con la huelga
de los ferroviarios valencianos y la huelga de la Canadiense 1917 barcelonesa, que provoca la reacción de los
empresarios decretando el lock out y la represión “pistoleril” a cargo de los sindicatos amarillistas de la
patronal. A principios de agosto el comité conjunto CNT-UGT promovió una huelga general revolucionaria el
13 de agosto de 1917, con el objetivo de formar un gobierno provisional. Al
principio la huelga será un éxito en Cataluña, Madrid, Asturias y País Vasco, y el
Comité de Huelga pensaba que los diputados de la Asamblea Parlamentaria les
apoyarían, pero el radicalismo de este movimiento desconcertó a los
asambleístas reformistas, condenaron la huelga revolucionaria y ello permitió al
gobierno utilizar el ejército para reprimir la protesta con un balance de casi 100
muertos y 2000 detenidos, entre ellos los socialistas Julián Besteiro y Largo
Caballero, condenados a cadena perpetua (Amnistiados en 1918).
La crisis política de 1917 finalizó de hecho, en noviembre, al formarse un
gobierno de "concentración" en el que participan por primera vez los
nacionalistas catalanes. Ello significaba: el fin del monopolio del poder por
los partidos dinásticos y el fracaso del programa reformista de los
asambleístas.
Hacia la dictadura 1917 – 1923.
Hay que situar este período conflictivo en el marco histórico europeo: Final
de la I Guerra Mundial con la derrota de los Imperios Centrales y la ruina
económica de toda Europa, triunfo de la revolución bolchevique (marxismo)
en Rusia, y numerosos estallidos revolucionarios en otros naciones europeas.
A esto se unen los problemas internos de España: Crisis económica de
posguerra, guerra de marruecos, inestabilidad de los gobiernos, excesivo protagonismo del Ejército y del
Rey, conflictividad social por el paro y las duras condiciones de vida de las clases más desfavorecidas.
Entre 1917-20 se produce una guerra social también conocida como Trienio bolchevique. Al terminar la
Gran Guerra España deja de exportar y se frena la producción y los beneficios, aumentando el paro
rápidamente y reduciendo los salarios, al tiempo que la inflación, que ya durante la guerra había reducido la
capacidad adquisitiva de los salarios, ahora todavía los reduce más. Esto provoca manifestaciones y huelgas
obreras, que desembocan en un enfrentamiento directo entre la Patronal catalana y las organizaciones
obreras, sobre todo entre 1919-23, cuando el llamado pistolerismo
barcelonés alcanza su máximo nivel, con pistoleros profesionales de
la Patronal, fuerzas de seguridad al servicio de esa patronal, y
pistoleros anarquistas. Esta radicalización fue alentada por la
intransigencia de la patronal, que decretó el lockout en el invierno de
1919-20, ante la huelga de La Canadiense de 1919 (Traction Light
and Power), que duró más de un mes y con la que se consiguió la
jornada de 8 horas de trabajo., pero el lockout dejó 200.000
trabajadores sin trabajo. Los sindicatos se sentían fuertes, ya que
en 1919 la UGT tenía 211.000 afiliados y 700.000 la CNT.
Mientras esto sucedía en Barcelona, en el campo andaluz, los jornaleros paralizan la cosecha en 1918, 1919 y
1920 ("trienio bolchevique"), ocupan y reparten tierras. Las organizaciones patronales darán apoyo a las
medidas más drásticas adoptadas por las autoridades ("ley de
fugas"),
favorecen
la
creación
de
sindicatos
contrarrevolucionarios (sindicatos libres) y creación de cuerpos
de seguridad, y el Estado apoyó a la Patronal con la mencionada
Ley de fugas y la represión de los obreros, produciéndose
cientos de detenidos, muertos en los enfrentamientos, o
asesinados por las fuerzas del orden al aplicarles la Ley de
Fugas.
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
A todos estos problemas hay que añadir la mal llamada “gripe española”, originada en una guarnición
norteamericana y transferida a las trincheras de la I Guerra Mundial por los soldados norteamericanos,
pero que manifestó su terrorífica mortandad en España, con 230.000 víctimas (38.000 sólo en
Extremadura).
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3.1. El golpe.
La larga crisis del sistema canovista se resolvió de forma inesperada mediante el golpe de Estado de Primo
de Rivera, reformista y regeneracionista, aceptado por el monarca. El golpe se transformó en una dictadura
que fomentó el desarrollo económico y mantuvo la paz social, a cambio de suspender la Constitución,
prohibir la actividad política y controlar la prensa. El intento final de establecer un Estado corporativista
apoyado por un partido único fracasó, y España volvió a encontrarse con los mismos dilemas que antes del
golpe militar.
La dictadura de Primo de Rivera es un régimen autoritario y militar que pretende solucionar los graves
problemas de España desde la órbita del regeneracionismo militar. El mismo se presentaba como un cirujano
de hierro para "máximo 90 días". Desde el desastre del 98 también se desarrolló en España un
regeneracionismo militar, que aunque partía de los mismos presupuestos que los otros (el atraso y la
modernización de España; el problema de España) se desarrolla y proponía alternativas distintas. El
regeneracionismo militar optaba por una opción autoritaria de gobierno, la eliminación del liberalismo y del
caciquismo y su oposición absoluta al movimiento obrero y los nacionalismos periféricos.
El 13 de Septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, el jerezano Miguel Primo de Rivera, se
pronunció, declaró el estado de guerra y exigiendo que el poder
pasase a los militares. Tras unas horas Alfonso XIII cedió y le
encomendó la formación de un nuevo gobierno. El Rey, de esta
forma, ponía fin al sistema de la Restauración; al pactismo.
Las causas del golpe son varias y complejas:
A) Causas externas: El triunfo de la revolución bolchevique en
1917 en Rusia alteró la paz social, al tiempo que la crisis
económica impidió mantener la senda del crecimiento anterior
y permitió el surgimiento de nuevas ideologías de ultraderecha
y militaristas (fascismo).
B) Causas internas: La crisis política del turnismo y del regeneracionismo, el conflicto de Marruecos, el
pistolerismo barcelonés, el protagonismo del Ejército, y el auge de los nacionalismos periféricos que hacían
temer a las fuerzas más conservadoras del país por una posible desmembración de España. Muchos
historiadores piensan que Primo de Rivera lo que quería era evitar una auténtica democratización del
régimen, como apuntaba el último gobierno de concentración de García Prieto, que incluía miembros del
partido Reformista y se planteaba medidas democratizadoras. No obstante, el desencadenante fue
Informe Picasso, que sembró el descontento definitivo entre el ejército y entre el pueblo, sobre un sistema
político ya caduco.
El golpe de Primo de Rivera fue bastante popular, como se ve en los artículos periodísticos, la falta de
condenas políticas serias, o de manifestaciones populares. Sólo algunos intelectuales se opusieron
claramente, como Unamuno, que pagó su actitud con el destierro a Fuerteventura o Azaña o Pérez de Ayala.
La mayoría del pueblo español o se alegró o contempló con pasividad la llegada de Primo de Rivera. El
régimen contó con el apoyo tácito del rey, el efectivo del gobierno, la oligarquía y en especial la burguesía
catalana, los círculos políticos católicos y, en un principio hasta la UGT y el sector de Largo Caballero del
PSOE.
El directorio Militar, 13 de septiembre de 1923-Diciembre de 1925:
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
Primo de Rivera se convirtió en Presidente de un gobierno de militares, en
el que el Directorio era como un órgano asesor. Los tradicionales
Ministros eran sustituidos por técnicos (Militares, Subsecretarios, Altos
Funcionarios...). Este gobierno o directorio ejercerá los poderes ejecutivo
y legislativo, una vez suspendidas las garantías constitucionales y la propia
Constitución.
El Directorio controlará toda la administración. Se disolverán las Cortes y
se destituye a diputados, alcaldes, concejales, y cualquier otro cargo
electo, además de sustituir a los Gobernadores Civiles por militares. Los
Ayuntamientos y Diputaciones fueron intervenidos (Estatuto Municipal 1924) nombrando a Delegados
Gubernativos para sustituir a estos cargos.
Ideológicamente intentará crear un régimen basado en el populismo y el autoritarismo, con ciertos
parecidos a la ideología fascista italiana. Mantiene las ideas regeneracionistas, sobre todo el llamado
regeneracionismo militar sobre modernización del país a través de inversiones públicas, e intenta
desmantelar el caciquismo sustituyendo los cargos municipales y provinciales por Delegados del gobierno o
por militares o aprobando un Decreto de Incompatibilidades que impedía a los políticos contratar con la
Administración. La creación de un partido único, la Unión Patriótica, pretendían reunir a todos los
administradores públicos bajo una única formación política a la que era imprescindible pertenecer para
ejercer cargos públicos. El problema del orden público lo solucionó decretando el estado de guerra,
pactando con la UGT y reprimiendo duramente al PCE y a los anarquistas, y prohibiendo cualquier
manifestación de los nacionalismos periféricos.
Finalmente, abordará el problema de Marruecos (hecho que lo consiguió con la ayuda francesa y el
desembarco de Alhucemas). Los éxitos de Abd-el-Krim le llevaron a intentar la ocupación de territorios
marroquíes controlados por Francia, favoreciendo una alianza de Francia y España . En 1924 Primo de
Rivera se hace cargo del Alto Comisariado de Marruecos, y en Septiembre de 1925 se produce el
desembarco de Alhucemas y la derrota final Abd el Krim en 1926, con el de la guerra en 1927.
El Directorio civil, 1926-1929:
En 1925 el directorio militar fue sustituido por un directorio civil del que formaban parte jóvenes políticos
de extrema derecha como Calvo Sotelo, que intentaron consolidar la dictadura institucionalmente como un
régimen corporativo antidemocrático, copiando instituciones y formas corporativas italianas (Comités
Paritarios, Consejo de Corporaciones, Unión Patriótica...); pero el carácter fascista del régimen fue muy
superficial.
El intentó de crear un Estado Corporativo parte de la creación del partido único llamado Unión Patriótica, en
marzo de 1924 en Valladolid. Todos los cargos públicos y personalidades con responsabilidades políticas
debían estar afiliados al partido, al tiempo que intentó apartar de la política a los principales líderes de la
Restauración, sustituidos ahora por carlistas, mauristas, empresarios, militares, todos católicos y de
probado patriotismo. El partido sirvió de correa de transmisión de las ideas populistas y autoritarias desde
Madrid a los últimos rincones del Estado.
La existencia de un partido único es un guiño al fascismo italiano de la época, igual que el intento de crear un
Estado Corporativo sobre la base de la división de la sociedad en corporaciones. En 1927 se crea la
Asamblea Nacional Consultiva, que debería sustituir a las viejas Cortes democráticas y encargarse del
poder legislativo, aunque en realidad sólo asumirá funciones consultivas. En el mismo sentido se inicia la
redacción de un Proyecto constitucional en 1928, por una Asamblea formada por representantes elegidos
por corporaciones: Administración, corporaciones profesionales, militares. Más que un parlamento
democrático, parecía una cámara de representación de los estamentos del Antiguo Régimen. Primo no
consiguió institucionalizar su régimen; la oposición aumentó considerablemente al percatarse de la intención
de Primo de perdurar en el poder. Aquí vino su fin.
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Sus principales éxitos fueron económicos, con una
política económica de gran intervencionismo del Estado
que desarrollo el llamado nacionalismo económico y un
exagerado proteccionismo, mediante subvenciones para
Ferrocarriles, navieras, y minería, el impulso del
consumo de productos nacionales con la creación de
aranceles que gravaban las importaciones, y una
política de grandes inversiones estatales en Obras
Públicas: Concesiones ferroviarias, Circuito Nacional
de Firmes Especiales 1926, mejora y construcción de
7.000 Km. de carreteras, una Política Hidráulica que inicio la construcción de pantanos para generación de
electricidad y creó las Confederaciones Hidrográficas de Lorenzo Pardo, y la creación de monopolios como
Telefónica en 1924 o CAMPSA en 1927, tabacos, etc.
España conoció otro periodo de crecimiento económico, produciéndose un aumento importante de las
infraestructuras y un crecimiento industrial en siderurgia-metalurgia, cementos-construcción y energía
eléctrica. La política de la Dictadura y la buena coyuntura internacional (felices años veinte), explica un
crecimiento que generó mucho empleo, aunque también incrementó la inflación y el déficit público. El
intervencionismo del estado en economía, las prácticas monopolistas, la concentración financiera, las obras
públicas, resumen el período hasta 1828, con una clara acentuación de la concentración financiera en manos
de una oligarquía liderada por los grandes bancos
La llegada de la gran depresión (1929) con la caída del comercio exterior, inflación, aumento del paro
demostró que los éxitos de la política económica de la dictadura habían sido sólo coyunturales, y que el
déficit público acumulado impedía mantener el ritmo de inversiones públcas necesarias para detener la
caída del empleo. Pasada la euforia económica gran parte de las organizaciones patronales y el mismo
ejército dejaron de dar apoyo al régimen. Falto de este apoyo el dictador dimitió el 28 de enero de 1930.
A la represión del movimiento obrero, sobre todo la represión de anarquistas y comunistas, le siguió una
política negociadora y paternalista con los obreros. Se crearon los sindicatos verticales o corporaciones por
sectores productivos de patronos y obreros, inspiradas en la doctrina social de la Iglesia, compuesta por
sindicatos y patronos que debían solucionar sus conflictos consensuadamente o con la intervención del
gobierno. En 1926 se creó oficialmente la Organización Corporativa Nacional con una estructura piramidal y
dividida en Comités Paritarios, al tiempo que se aprobaba el llamado Código del trabajo. Los negociaciones y
acuerdos en los Comités Paritarios, junto con la reducción del paro por el
crecimiento económico y las inversiones en obras públicas, fueron uno de
los responsables de la reducción drástica de la conflictividad social,
además de la represión y la alianza o pacto del régimen con la UGT, a
cambio de extender algo más la Seguridad Social, el seguro de maternidad,
el subsidio a familias numerosas, etc., que permitieron aparecer a la UGT
como la representante de la clase obrera. Organización social
corporativista:
El nacionalismo económico caracterizado por el intervencionismo del Estado
en economía, la creación de un sindicato Vertical o los Comités Paritarios, al
igual que la existencia de un partido único y el intento de crear un estado
corporativo, son las principales semejanzas con el régimen fascista italiano.
El paternalismo y la campechanería del régimen de Primo, el pacto con la
UGT,
grado represivo menor, o la inexistencia de una teorización
ideológica clara, le aleja algo de ese fascismo de los años veinte.
3.1 La caída de la dictadura y de la monarquía, 1930-31.
A pesar del crecimiento económico y las mejoras sociales, la Dictadura debió enfrentarse a una oposición
cada vez más enconada. Al principio fueron intelectuales como Unamuno, Ortega y Gasset, y los estudiantes
universitarios de la Federación Universitaria Española, que recelaban de la fuerza para gobernar un país,
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
además de la oposición clandestina de los ilegalizados y perseguidos comunistas y anarquistas. A partir de
1928, cuando se inicia la desaceleración económica y repunta el paro, se organiza una oposición democrática
de los viejos partidos de la Restauración, que reclamaban el regreso a la legalidad constitucional. A estos
se unen los nacionalistas catalanes, sobre todo el nacionalismo de izquierda integrado por Ezquerra
Republicana, liderada por Frances Macía, que se oponen a la política de represión lingüística impuesta por
Primo en Cataluña..
Dentro del propio ejército habrá muchos descontentos, sobre todo entre los militares africanistas, al
suprimir Primo los ascensos por méritos de guerra, y el Rey acabo tomando partido por estos opositores. E
la misma forma la UGT y los socialistas, hasta ahora pactistas con el régimen, se decantan por la oposición
cuando el paro vuelve a aumentar y las reformas democráticas de Primo no llegan. Los viejos republicanos
acabarán liderando la oposición desde 1930.
Ante la pérdida de todos sus apoyos Primo dimitió en Enero de 1930 y Alfonso XIII nombró al general
Berenguer para que hiciera la transición a la monarquía constitucional; el cambio fue tan lento que la
oposición denominó a esta etapa "la Dictablanda". Ante el descontento general Berenguer dimite y el rey
nombra al almirante Aznar, con el compromiso de convocar
elecciones empezando por las municipales.
En este contexto los republicanos, los catalanistas de
izquierdas y el PSOE firmaron el pacto de San Sebastián
por el que se comprometían a derribar a la monarquía y
forma un gobierno provisional en la futura segunda
república. Las elecciones municipales del 12 de Abril de
1931 se convirtieron en un plebiscito nacional contra la
monarquía. El triunfo de los republicanos en las grandes
ciudades -sólo- hizo estallar el júbilo popular y la renuncia
de Alfonso XIII . Empezaba su andadura la SEGUNDA REPÚBLICA.
La dictadura de Primo de Rivera fue un periodo muy importante en la historia de España y, no sólo, porque
iba a ser el precedente y el laboratorio de experimentos que después consolidaría Franco.
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El problema de Marruecos
La conquista de Marruecos se inicia con la política imperialista de O´Donnell en 1859, para continuar a
partir de finales de siglo. Las Conferencias de Algeciras de 1906 y 1911, confirmaron internacionalmente el
protectorado español del norte de Marruecos, a pesar de la
incapacidad española para garantizar el control militar de la zona,
como ya se demostró con desastres como los del Barranco del Lobo el
26 de junio de 1909.
La crisis de 1909: La Semana Trágica de Barcelona. Maura debe
hacer frente al problema de Marruecos, una aventura colonial
iniciada a finales del s. XIX y apoyada por el Rey, el Ejército y la alta
burguesía, por las posibilidades de lograr beneficios en la
construcción de un ferrocarril y la
explotación de las minas de hierro del
Riff. En 1904 se produce un acuerdo entre España y Francia, ratificado
después en la Conferencia Algeciras de 1906, que además de impedir la
entrada de Alemania en Marruecos, concedía a España el Protectorado del
Norte marroquí, siempre y cuando pudiese controlarlo militarmente.
Los
rifeños atacan las obras del ferrocarril en Melilla en junio y julio, y Maura
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decide enviar reservistas madrileños y barceloneses para combatirlos, lo que provoca
protestas contra el embarque de tropas en Barcelona.
Estas protestas, inicialmente contra las quintas, desembocan en el inicio de la
llamada Semana Trágica barcelonesa desde el 25 de julio de 1909 al 1 de agosto de
1909, al tiempo que unos 1.000 soldados españoles eran masacrados en el Barranco
del Lobo el 26 de julio de 1909, cerca del Monte Arruit, cuando habían sido
desplazada allí para repeler los ataques de los rifeños contra las obras ferroviarias.
Los republicanos de Lerroux, diversos movimientos intelectuales y las organizaciones
obreras, se encargan de organizar las protestas, desencadenando una huelga general
el 26 de julio y revueltas violentas contra los organismos públicos y contra edificios
eclesiásticos. El Ejército y las fuerzas de seguridad intervienes y la rebelión se salda con más de 100
muertos, 88 edificios religiosos incendiados, mil detenidos, varias condenas a muerte, y 5 ejecutados. Al
mismo tiempo llegan las noticias de la derrota española en el Barranco del Lobo en Marruecos, con más de
1.200 soldados muertos.
En 1919 España decide reemprender la aventura expansionista en Marruecos para evitar que Francia
ocupase toda la zona la convirtiese en un Protectorado francés. En 1921 España encarga a Berenguer (en la
parte occidental) y a Silvestre (en la oriental), la conquista de todos los territorios adyacentes a los que ya
se habían controlado en el siglo XIX. Esto provoca la rebelión del líder rifeño Abb-el-Krim, que inicia una
ofensiva desde la Bahía de Alhucemas, reconquistando la mayor parte de los territorios y alargando la
guerra en el Rif hasta 1927, ante la incapacidad el Ejército español y las protestas de la izquierda y el
pueblo llano, que se oponen a esta larga guerra colonial que sólo aprovechaba económicamente a la
oficialidad militar, a las empresas con intereses en el ferrocarril y las minas marroquíes, a los
suministradores y transportistas de material para el Ejército, y a los que cobraban comisiones (corrupción)
por la contratación de estos negocios, entre ellos fue acusado el propio Rey.
En este entorno se produce el desastre de Annual el 22 de Julio
1921, después de una operación militar organizada por el General
Fernández Silvestre, que ocasionó 12.000 soldados españoles
muertos y más de 4.000 heridos, y la pérdida de muchos
territorios. Buena parte del Parlamento y la izquierda política,
pidieron responsabilidad, y se ordenó el llamado Expediente
Picasso, encargado de investigar los sucesos, resultando 39
oficiales procesados por negligencia y siendo suspendido del
servicio el General Berenguer, sacando a la luz las corruptelas de la
oficialidad militar en el abastecimiento del ejército, pero impidiendo que se conociesen las implicaciones de
otros personajes, incluido el Rey, ni sus intereses económicos en la aventura marroquí. El Ejército se
consideró atacado, ya que sólo sus oficiales “pagaron” por los errores, dividiéndose en africanistas
(partidarios de continuar la aventura marroquí) y abandonistas como Primo de Rivera.
Primo de Rievera abordará el problema de Marruecos en 1925, con la ayuda francesa y el desembarco de
Alhucemas. Los éxitos de Abd-el-Krim le llevaron a intentar la ocupación de territorios marroquíes
controlados por Francia, favoreciendo una alianza de Francia y España . En 1924 Primo de Rivera se hace
cargo del Alto Comisariado de Marruecos, y en Septiembre de 1925 se produce el desembarco de
Alhucemas y la derrota final Abd el Krim en 1926, con el de la guerra en 1927.
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1.1. El caciquismo y los desequilibrios de poder
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Los apellidos de los caciques de Extremadura no varia-ron demasiado: eran aquellos que se habían
beneficiado de las desamortizaciones y que llegaban a finales del siglo XIX con un patrimonio muy saneado,
puesto casi siempre en manos de administradores que arrendaban las tierras y los pastos a otras personas.
A ellos se incorporaron algunos nombres nuevos muy relacionados con los centros de poder. Es el caso de
Faustino Silvela Casado, sobrino de Francisco Silvela, que ya aparecía en el distrito electoral de Cáceres en
1899, y de Lorenzo Moret Beruete, hijo de
Segismundo Moret, que también actuaba en el distrito de Cáceres y que poseía varias dehesas a las orillas
del Tietar.
El sistema se basaba en una red de clientelas muy extendida: los administradores de los grandes
propietarios obligaban con frecuencia a los campesinos a unir
voto y trabajo. Los oligarcas tenían un origen burgués (Albarrán
en Badajoz, Pacheco-Lerdo de Tejada en Mérida, la familia Garay
en Valencia de Alcántara) o noble (duque de Abrantes y marques
de Castro Serna en Cáceres, marques de Mirabel en Plasencia,
marques de la Frontera en Badajoz). Las coacciones para
conseguir el voto eran habituales, lo mismo que el trato de favor
a quienes se tenían que prestar al juego, muchas veces para
sobrevivir.
1.2. Liberales y conservadores
Liberales y conservadores fueron en Extremadura un fiel reflejo
del comportamiento en otros lugares de España: Compartieron
distrito electoral, se alternaron en el poder y sufrieron las crisis
que alteraban con periodicidad el sistema político.
En la región siempre ganaba las elecciones el partido que las convocaba, respetándose pacíficamente el
turno entre liberales y conservadores. La esfera de poder de la mayoría de los caciques era su distrito
electoral, por lo que los ataques entre unos y otros fueron una forma de supervivencia habitual.
La prensa regional extremeña fue el mejor escaparate para las disputas entre unos y otros. En 1903 nacía
en Cáceres El Noticiero, portavoz del partido liberal y seguidor de Moret primero y de Santiago Alba
después de la crisis de los liberales. En el ano 1914 aparecía en Badajoz el Correo de la Mañana, controlado
por el conservador marques de la Frontera, que desde 1918 se alineó con las posiciones de Antonio Maura.
La mayoría de estos oligarcas se sirvieron de su posición para favorecer sus negocios, en especial los del
ferrocarril, como los Comillas en la zona de Navalmoral, los Montesinos en Valencia de Alcántara o Eduardo
Baselga, a quien se debe el impulso del tren entre Mérida y Sevilla.
A nivel electoral, el alto grado de abstención era habitual, cosa lógica si se tiene en cuenta que se sabía de
ante-mano quien iba a ganar los comicios. Aun así, en algunos casos se organizaron protestas por el grado de
manipulación de los resultados, como en Fregenal en 1879 o en Mérida en 1881.
A pesar de disponer del sufragio universal masculino desde 1890, en la región el electorado estaba
desmoviliza-do. Sin embargo, existían alternativas al sistema, como la protagonizada en Badajoz por los
seguidores del político re-publicano Ruiz Zorrilla en 1883.
Un antiguo militar retirado, Muñoz Epelde, puso en contacto a los republicanos pacenses con los
responsables de la sublevación de ese signo que se fraguaba en Madrid. Las dudas ante la posible fecha de
insurrección precipitaron los acontecimientos, por lo que los sublevados pacenses actuaron el 5 de agosto
sin saber que se había decidido aplazar el levantamiento hasta el día 10. Consiguieron controlar la ciudad,
pero, al no tener eco en el resto de España, no tuvieron más remedio que huir a Portugal. La ausencia de
violencia no impidió que un consejo de guerra condenara a muerte a los protagonistas de la intentona, que al
final fueron amnistiados por Alfonso XII.
El otro acontecimiento significativo del período, cuando el sistema ya había mostrado su fracaso, fue el
viaje de Alfonso XIII a Las Hurdes en abril del ano 1922. Este famoso recorrido del rey por las comarcas
hurdanas profundizó, en España, la imagen de una Extremadura depauperada y muy atrasada. Sin embargo,
la visita no se plasmo en soluciones reales para la zona, que siguió condenada al ostracismo.
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2.1. Crisis agrarias y auge de las dehesas
A pesar de la crisis agrícola y pecuaria de la década de 1880, la agricultura extremeña experimentó un
crecimiento económico hasta los anos treinta del siglo XX, gracias en buena parte al auge de las dehesas.
El aumento de la superficie cultivada se mantuvo de manera sostenida durante todo el período. Se utilizó
mucha más tierra y de forma más intensiva. Un gran número de hectáreas que solo habían sido dedicadas a
montes o pastos fueron convertidos en dehesas gracias a la especializada mano de obra de los yunteros. Se
trataba de un colectivo que, al perder sus pequeñas posesiones y, sobre todo, sus participaciones en los
bienes comunales, se especializó en el adehesamiento del terreno y en cultivar una parte en rotación en las
grandes fincas, bien como arrendatario, bien como aparcero. El uso de las máquinas en las dehesas fue muy
escaso.
La superficie de las dehesas se dedicaba a actividades agrícolas, ganaderas o forestales, dependiendo de la
coyuntura económica y de las condiciones del suelo. A nivel agrícola, se producía, en especial, grano para el
abastecimiento del ganado y, en menor medida, cereales para el autoconsumo. El sector ganadero estaba
especializado en el ganado ovino para la producción de lana y, en menor medida, en el ganado vacuno y
porcino. Por su parte, el componente forestal de las dehesas eran las encinas y los alcornoques, las especies
que mejor se acondicionaban al suelo y ayudaban al mantenimiento del ecosistema. Aparte de la explotación
de la montanera, la producción periódica de corcho era fundamental.
En este período, se produjo una mayor especialización ganadera en la provincia de Cáceres y cerealícola en
la de Badajoz, que además introdujo el viñedo una vez superada la crisis generada por la filoxera. Se
observa también una expansión del olivar en ambas provincias. En cualquier caso, se llevo a cabo un gran
aumento de la superficie cultivada, aunque esto no derivó en una mayor productividad. Por este motivo se
habla de Extremadura como un modelo de especialización agraria sin industria.
2.2. La consolidación del estancamiento industrial
La causa fundamental de la ausencia de industrialización en la Extremadura de la Restauración fue la falta
de in-versión en el sector secundario de las clases más acomoda-das. Además, la ausencia de materias
primas de relevancia siguió relegando a un segundo piano la actividad minera. En la zona de Azuaga y
Berlanga la minería del plomo vivió su declive definitivo. La única excepción fue el descubrimiento de
fosfatos en las cercanías de Cáceres durante la
En la década de los sesenta del siglo XIX, Segismundo Moret adquirió los derechos de explotación de estas
minas, donde se creó un poblado que llevaba su nombre, Aldea Moret, el cual vivió cierto esplendor durante
el primer tercio del siglo XX. Se trata de una muestra más de la coincidencia entre poder político y poder
económico, ya que al capital extranjero de la minería y el ferrocarril se unió el de la gran oligarquía.
El sector corchero ejemplifica a la perfección el fracaso industrial. A pesar de los esfuerzos
proteccionistas propios de la época -como revela la creación, en Jerez de los Caballeros, del Centro
defensor de la producción e industria corcho-taponera en Extremadura en 1891-, el corcho seguía
transformándose masivamente en el exterior. Hacia el ano 1900, Extremadura contaba con más de cinco mil
personas trabajando en el sector corchero y cerca de cincuenta poblaciones relacionadas.
Sin embargo, la perdida de materia prima en Cataluña hizo que esta se especializara en el sector de la
transformación, gracias al notable cambio técnico del primer tercio del siglo XX, que no fue aplicado en
ninguna de las fábricas de Extremadura.
2.3. La debilidad del sector terciario en Extremadura
La desarticulación del territorio siguió siendo la característica fundamental del sector de los transportes
en Extremadura. Los ferrocarriles existentes dependían en gran medida de la situación del sector primario,
por lo que las dos crisis agrícolas y pecuarias de las dos últimas décadas del siglo hicieron que los
ferrocarriles circularan habitualmente casi vacíos por Extremadura. De hecho, varias empresas que
operaban en la región quebraron.
Las diputaciones provinciales realizaron notables esfuerzos para mejorar el trazado de vías secundarias y
de carreteras que facilitaran el acceso al ferrocarril de las comarcas extremeñas. Sin embargo, la escasa
aportación económica con que contaron limitó este trabajo. La ausencia de un puente en condiciones sobre el
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Tajo para comunicar las comarcas del norte con el centro y el sur de la región simboliza bastante bien la
precaria situación de las redes de transporte. Hasta bien avanzado el siglo XX no se dispuso de un paso
franco para el Tajo.
Sin embargo, se produjeron algunos avances en servicios hidráulicos, como el abastecimiento de agua a la
ciudad de Badajoz, que cambio de manera radical a partir de la inauguración de la presa de Evora en 1882, o
en servicios sanitarios, con la creación del primer hospital de Cáceres. Estos avances apenas llegaron a la
población rural, que continuó viviendo en condiciones precarias.
3.1. La evolución demográfica
La población extremeña creció en un 56% entre 1877 y 1930. Paso de 740000 habitantes al inicio del
período a 1 150000 en vísperas de la Segunda República. La escasa densidad de población siguió presente, en
especial en la provincia de Cáceres. De nuevo, la natalidad se mantuvo en tasas superiores a la media
nacional, pero el gran obstáculo para un mayor crecimiento fue la mortalidad infantil. Entre las causas de
morbilidad más destacadas estaban la tuberculosis y el paludismo, la "enfermedad de las charcas",
tristemente bien conocida en las comarcas ribereñas del Tietar, tanto en La Vera como en el Campo
Arañuelo
El fenómeno de la emigración también fue conocido en la región, aunque no tuvo tanta importancia como en
las zonas costeras.
3.2. La movilización campesina
Se puede explicar la estructura social de la Extremadura de este momento mediante una simple división,
muy polarizada y jerarquizada, entre quienes absorbían los beneficios del sector agrario (grandes
propietarios, grandes arrendatarios, administradores, ganaderos a gran escala) y el resto (el campesinado
en su más amplio sentido.
Se siguieron viviendo crisis de subsistencia, como la de 1898. Desde ese ano hasta 1919 se vivió una
verdadera eclosión del movimiento campesino. En Badajoz existían, a finales de siglo, diez secciones de la l
Internacional con propagandistas que intentaban difundir las ideas de la Asociación Internacional de
Trabajadores. Destaca la labor de La Germinal, sociedad que protagonizó la primera huelga de braceros en
Extremadura en 1901. En 1902 se celebró por primera vez el 1 ° de mayo en la región; también en ese mismo
ano se celebró en Torre de Miguel Sesmero el l Congreso obrero-agrícola, en el que participaron cerca de
veinte sociedades de resistencia de la provincia de Badajoz.
La Ley de Sindicatos Agrícolas de 1906 estimuló la carrera para lograr adeptos entre el campesinado. Los
sindicatos católicos recibieron el impulso del Padre Vicent, quien, financiado por grandes terratenientes
como el marques de Comillas, recorrió Extremadura en 1907 fundando sindicatos que luego no siempre
contaron ni con las tierras prometidas ni con la financiación de las cajas de ahorro.
En 1910 Pablo Iglesias recorrió Extremadura extendiendo el mensaje socialista, que caló entre el
campesinado. Se fueron creando las sociedades vinculadas al socialismo, como La Redención en Azuaga o la
Federación Provincial Obrera en Cáceres. Esta unión socialista se vio fortalecida a
finales de la década de 1910 por efecto de la Primera Guerra Mundial y la revolución soviética y porque el
PSOE ya disponía de un programa agrario elaborado por Fabra Rivas y transmitido con eficacia en
Extremadura por propagandistas como Santiago Sánchez.
En 1919 se alcanzó el cenit de la movilización obrera al convocarse una huelga general que, aunque resultó un
fracaso, demostró la actividad asociacionista del campesinado extremeño. En Ceclavín se produjeron duros
enfrentamientos entre la Guardia Civil y los campesinos. La dura represión posterior, que perduró durante
la década siguiente, limitó el movimiento, aunque UGT superó los 7000 afiliados en 1922 y la presencia
socialista en los ayuntamientos durante los anos veinte resultó habitual.
Otras ideologías, como el anarquismo, tuvieron menor importancia en la región, si bien calaron en numerosos
trabajadores del sector ferroviario y en comarcas donde los comunales habían tenido especial relevancia,
como La Vera o el Campo Arañuelo. Las bases sociales del sector durante la República quedaron puestas en
ese momento.
3.3. Los orígenes del movimiento regionalista
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El recuerdo de la República federal dejó paso durante la Restauración a la conformación de un pensamiento
regionalista. Este proceso se desarrolla dentro del contexto de re-generación posterior a la crisis del 98 y
como efecto de imitación a las reivindicaciones de Cataluña y el País Vasco.
Una serie de intelectuales crearon a finales del siglo XIX la Revista de Extremadura, que prestaba atención
a la singularidad histórica de la región dentro de España. Durante el primer tercio del siglo XX, las figuras
más destacadas del regionalismo extremeño fueron José López Prudencio, Antonio Elviro y Jóan Luis
Cordero. Para estos autores, el latifundismo y el absentismo de los grandes propietarios, no comprometidos
con el territorio del que obtenían sus ingresos, eran los principales causantes de los males de Extremadura.
Las soluciones que proponían eran de carácter moderado porque no alteraban las bases de la propiedad
burguesa. La importancia de sus escritos radicaba en la formación de una Línea de pensamiento que
caracterizaba Extremadura como una región más de España, pero con una personalidad propia
La crisis de 191 7 fue propicia para todo tipo de reivindicaciones, entre ellas las autonomistas. Desde la
Cámara Agraria de Badajoz comenzó a hablarse de una posible Unión Regional Extremeña. Los poderes
públicos también tomaron algunas medidas: a finales de 1918 se reunieron en Mérida representantes de las
diputaciones de Cáceres y Badajoz, que trataban de movilizar a los extremeños para que se cumplieran las
atribuciones propias que la Constitución de 1876 daba a estos organismos. Como resultado de esa reunión se
crearon unas Comisiones de Fomento que trataron de profundizar en las reivindicaciones. Aunque el
esfuerzo quedó en nada a causa de la crisis del sistema de la Restauración, se sentaron las bases del
extremeñismo; ahora bien, el movimiento procedía de las élites políticas y económicas de la región, y no del
campesinado.
4.1. La dictadura y el progreso extremeño
En Extremadura, la dictadura de Primo de Rivera (1923-1931) fue acogida con relativa indiferencia. La
oligarquía trató de acomodarse a los nuevos poderes, mucho más militarizados, y las organizaciones obreras
y campesinas se mantuvieron a la expectativa. Los poderes de los gobernadores civiles fueron asumidos por
el Ejército y se formó un partido único, la Unión Patriótica, de carácter conservador y católico. En Badajoz
asumió la presidencia de este partido García Guerrero, destacado líder de las organizaciones católicas más
moderadas; en Cáceres, lo hizo López Montenegro, procedente de una rica familia de hacendados y
trashumantes.
El régimen de Primo de Rivera fue intensamente centra-lista, lo que no impidió que surgieran diversas
iniciativas que favorecieron el progreso de Extremadura. Se practicó una política activa de obras públicas,
que incidió en la red de transportes. Se dio mayor importancia a las comunicaciones a través de la Vía de la
Plata: primero se creo el Instituto de enseñanzas medias en Zafra, luego, en 1926, se inauguró en Mérida el
primer matadero industrial de Extremadura y, en 1927, se abrió el nuevo puente de Alconetar, que por fin
permitía vadear por carretera el Tajo y comunicar las comarcas del norte de la región con las del sur.
También se reactivo el sector ferroviario y comenzaron las obras del ferrocarril de Villanueva a Logrosán,
que debía vertebrar el centro-este de Extremadura. Asimismo, se tomaron iniciativas de carácter sanitario,
como la creación del Instituto Provincial de Higiene en Badajoz y el primer centro antipalúdico en
Navalmoral.
En materia agraria se produjeron algunos avances aun-que muy limitados. Se aumento la eficacia en la
extinción de las plagas de langosta, minimizando sus efectos sobre la región. En la comarca del Tietar se
comenzaron a llevar a cabo los primeros ensayos para el cultivo en regadío del tabaco. Se inauguro, por fin,
en noviembre de 1923, la colonia agrícola de Cañamero, después de un sinfín de trabas legales, y que supuso
trabajo en la vid para más de 400 familias de la localidad. La competencia sobre cuestiones agrarias pasó a
depender del Ministerio de Trabajo y se creo el Patronato de Acción Social Agraria, que subvencionó las
parcelaciones de algunas fincas en Jerez de los Caballeros, Sierra de Fuentes y Campo Lugar, donde se
asentaron unos 400 colonos.
4.2. El final de la dictadura
Sin embargo, el fin de la dictadura y los gobiernos Berenguer y Aznar no sirvieron para detener las ansias
de cambio. A pesar de que solo uno de cada cuatro extreme-nos pudo votar en las elecciones municipales del
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Tema 5. Alfonso XIII o la crisis de la Restauración, 1902-1931.
12 de abril de 1931 y que solo uno de cada dos lo hizo, las opciones republicanas resultaron
mayoritariamente elegidas aunque no lo fueran por un amplio margen. Las expectativas y el desenlace de los
acontecimientos hicieron el resto R estos del antiguo puente romano de Alconetar, destruido en el siglo
XIII, recuerdan que hasta 1927 no se pudo volver a atravesar el Tajo por carretera.
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